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Un bombardeo con barriles explosivos deja 85 muertos en Alepo en un solo día

El régimen intensifica el acoso contra zonas en poder rebelde en la segunda ciudad del país El ataque coincide con el fin de la primera ronda de negociaciones de la conferencia Ginebra II

Un hombre atraviesa una de las zonas bombardeadas.
Un hombre atraviesa una de las zonas bombardeadas. MOHAMMED AL-KHATIEB (AFP)

Un nuevo bombardeo de la aviación siria sobre Alepo ha dejado al menos 85 muertos —65 de ellos civiles— en una sola jornada. Varios helicópteros arrasaron este sábado con barriles explosivos parte de los vecindarios orientales controlados por los rebeldes. El más afectado ha sido el barrio de Tariq el Bab, donde al menos 33 civiles murieron, entre ellos seis niños y dos mujeres, según ha difundido este domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una red basada en Londres que cuenta con informadores en todo el terrotorio sirio. Otros 13 civiles han fallecido en ataques similares en las zonas de Al Salahin y Al Marya, también al este de la ciudad.

La barrida del sábado supone la continuación de la estrategia de acoso por parte del régimen de El Asad contra las zonas "liberadas" de la capital del norte sirio. Desde que el pasado diciembre se intensificase la ofensiva contra la ciudad, cientos de personas han perdido la vida en los repetidos ataques con barriles explosivos lanzados desde el aire, a menudo contra vecindarios populosos habitados en su gran mayoría por civiles.

Es el caso de Tariq el Bab, cercano al centro de la ciudad pero alejado de la línea del frente que mantiene Alepo totalmente dividida entre la región oeste, controlada por las tropas leales al régimen, y la región este, en manos de los rebeldes desde el verano de 2012. El barrio, al que se llegó a apodar "de la primavera árabe", está atravesado por la carretera que lleva al aeropuerto internacional de Alepo, donde el pasado 22 de enero aterrizó el primer avión en 10 meses, después de que el Ejército sirio tomase los alrededores del aeródromo.

El ataque coincide también con el fin de la primera ronda de negociaciones entre el régimen y la oposición, celebradas en el marco de la cumbre de Ginebra II. Ambas partes deberán reencontrarse el próximo 10 de febrero para intentar arañar algún punto de acuerdo que permita atisbar un posible final para una guerra que ha dejado más de 130.000 muertos después de tres años.

El propio ministro de Defensa sirio, el general Fahd al Freij, elogió este viernes los avances de sus tropas en Alepo durante una visita a la provincia, según recoge la agencia nacional siria, SANA. “La victoria está cerca”, cita el órgano oficial de El Asad, en referencia a la ofensiva contra la segunda ciudad más importante de Siria tras Damasco y primera en población.

Ni siquiera los siete días de conversaciones en Suiza han detenido el machaque sistemático contra Alepo. El uso de las bombas de barril, o "barriles de la muerte"  —artefactos cargados con explosivos, material inflamable y rellenos de piezas metálicas como metralla— ha sido, además, duramente criticado por varias organizaciones humanitarias, por sus efectos totalmente indiscriminados. Los bombardeos se han repetido también en otras regiones de Siria como Ghouta, en los alrededores de Damasco.

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Al margen de las bajas civiles, el OSDH ha informado también de la muerte de al menos una decena de combatientes de Jabhat Al Nusra, el frente yihadista vinculado a Al Qaeda, en otro ataque con bombas de barril perpetrado por el régimen contra su base de Muwasalat, en el distrito de Shaar. A ellos se suma casi una treintena de bajas en choques entre el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés, una escisión de Al Qaeda) y milicianos del Frente Islámico, liderado por Liwa al Tawhid, la principal brigada rebelde en Alepo, vuelta en armas contra los radicales.

La explosión de dos coches-bomba en los checkpoints de entrada a la Academia Militar, feudo de Liwa al Tawhid a las afueras de Alepo, ha desatado una jornada de enfrentamientos en los que pudo haber fallecido uno de sus comandantes. La ferocidad de los yihadistas en las filas de ISI-S y sus salvajes acciones en contra de otros grupos rebeldes y de la propia población civil, ha desencadenado una intraguerra en el norte de Siria, donde distintas brigadas se han unido a la lucha contra los radicales, cuya presencia ha puesto en jaque posibles envíos de ayuda letal por parte de los aliados occidentales de la oposición siria.

Este mismo domingo, la difusión de un video en el que un miliciano decapitaba a un hombre ante la mirada de varios niños y los vítores de los simpatizantes ha provocado el rechazo por parte del propio OSDH. Uno de sus portavoces, citado por el diario libanés Daily Star, resaltaba la procedencia extranjera del verdugo, posiblemente de origen ruso. Cientos de yihadistas extranjeros se han unido a la lucha en Siria, principalmente en las filas del ISIS, entre ellos también combatientes europeos llegados de Francia, España o Reino Unido y reclutados por Internet.

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