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La UE y Brasil defienden la necesidad de un acuerdo entre Europa y Mercosur

El presidente de la Comisión y Rousseff esperan que el acuerdo no se demore más allá de mayo “No tenemos ninguna oposición de principio a la Zona Franca de Manaos”, afirma Barroso

Llegada de Dilma Ruseff a Bruselas este lunes.Foto: reuters_live
Ignacio Fariza

Los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y de Brasil, Dilma Rousseff han dado este lunes un paso más en el “necesario” acuerdo entre Mercosur y la UE. Ambos mandatarios han recalcado la importancia de un proyecto que, a su juicio, sería un importante impulso para el crecimiento y para la creación de empleo en ambos bloques. Tanto la UE como Brasil esperan que el acuerdo no se demore mucho más allá del encuentro técnico que está previsto para el próximo 21 de marzo, cuando ambas partes expondrán sus ofertas.

“Es fundamental que las negociaciones se concreten cuanto antes”, ha señalado Dilma Rousseff al término de la cumbre UE-Brasil que se ha celebrado este lunes en Bruselas. Las conversaciones entre Mercosur (el bloque comercial que agrupa a Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Venezuela y el propio Brasil) y las autoridades europeas dieron comienzo en 2010 pero se han estancado desde entonces. La cumbre de este lunes podría ayudar a que las conversaciones fluyan con mayor celeridad, dada la importancia de Brasil en el principal bloque comercial latioamericano. Aunque ninguna de las dos partes han querido adelantar acontecimientos y han subrayado que el acuerdo depende del resto de Gobiernos presentes en Mercosur —especialmente el argentino, que ha mostrado reservas sobre sus beneficios—, la sintonía escenificada este lunes es un fuerte espaldarazo al proceso de integración económica.

“Es un acuerdo ambicioso, que va más allá de lo comercial”, ha apuntado Barroso sobre un convenio que, según sus palabras, solo encuentra dificultades en “algunos puntos muy concretos”. El presidente del Ejecutivo comunitario ha querido enmarcar este proceso negociador en el marco de una “ambición” europea por firmar acuerdos de libre comercio con varios países y bloques económicos. “La UE está trabajando en varios importantes acuerdos y sería una pena no alcanzar un entendimiento con Mercosur. Si tenemos claro nuestro objetivo, seguro que se podrá firmar pronto”. En esta misma línea se han expresado los representantes de la delegación de empresarios brasileños que ha acompañado a Rousseff hasta Bruselas, que se muestran optimistas sobre la posibilidad de que el acuerdo se firme “antes de mayo”.

La Zona Franca de Manaos, sobre la que la UE hizo una consulta a la OMC en diciembre al sentirse perjudicada en sus exportaciones, ha sido otro de los asuntos centrales de la cumbre. "No tenemos ninguna oposición de principio”, ha señalado Barroso. Esta zona de la Amazonía brasileña está señalada en rojo por las autoridades comunitarias por las ayudas fiscales que concede a la industria de equipos electrónicos. La presidenta brasileña mostró su “extrañeza” por la queja europea y defendió un proyecto que es “mucho mejor que cortar árboles”.

El encuentro, de marcado tono económico, también ha servido para que los mandatarios acercaran posturas sobre el despliegue de un cable de fibra óptica submarino que unirá Lisboa y Fortaleza y que mejorará la conexión entre ambas orillas del Atlántico. Aunque el proyecto corre a cargo de un consorcio privado eurobrasileño, fuentes comunitarias no descartan la participación pública en el proyecto por el lado de la financiación.

En otro orden de cosas, Rousseff y Barroso han recalcado su vocación de “mejorar” los programas de intercambio educativo —Europa es el principal destino de los estudiantes e investigadores brasileños— y han reiterado la importancia del flujo de capitales entre ambas regiones. En la actualidad, las empresas europeas lideran la inversión extranjera en Brasil y la UE se mantiene como su principal socio comercial. El 20% de las exportaciones brasileñas se dirigen al mercado comunitario que, a su vez, acapara el 21% de sus importaciones.

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La importancia de Brasil como nuevo actor en el mapa geopolítico mundial también tuvo reflejo en el encuentro. Más allá de los asuntos propios de la región —la crisis interna que vive Venezuela solo recibió una leve mención por parte de Rousseff, que defendió la democracia en América Latina—, las delegaciones discutieron el acuerdo nuclear con Irán, la inestabilidad en el Sahel, la situación en Siria y la resolución del conflicto entre Israel y Palestina. “Compartimos valores con Europa y la cooperación es fundamental, especialmente en un momento de grandes cambios como el actual”, ha subrayado la presidenta brasileña al término de la cumbre. Rousseff también ha mostrado interés por la situación interna que vive Ucrania tras la caída del Gobierno de Viktor Yanukóvich.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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