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“No compartimos la idea de que los militares combatan al narco”

El ministro de Defensa de Argentina rechaza que las Fuerzas Armadas peleen contra criminales, pero defiende que vigilen las fronteras

Alejandro Rebossio
Agustín Rossi, ministro de Defensa argentino.
Agustín Rossi, ministro de Defensa argentino.Ricardo Ceppi

El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha iniciado a finales de 2013 una nueva etapa de relación más abierta con el periodismo. En ese contexto, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, accede rápidamente a contestar a EL PAÍS preguntas sobre las tareas de vigilancia militar de las fronteras. Sin chaqueta ni corbata, bajo el aire acondicionado del Edificio Libertador, frente a la Casa Rosada (sede del Gobierno) mientras afuera abruma el verano boreal, Rossi pide dejar para una conversación futura otras cuestiones de su área.

Pregunta: ¿Qué tareas de seguridad interior cumplen las Fuerzas Armadas?

Respuesta: En Argentina tenemos un sistema de leyes y un decreto reglamentario que prescriben la posibilidad de que las Fuerzas Armadas actúen en seguridad interior. Tienen impedido actuar contra la criminalidad, ya sea de individuos u organizada. Y el Gobierno lo cumple taxativamente. Estamos ideológicamente de acuerdo con este sistema por muchísimos motivos. Porque las Fuerzas Armadas están preparadas para acciones distintas que las tareas que tienen que llevar adelante las fuerzas de seguridad, que se conforman para acciones disuasivas y preventivas. Las Fuerzas Armadas están preparadas para que, cuando entran en combate, su acción sea letal. Por eso en términos genéricos es sumamente inconveniente que participen en tareas de seguridad interior.

P: ¿Pero la vigilancia de fronteras no es seguridad interior?

R: Son tareas propias de la defensa. No generamos ninguna acción ni reacción de inspección.

P: ¿Por qué decidieron que vigilaran fronteras?

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R: Porque entendió la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) que era necesario fortalecer en la frontera nuestra vigilancia. La frontera norte de Argentina es la frontera seca más extensa que tenemos y todos sabemos que en el mundo las fronteras secas son donde más niveles de problemas se pueden llegar a tener. No sucede lo mismo con la frontera oeste, donde hay un accidente geográfico, los Andes.

P: ¿Qué problemas puede haber?

R: El mayor tránsito de personas y mercaderías está más presente en la frontera seca.

P: ¿El narcotráfico es el mayor problema?

R: Sí, puede ser.

P: ¿Los 800 vuelos irregulares detectados por las Fuerzas Armadas desde 2011 eran de narcos?

R: Esa es una pregunta que deben responder las fuerzas de seguridad.

P: ¿Ahora será más común en Argentina ver militares en las calles?

R: Estamos entre las rutas (carreteras) o en caminos secundarios del Norte. En general muy pocas veces se los ve. Pero últimamente se los ve en toda Argentina en acciones específicas. Por ejemplo, en estos días, por los inconvenientes que han ocasionado los cortes de luz en Buenos Aires, los puestos sanitarios que se crearon fueron atendidos por médicos de las Fuerzas Armadas. Incluso colocamos electricistas de las distintas fuerzas. Lo que no tenemos son Fuerzas Armadas que hacen tareas de fuerzas de seguridad.

P: Ahora hacen ayuda social, ¿no?

R: No es ayuda social. Las Fuerzas Armadas tienen su misión principal y una cantidad de tareas complementarias. En estas tareas complementarias están desde las misiones de paz en Haití y Chipre, donde hoy tenemos 600 y 500 hombres en cada lado, hasta el apoyo logístico a la investigación en la campaña antártica, donde ocupamos a 1.500 efectivos en el verano. Estamos tratando de potenciar el rol que pueden cumplir las fuerzas en ocasiones de emergencia. Hemos actuado (desde 2013) en las inundaciones de La Plata, en el derrumbe de (un edificio en) Rosario, en incendios en Córdoba y Tornquist. Estas tareas fortalecen la relación entre las Fuerzas Armadas y la sociedad civil, después de la historia que pasó Argentina.

P: ¿Qué opina de que los militares combatan al narco?

R: No compartimos esa idea. De la experiencia que han tenido distintos países en distintos lugares del mundo uno no puede sacar conclusiones contundentes de que ha sido positiva ni nada que se le parezca. No creo que sea la solución sino que, al contrario, podría suceder al revés: empeoraríamos la situación.

P: Está el caso de México…

R: México ahora está en el medio de un gran debate, con una fuerte crítica social y generando algunos pasos para retroceder respecto de eso.

P: ¿EE UU coopera con Argentina en la vigilancia militar de fronteras?

R: (Ríe) No. Con EE UU, nada. En la última conferencia de ejércitos americanos, el de Argentina planteó el desacuerdo de plantear de forma conjunta problemas de defensa y seguridad interior.

P: ¿Hay quienes consideran que están metiéndose en seguridad interior?

R: Están equivocados. No estoy vigilando la 9 de Julio (avenida céntrica de Buenos Aires). Hago tareas de control del espacio aéreo y de las fronteras terrestres y fluviales.

P: Pero no es contra una fuerza externa…

R: Pero no estoy accionando.

P: ¿Pero vigilar no es una acción?

R: No es más que una acción de vigilancia y control.

P: La oposición alerta de una politización de las Fuerzas Armadas…

R: La presidenta ha hecho una convocatoria a involucrarse en la construcción del proyecto de Nación, a ser protagonistas. Que no estén involucradas en un lugar marginal ni como observadoras. Yo puedo certificar que esa convocatoria ha tenido una amplia aceptación en las Fuerzas Armadas. Esto no tiene nada que ver con Fuerzas Armadas partidarias ni mucho menos sino con potenciar capacidades. Muchas de ellas tienen ver con desarrollos científicos y tecnológicos o con producción para la defensa.

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