_
_
_
_
_

Las dos Coreas acuerdan reuniones de las familias separadas por la guerra

Los encuentros se prevé que tengan lugar del 20 al 25 de febrero en Monte Kumgang, en la costa oriental norcoreana

Reunión entre familias de las dos coreas.Foto: reuters_live

La dos Coreas han acercado posiciones en uno de los temas más sensibles que enfrenta a ambos países desde hace décadas. Representantes de Pyongyang y Seúl han acordado este miércoles en la localidad fronteriza de Panmujom la reanudación a finales de mes de las reuniones de las familias separadas por la guerra de Corea (1950-1953). Los encuentros —los primeros desde octubre de 2010— se prevé que tengan lugar del 20 al 25 de febrero en Monte Kumgang, un centro turístico en la costa oriental norcoreana, según ha asegurado el Ministerio de Unificación en Seúl, informa la agencia surcoreana Yonhap.

El reinicio de las reuniones entre parientes separados durante décadas supone un progreso en las relaciones entre los dos vecinos y enemigos, que en los últimos años han sufrido para dar incluso los pasos más básicos destinados a mejorar la confianza mutua.

La guerra de Corea finalizó con un alto el fuego que nunca se convirtió en tratado de paz definitivo. Millones de personas quedaron separadas de sus familiares en ambas partes de la península, donde los viajes privados a través de la frontera e incluso las comunicaciones telefónicas mutuas están prohibidos.

Más de 700.000 surcoreanos han intentado encontrar a parientes con los cuales perdieron el contacto. Pero han pasado seis décadas desde el fin de la guerra, y muchos de quienes sufrieron la división de sus familias han muerto.

El programa de reuniones comenzó en serio en 2000, después de una cumbre histórica entre las dos Coreas. Más de una docena de encuentros esporádicos, desde entonces, han permitido a 21.700 personas reunirse brevemente. Se trata de un asunto muy emotivo, ya que la mayoría de los miembros de las familias divididas tiene más de 70 u 80 años y desea ver a sus parientes antes de morir. El plan fue suspendido en 2010 después del bombardeo por parte de Pyongyang de una isla surcoreana fronteriza.

Las negociaciones hoy en Panmujom se han producido en un contexto de crecientes presiones del Norte para que el Sur cancele las maniobras militares anuales conjuntas con Estados Unidos previstas para finales de mes. Aunque Pyongyang no ha ligado el reinicio de las reuniones a la suspensión de los ejercicios militares, funcionarios des Sur creen que su intención es clara y han asegurado que no cederán a las presiones.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

En las últimas semanas, diplomáticos norcoreanos han lanzado una ofensiva de seducción, muy alejada de sus habituales amenazas y retórica, mediante la concesión de entrevistas y la celebración de ruedas de prensa para pedir el fin de las maniobras. La cuestión es si las reuniones familiares seguirán adelante a pesar de la celebración de los ejercicios armados o serán anuladas en el último momento como ha ocurrido en otras ocasiones.

Conversaciones similares a las actuales entre el Norte y la Cruz Roja surcoreana mantenidas en agosto pasado concluyeron con un pacto para celebrar el mes siguiente reuniones entre varios cientos de miembros de familias divididas. El proceso de selección fue finalizado, y, cuando los escogidos se preparaban para reunirse en Monte Kumgang, Pyongyang canceló el evento. Faltaban solo cuatro días para su inicio. Dio como motivo la "hostilidad" del Sur.

Las intenciones de Corea del Norte son siembre difíciles de adivinar, y el desconocimiento que rodea al joven líder Kim Jong-un —el tercero de la dinastía Kim en dirigir el país— complica aún más la situación. El Gobierno de Kim Jong-un ordenó en diciembre pasado la ejecución de su tío Jang Song-thaek –considerado su mentor y número dos del país- y ha purgado a altos mandos relacionados con él.

La tensión en la península alcanzó a principios de 2013 cotas sin precedentes en años, cuando Pyongyang reaccionó con ira al incremento de las sanciones de la ONU en respuesta a su última prueba nuclear. Desencadenó un aluvión de amenazas, incluidos posibles ataques atómicos y de misiles contra Estados Unidos y Corea del Sur, que fue respondido por Washington con el vuelo de bombarderos nucleares de largo alcance sobre la península.

Las fricciones han disminuido en los últimos meses, y el Norte ha tenido gestos conciliatorios. Pyongyang necesita mejorar sus relaciones con Seúl para atraer inversión extranjera y ayuda.

El régimen de Kim Jong-un también está presionando para que se reanuden las conversaciones a seis bandas sobre el desmantelamiento de su programa nuclear, que incluyen, además de a las dos Coreas, a Estados Unidos, Rusia, Japón y China. Seúl y Washington insisten en que solo será posible retomar el diálogo si Pyongyang se compromete de forma clara a abandonar su programa de armas atómicas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_