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Caen las denuncias por acoso sexual en las academias militares de EEUU

Los responsables de la oficina de Prevención de Acoso Sexual en el Ejército, durante la presentación del informe.
Los responsables de la oficina de Prevención de Acoso Sexual en el Ejército, durante la presentación del informe. PAUL J. RICHARDS (AFP)

Las denuncias de agresiones sexuales en las academias militares de Estados Unidos descendieron durante el curso pasado, según un informe del Departamento de Defensa presentado este viernes. Los datos llegan después de un año marcado por los escándalos por acoso en varias instituciones militares, provocando la reacción del Pentágono, la Casa Blanca y varias iniciativas en el Congreso.

El informe anual afirma que se registraron un total de 70 denuncias en el año 2012-2013, diez menos que el curso anterior. Sin embargo, a pesar de la implementación de diferentes medidas para prevenir el acoso sexual, los autores aseguran que carecen de las cifras reales de casos de agresión, por lo que no pueden afirmar que éstos hayan descendido.

“Dado que no tenemos los datos sobre el número total de agresiones durante el año académico, el departamento no puede determinar si este descenso se debe a que ocurrieron menos agresiones o que hay menos víctimas dispuestas a denunciar”, reconoce el comunicado de Defensa.

“Queremos hacer más investigaciones. Se trata de un crimen que no se denuncia lo suficiente”, afirmó este viernes Nate Galbreath, autor del informe. “El desafío al que nos enfrentamos es que sin saber las cifras de agresiones sexuales o contactos no deseados, es muy difícil interpretar estos datos”.

El General Jeffrey Snow, director de la Oficina de Respuesta y Prevención de Agresiones Sexuales, defendió este viernes que el acoso es un crimen y “no tiene cabida en las academias, como tampoco en el resto del Ejército”. Snow afirmó que el Departamento de Defensa se ha comprometido a fortalecer el clima de profesionalidad en todos los rangos “para reforzar el respeto, confianza y valores profesionales”.

El informe que recibieron esta mañana los legisladores estadounidenses estudia los datos anuales de las academias militares de West Point (Nueva York), la Academia de Marina en Annapolis (Maryland), y la Academia de las Fuerzas Aéreas en Colorado Springs (Colorado). La mayoría de las denuncias, dos tercios, según cifras obtenidas por la agencia Associated Press, fueron registradas en la escuela de las Fuerzas Aéreas.

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La investigación presentada ante los legisladores encontró que, como parte de la cultura militar, los estudiantes de las escuelas consideran que tendrán que asumir el comportamiento sexista y ofensivo de otros compañeros. El informe apunta especialmente a la necesidad de prevenir la extensión de esa cultura dentro de los equipos deportivos de las academias.

Durante el año pasado, las autoridades de West Point desmantelaron el equipo de rugby de la academia tras descubrir una serie de correos electrónicos despectivos hacia las estudiantes. En Annapolis, tres jugadores del equipo de fútbol fueron acusados de agresión sexual y uno de ellos todavía está pendiente de juicio, según AP.

El Pentágono asegura que las diferentes academias han creado varios programas para mejorar la preparación y concienciación de los estudiantes, que incluyen trabajos en grupo y terapia de rehabilitación. Sin embargo, el informe asegura que los cadetes todavía están preocupados por las consecuencias que puede tener denunciar una agresión.

El pasado mes de mayo, el Departamento de Defensa reveló que cada día se producen 70 asaltos en las filas estadounidenses. La cifra de agresiones ascendió en 2012 a 26.000, con un incremento del 35% desde 2010. Entonces, el presidente Obama declaró que los responsables de estos ataques “traicionan al uniforme que visten” y merecen ser expulsados “sin honores” del Ejército.

La revelación de estas cifras, así como la condena del presidente o las diferentes iniciativas para reducir las agresiones dentro de las academias e instituciones militares, han chocado sin embargo con un sistema que todavía no permite juzgar ni investigar las denuncias por agresión por una entidad externa al Ejército. Según las autoridades de los centros de prevención, ésta es una de las causas por las que las víctimas deciden no denunciar las agresiones.

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