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La oposición siria amenaza con no acudir a la cumbre de paz por la invitación a Irán

Teherán ha dicho que acudirá a negociar "sin aceptar precondiciones" EE UU y sus aliados le exigen que asuma un plan de transición urgente

Bachar el Asad durante una entrevista reciente a AFP, en una imagen cedida por la presidencia siria.
Bachar el Asad durante una entrevista reciente a AFP, en una imagen cedida por la presidencia siria. AFP

La invitación de Naciones Unidas a Irán para que participe en la conferencia de paz sobre Siria, que arranca el miércoles en la localidad suiza de Montreux, ha dejado de nuevo en el aire la asistencia del principal grupo opositor al régimen de Bachar el Asad. El gobierno iraní ha respondido este lunes que acudirá a Ginebra II, como se ha bautizado la cumbre, “sin aceptar precondiciones”, algo que contradice la exigencia de Estados Unidos y sus aliados de que todos los participantes acepten previamente los principios de la primera conferencia de paz, celebrada en 2012, en la que se decidió que en Siria debía haber una transición política urgente e incluyente.

La Coalición Nacional Siria, el principal grupo en la oposición política, ha anunciado este lunes que no participará en la conferencia si el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, no retira su invitación a Irán. Eso dejaría a El Asad representado sin oponentes, flanqueado por sus principales patronos, Rusia e Irán, con un logro más en su estrategia de rehabilitarse ante la comunidad internacional. La Coalición Nacional votó el sábado a favor de acudir a la conferencia de Montreux muy dividida. Hubo 47 delegados que no votaron. De los que lo hicieron, 58 apoyaron acudir a la cumbre, 14 se opusieron y dos se abstuvieron.

“Irán participará en esta conferencia sin precondiciones”, dijo este lunes a los medios oficiales iraníes la portavoz del ministerio de Exteriores, Marzieh Afkham. Antes, el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, había dicho que “no asegurar la participación en este evento de todos aquellos que puedan tener un efecto directo en la situación sería un error imperdonable”. Lo cierto es que Irán tiene un gran efecto sobre el conflicto, pues parte de su Guardia Revolucionaria ha sido despachada a Damasco a apoyar a El Asad y uno de sus principales satélites, la milicia libanesa Hezbolá, lucha abiertamente junto a las tropas oficialistas sirias.

Rusia también ha tenido su papel protagonista en el conflicto que dura tres años y se ha cobrado 130.000 vidas. En el Consejo de Seguridad de la ONU ha vetado varias resoluciones de condena contra Damasco y en septiembre medió para evitar un ataque de EE UU con misiles contra el régimen de El Asad, a cambio de que este destruya, como está haciendo, sus arsenales de armas químicas.

Frente al activo apoyo de Irán y Rusia a El Asad, los aliados occidentales de la Coalición Nacional opositora, como EE UU o Reino Unido, se han resistido a enviarle al brazo militar de esta, el Ejército Libre Sirio, el armamento que necesita para poder cambiar el balance de poder sobre el terreno. Temen que el material bélico enviado acabe en manos de las milicias islamistas radicales que luchan también en Siria, y que no tienen ni quieren representación alguna en los foros diplomáticos internacionales.

Arabia Saudí, que junto a Catar sí ha enviado armas a los rebeldes, ha rechazado este lunes frontalmente la participación en la cumbre de Irán, con quien pugna por ampliar su influencia regional en Oriente Próximo.

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