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El diálogo entre las autoridades de Kiev y la oposición se estanca

Se enfría el tono de los dirigentes ucranios hacia Occidente

Pilar Bonet

El diálogo entre las autoridades de Ucrania y la oposición se atascó el martes sin haber llegado a arrancar, mientras las fuerzas del orden público y los manifestantes mantenían por tercer día consecutivo sus posiciones en la "línea de frente" callejera en las inmediaciones de los edificios del Parlamento y el Gobierno. Durante la noche, dos manifestantes han resultado muerto. Uno de ellos, a causa de los disparos de la policía, según indicaron fuentes opositoras a la agencia France Presse. Se trata de la primera persona muerta durante los disturbios en contra del acercamiento de Kiev a Moscú.

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El tono de los líderes ucranios en relación a Occidente se enfría por momentos y el lenguaje diplomático y cortés que caracterizó las declaraciones oficiales tras la negativa del presidente Yanukóvich a firmar el acuerdo de Asociación con la Unión Europea está dejando paso a los reproches.

Andréi Portnov, consejero del presidente Víctor Yanukóvich, manifestó que la oposición es culpable de los desórdenes en las calles de Kiev y que instituciones y funcionarios internacionales comparten esta responsabilidad por cuanto legitiman con su presencia acciones ilegales tales como la ocupación de edificios.

Consideramos que los representantes de las fuerzas de la oposición tienen responsabilidad personal por las acciones que suceden en la calle  Andréi Portnov, consejero del presidente

"Consideramos que los representantes de las fuerzas de la oposición tienen responsabilidad personal por las acciones que suceden en la calle Hrushevskoho", dijo Portnov, y que "parte de la responsabilidad recae sobre estructuras internacionales y algunos funcionarios de Estados extranjeros" que "legalizan las acciones ilegales" con sus "visitas" a los edificios ocupados en el centro de Kiev. Los partidos participantes en las protestas conocidas como Euromaidán ocuparon la sede central de los sindicatos y el Ayuntamiento de Kiev y, desde estos locales, coordinan las acciones de los "indignados" de Ucrania. En numerosas ocasiones, los embajadores y funcionarios occidentales se han reunido con los líderes de la oposición en la sede de los sindicatos. Medios diplomáticos informaron que en los próximos días acudirán a Kiev diversos representantes de estructuras europeas, entre ellos el comisario Stefan Füle, que fue el responsable del abortado acuerdo de Asociación de Ucrania con la UE.

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El exboxeador Vitali Klichkó, líder del grupo parlamentario UDAR, y uno de los tres dirigentes del Euromaidán, se negó a participar el martes en la reunión que interlocutores de la oposición mantuvieron con un grupo de representantes de las autoridades encabezado por el secretario del Consejo de Seguridad, Andréi Kliuyev. Klichkó insiste en que las negociaciones deben ser dirigidas por el presidente Víctor Yanukóvich personalmente y fracasó el martes en su intento de entrevistarse de nuevo con el jefe del Estado, con quien había conversado el domingo.

Klichkó acudió a la administración presidencial y pasó los severos controles de seguridad, pero no logro ver al presidente porque, según le dijeron, Yanukóvich estaba "reunido". La sesión de trabajo entre las autoridades y la oposición, en el que participaba la ministra de Justicia, Elena Lúkash, y también Andréi Portnov concluyó sin claras perspectiva de continuación. Kliuyev pidió a los líderes de la oposición que "den orden" a su gente para que cesen los desordenes y la "escalada de violencia". El alto funcionario calificó la situación de "difícil", pero desmintió que las autoridades estén planeando declarar el estado de Excepción. Para el jueves se ha convocado una sesión extraordinaria de la Rada Suprema (el Parlamento), cuyo fin sería refrendar el estado de Excepción, según fuentes del partido de las Regiones citadas por la prensa ucraniana.

Las leyes que contemplan un incremento de las competencias de las fuerzas del orden público fueron votadas la semana pasada por el parlamento y publicadas el martes, pero entran en vigor el miércoles, es decir un día después de su publicación oficial, según Lúkash. Mientras los manifestantes esperan a ver cómo se aplicarán las nuevas directivas, centenares de titushki, término con el que se designa a los agentes de seguridad y colaboradores policiales de paisano, circulaban por la ciudad intimidando a manifestantes y periodistas, aseguraban fuentes occidentales sacando conclusiones de incidentes entre los que se cuentan el secuestro de Igor Lutzenko, un activista del Euromaidán, que desapareció tras acompañar a un amigo a la clínica.

En las jornadas del 19 y el 20 de enero, un mínimo de 35 periodistas han sido víctimas de la violencia, según el Instituto de Información de Masas. Por lo general se trata de impactos de bolas de goma o fragmentos de cápsulas de gases lacrimógenos y esquirlas de los diversos objetos que se lanzan los bandos enfrentados. Yuri Lukánov, jefe del Sindicato de los Medios de Comunicación Independientes, opina que los periodistas se han convertido en blanco de las fuerzas de seguridad, sobre todo aquellos que trasmiten imágenes para los canales de televisión on line por internet.

"Cuando las autoridades no quieren oír a la gente, el ambiente se radicaliza y, si esto sucede, la oleada de protestas nos engullirá a todos. En esta situación, las autoridades no pueden hacer como si no pasara nada", manifestaba Irina Geráshenko, diputada de la Rada por el partido Udar. Geráshenko visitó el martes una de las clínicas de Kiev donde, según dijo, había 17 personas hospitalizadas a consecuencia los traumas sufridos durante los disturbios, cinco de las cuales eran periodistas. Cuatro de los hospitalizados —uno de ellos periodista— habían perdido un ojo. Un periodistas herido en la última oleada de violencia, que no quiere dar su nombre, expresó a esta corresponsal su sensación de indefensión por cuanto la policía lo incluyó en una lista de personas a detener como participante en los desórdenes, pese a la evidencia de que había sido herido por una cápsula de gases lacrimógenos mientras estaba trabajando para un medio oficial.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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