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La revelación de un audio golpea la imagen del ejército colombiano

Un comandante cesa tras difundirse un diálogo en el que se mofa de la justicia junto a un coronel imputado por crímenes

Pinzón, ministro de Defensa, este martes en una rueda de prensa en Bogotá.
Pinzón, ministro de Defensa, este martes en una rueda de prensa en Bogotá.M. D. C.

Dos días después de que se conocieran unas explosivas conversaciones del comandante de las Fuerzas Militares de Colombia general Leonardo Barrero Gordillo, en las que habla con un coronel imputado por ejecuciones extrajudiciales de dos civiles, el presidente Juan Manuel Santos anunció que cesa de su cargo por considerar que usó expresiones “irrespetuosas” con la justicia.

El escándalo estalló el pasado fin de semana cuando la revista Semana publicó los audios de varias conversaciones que sostuvo el coronel detenido Robinson González del Río con altos oficiales y que evidenciaría el tráfico de influencias para la adjudicación de contratos en el Ejército.

En una de ellas, ocurrida en noviembre de 2012, el comandante Barrero felicita a su subalterno (que en ese momento estaba preso en una guarnición militar) cuando este le informa que un testigo denunció penalmente al fiscal que lo investiga, y luego le sugiere hacer “una mafia para denunciar fiscales y toda esa güevonada”.

Rodeado de buena parte de su equipo de gobierno en Sincelejo, en el departamento de Sucre, al norte de Colombia, Santos dijo que había tomado la decisión aclarando que el general Barrero salía del servicio activo, no por la supuesta red de corrupción que denunció el semanario, sino porque sus palabras “le restan majestad frente al poder judicial y frente al país”.

Tras el anuncio de su salida, el general Barrero, que ya había pedido excusas públicas por lo que calificó como un “infortunado comentario”, dijo que su retiro era una decisión política y que se va “con la frente en alto”. El oficial, de 53 años, ocupó el más alto rango al interior de la cúpula de las Fuerzas Militares desde agosto de 2013, cuando Santos también decidió, sorpresivamente, cambiar toda la cúpula militar y al director de la Policía.

Sobre estas grabaciones, que hacen parte de una investigación que reposa en la Comisión de Acusaciones del Congreso, el vicefiscal general Jorge Fernando Perdomo consideró como inaceptable que el máximo comandante de las Fuerzas Militares se refiriera de esa manera a las investigaciones que adelanta la justicia colombiana contra militares. “Pone en entredicho la majestad de la justicia”, dijo a medios locales.

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El lunes, el ministerio de Defensa colombiano decidió llamar a calificar servicios al coronel Rodríguez del Río, centro del escándalo, y lo trasladó de la cárcel militar en la que estaba a La Picota, una civil en Bogotá, al tiempo que anunció la creación de un comité de alto nivel para revisar las denuncias de la revista colombiana. También pidió a la Contraloría y Fiscalía iniciar las investigaciones correspondientes. Ese mismo día renunció el general Javier Rey Navas, jefe del Comando Conjunto del Ejército, mencionado en los polémicos audios. Rey Navas dijo que lo hacía para poder defenderse de las acusaciones sobre corrupción.

El presidente colombiano también aseguró que habría más investigaciones para esclarecer si en las Fuerzas Militares se han registrado casos de corrupción en la contratación. “Es muy importante en estos casos llegar al fondo de estos asuntos, cortar de raíz el problema y actuar con toda severidad, pero también con la debida ecuanimidad y la debida justicia”, dijo Santos en Sincelejo, al norte del país.

Por su parte, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, anunció que en reemplazo de Barrero en la comandancia de las Fuerzas Militares fue nombrado el general Juan Pablo Rodríguez Barragán, quien se desempeñaba como comandante del Ejército. También hay más salidas de generales entre ellos, el subcomandante del Ejército, el jefe de la Aviación y los encargados de la Jefatura de Familia y Acción Integral de la institución; este último se iría por antigüedad. “Salen porque sabían de las irregularidades y no actuaron”, dijo Santos, poco antes de que su ministro hiciera el anuncio.

Las dos últimas semanas han sido de crisis para el Ejército colombiano, también por cuenta de otra investigación de Semana, que desveló la existencia de una fachada de inteligencia del Ejército desde la que, de manera ilegal, se habrían interceptado las comunicaciones de los miembros del equipo negociador del gobierno en las conversaciones de paz que adelantan con la guerrilla de las FARC en La Habana. Ese escándalo les costó la cabeza a dos generales encargados de los servicios de inteligencia de las Fuerzas Militares, que fueron relevados mientras se adelantan las investigaciones.

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