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Elecciones en Egipto

Putin apoya una presidencia de Al Sisi

El recibimiento en Moscú al líder egipcio fue más propio de un presidente de Estado que de un ministro de Defensa

El presidente ruso, Vladimir Putin, durante su reunión de este jueves con el General egipcio Al Sisi.Foto: reuters_live

La intención del ministro de Defensa egipcio, Abdelfattá al Sisi, de concurrir a las próximas elecciones presidenciales es un secreto a voces. Y no solo en Egipto. A pesar de que no existe todavía ningún anuncio oficial al respecto, el caudillo militar recibió el jueves el respaldo público a su candidatura por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, después de una entrevista mantenida por ambos líderes en Moscú. El encuentro tuvo como objetivo reforzar los lazos bilaterales justo en un momento en el que las relaciones entre El Cairo y Washington, dos tradicionales aliados, atraviesan una fase de turbulencias.

“Yo sé que ha decidido partipar en las elecciones presidenciales. Es una decisión muy responsable la de cargarse con la responsabilidad del futuro del pueblo egipcio”, le dijo el líder ruso, que mostró su confianza de que las relaciones entre Rusia y Egipto mejorarán tras los comicios, previstos para mediados de abril. “Le deseo suerte de mi parte y también del pueblo ruso”, añadió.

El respaldo de Putin se añade al expresado por el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas a finales de enero, un hecho que fue interpretado como una señal inequívoca de que la decisión del mariscal al Sisi de saltar al ruedo político ya estaba tomada. De hecho, el periódico kuwaití al-Siasa publicó la semana pasada una entrevista con el líder militar en la que éste reconocía sus aspiraciones presidenciales. Sin embargo, un portavoz del Ejército aseguró inmediatamente que sus palabras se habían malinterpretado.

A la franqueza de Putin pudo contribuir el hecho de que la coreografía de la visita de al Sisi a Moscú fuera más propia de un presidente de Estado que de un ministro de Defensa. Para empezar, el mariscal acudió por primera vez a un acto público vestido con un traje civil, una imagen que pronto se convertirá en habitual, pues la ley egipcia obliga a los militares a colgar el uniforme antes de dar el salto a la política. Además, no es habitual que un presidente, y menos de una gran potencia como Rusia, reciba a un ministro de Defensa como si se tratara de su homólogo. En su viaje, al Sisi estuvo acompañado por su ministro de Exteriores, Nabil Fahmy.

Según la prensa egipcia, el objetivo principal del viaje habría sido cerrar los últimos flecos de la adquisición por parte de Egipto de armamento ruso valorado en unos 1.500 millones de euros. Ahora bien, a nadie se le escapa que, con esta cumbre y la transacción armamentística en ciernes, Egipto pretende lanzar a EEUU el mensaje de que posee alternativas en caso de que se deteriore su alianza. Y es que la administración Obama suspendió en otoño una parte de sus asistencia militar anual al Ejército egipcio a causa de la violencia desencadenada tras el golpe de Estado que depuso al presidente islamista Mohamed Morsi. La irritación que suscitó aquella decisión en el Gobierno egipcio fue rápidamente aprovechada por Moscú, dispuesta a ocupar cualquier vacío que EEUU deje en Oriente Medio.

No obstante, tanto los responsables egipcios como estadounidenses rechazaron este tipo de interpretaciones del viaje. “Nadie quiere reescribir la historia. Egipto no desea reemplazar un socio internacional por otro”, declaró el ministro Fahmi desde Moscú. Por su parte, la responsable del Departamento de Estado para Oriente Medio, Anne Patterson, calificó de “exageración” describir la cumbre como una victoria de la diplomacia rusa

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La noticia ha coincidido con el reconocimiento público por parte de la embajada de EEUU en El Cairo de que uno de sus empleados de nacionalidad egipcia, Ahmed Aleiba, permanece arrestado sin cargos desde hace tres semanas. De acuerdo con filtraciones a los medios egipcios, Aleiba, que era el encargado de los contactos de la embajada con los Hermanos Musulmanes, habría sido arrestado en el transcurso de una manifestación de la Hermandad el pasado 25 de enero, fecha en la que tuvieron lugar diversas concentraciones en conmemoración del tercer aniversario de la Revolución Egipcia.

La detención de Aleiba se interpreta como una advertencia a las otras legaciones diplomáticas sobre el peligro que representa mantener relaciones con los Hermanos Musulmanes, el principal partido político del país que fue designado en diciembre de forma oficial como “organización terrorista”. Durante las últimas semanas se ha producido también el procesamiento de Emad Shahin, catedrático de la Universidad Americana de El Cairo especializado en movimientos islamistas, y de tres periodistas de Al Yazira por haberse entrevistado con un representante de la Hermandad en un hotel.

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