_
_
_
_
_

La Liga Norte redobla sus ataques racistas a la ministra Kyenge

El diario del partido xenófobo dedica una sección solo a la titular de Integración

La ministra de Integración italiana el pasado abril.
La ministra de Integración italiana el pasado abril. Gregorio Borgia (AP)

Es racismo, pero no solo. Los redoblados ataques de la Liga Norte contra la ministra italiana de Integración, Cécile Kyenge, una oftalmóloga nacida hace 49 años en la República Democrática del Congo, tienen mucho que ver con el color negro de su piel. Pero también forman parte de una clara estrategia del partido nacionalista ante las elecciones europeas de mayo. Al tiempo que el diario La Padania, órgano oficial de la Liga Norte, inauguraba una sección titulada “Aquí, Kyenge” avisando a sus partidarios de todos los actos oficiales de la ministra de Integración, el nuevo líder del partido, Matteo Salvini, se reunía en Estrasburgo con la ultraderechista francesa Marine Le Pen para coordinar el asalto de la xenofobia y el populismo a las instituciones europeas.

Más información
La hija de la ministra Kyenge: “El racismo es pura ignorancia”
Racismo contra la ministra
El racismo avergüenza a Italia
El número dos del Senado italiano llama “orangután” a una ministra
“¿No hay nadie que viole a la ministra negra?”

El acoso a la ministra Kyenge se inició el mismo día que, el pasado mes de abril, el primer ministro, Enrico Letta, le ofreció un puesto en su Gobierno. Dirigentes y simpatizantes de la Liga Norte, el partido que sostuvo al último gobierno de Silvio Berlusconi y que promovió una ley —todavía en vigor— que considera delito la inmigración irregular, no han dejado de tener en el punto de mira a Cècile Kyenge. No solo porque su principal objetivo sea que los hijos de los inmigrantes nacidos en Italia tengan derecho a la nacionalidad —el ius soli—, sino por la simple razón de que es negra. El vicepresidente del Senado, Roberto Calderoli, la comparó con un orangután, unos militantes racistas le arrojaron plátanos a la salida de un acto y hubo incluso una consejera municipal del partido liderado hasta ahora por Roberto Maroni, actual presidente de Lombardía, que propuso que la violaran para que sufriera en carne propia los crímenes cometidos, supuestamente, por los inmigrantes. No es extraño, además, que cada vez que Cécile Kyenge acude a algún acto en el norte de Italia grupos de simpatizantes de la Liga, más o menos organizados, se arremolinen a la entrada para dedicarle un amplio muestrario de insultos. A partir de ahora lo tienen más fácil.

el único interés de la ministra es favorecer a la negritud Massimo Bitonci, portavoz en el Senado de la Liga Norte

Dados los antecedentes, está clara la intención del diario La Padania al alertar de forma explícita a sus militantes sobre la presencia en el norte de Italia de la ministra Kyenge. Se trata de una invitación a quienes quieran desbocar su ira contra una ministra que les devuelve la imagen de la Italia real y no la de sus sueños racistas. Mientras que el Partido Demócrata (PD), al que pertenece la ministra, ha calificado los hechos como muy graves, “al límite de la intimidación”, distintos representantes de la Liga Norte han aplaudido la idea. Massimo Bitonci, portavoz en el Senado, ha dicho que su partido terminará “forzando su dimisión” porque, según él, “el único interés de la ministra es favorecer a la negritud”.

Mientras el revuelo crece, Cécile Kyenge ha contestado con su tranquilidad habitual, insistiendo en que Italia en sí no es racista pero que hay que frenar cuanto antes los brotes de intolerancia. Desde que la Liga Norte la convirtió en su objetivo preferente, la ministra tiene que desplazarse en medio de unas medidas de seguridad muy superiores a las de cualquier otro de sus colegas. Un sobre dirigido a ella y que contenía en su interior unos polvos blancos —parece ser que bicarbonato— fue intervenido ayer por la policía entre el correo del Palacio Chigi, sede del Gobierno italiano.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La ministra Kyenge supone, con su sola presencia, un serio revés a quienes, cautivos del odio y del miedo al diferente, intentan criminalizar a los inmigrantes. Su historia es la de una mujer que, pese a las dificultades, logró abrirse camino sin perder la fe. Ni en sí misma ni —lo que es más difícil— en quienes la insultan.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_