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El avance de autodefensas pone en alerta a la capital de Michoacán

El comisionado Alfredo Castillo anuncia que no se permitirá a los civiles armados entrar a Morelia, a 300 kilómetros al oeste de la capital de México

Miembros de las autodefensas marchan en La Ruana, el pasado lunes.
Miembros de las autodefensas marchan en La Ruana, el pasado lunes.Ulises Ruiz Basurto (EFE)

El avance de los grupos de autodefensa sobre Pátzcuaro, a unos 60 kilómetros de Morelia, la capital de Michoacán, ha empujado al comisionado especial para el estado, Alfredo Castillo, a subrayar que los civiles armados no entrarán a la ciudad. La policía federal ha instalado retenes para evitar un posible avance de las milicias, que tienen presencia en 27 de los 113 municipios michoacanos desde su levantamiento hace un año contra Los Caballeros Templarios, el cartel del narco que domina la región.

Morelia es una bella ciudad (considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad) situada a 300 kilómetros al oeste del Distrito Federal. Está a 190 kilómetros de Apatzingán, el epicentro de Tierra Caliente, la región que había concentrado el conflicto hasta ahora. Pero tras el avance -pacífico- de las autodefensas sobre Pátzcuaro este miércoles, las alarmas se dispararon. Los grupos armados están a solo 35 minutos en coche de la capital. Después de las declaraciones de Castillo, Estanislao Beltrán Papá Pitufo, uno de los portavoces de autodefensas, aclaró que los grupos no entrarían a Morelia “por lo pronto”.

Beltrán dijo también que la estrategia de las autodefensas en ciudades que son consideradas como “sitios turísticos” (como Pátzcuaro y Morelia) sería distinta a la que habían efectuado en comunidades a las que habían entrado hasta ahora. “No se tomarán los centros de la población ni se crearán consejos de seguridad [grupos convocados por autodefensas formados por pobladores para defender el pueblo]”. Explicó que el objetivo de su avance sobre estas ciudades era solo “hacer notar su presencia”. El alcalde moreliano, Wilfrido Lázaro, ha dicho hoy que las autodefensas no entrarán a la capital michoacana.

La tasa de crimen en Morelia se ha disparado en los últimos 12 meses. De 138 homicidios cometidos en 2012, la cifra escaló en 2013 a 209. En lo que va de 2014, se han registrado al menos 15 muertes violentas. El tamaño e importancia de la capital michoacana, no obstante, no tiene punto de comparación con ninguna de las comunidades en las que han entrado las autodefensas hasta ahora. Con 800.000 habitantes, es por lo menos 10 veces mayor que los municipios más grandes bajo su control.

El avance de las autodefensas a un municipio tan cercano a Morelia como Pátzcuaro responde al hartazgo de varios empresarios locales que, reconocen fuentes regionales, fueron a buscar a los civiles armados para que entraran a sus pueblos. Les ofrecen dinero y refugio. Los portavoces de autodefensas, por su parte, han insistido en que no detendrán su avance hasta que se detenga a los principales líderes de Los Templarios y se separe de su cargo a los funcionarios públicos a los que acusan de apoyar al cartel.

A un mes y medio de iniciado el Operativo para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, anunciado por el presidente Enrique Peña Nieto, el estado ha recibido a una veintena de funcionarios señalados por el Gobierno federal para gestionar al estado. Por poner un ejemplo, el encargado designado para la secretaría de Hacienda controlará el dinero enviado por la Federación: un 92% de las finanzas michoacanas previstas para este año, según datos de La Jornada Michoacán.

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La amenaza latente es la posible venganza de Los Caballeros Templarios. “Yo no dejo de pensar en el 15 de septiembre de Morelia...”, reconoce un periodista local. Se refiere al atentado terrorista cometido durante una verbena que celebraba la independencia de México, en 2008. Dos desconocidos lanzaron sendas granadas. Murieron siete adultos, un niño y hubo decenas de heridos, algunos de ellos mutilados.

Servando Gómez, La Tuta, difundió un vídeo el 8 de febrero en el que amenaza con que, de continuar el avance de autodefensas, el cártel estaba dispuesto a dejar correr “sangre, mucha sangre”. Otro sicario, que se identificó como El Pantera, intervino las comunicaciones por radio de las autodefensas durante su entrada a Apatzingán ese mismo día y dijo que a la mafia de Los Caballeros Templarios no le importaba que “murieran inocentes”. El Pantera murió abatido este jueves en Arteaga.

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