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Rusia bloquea Crimea con nuevas tropas

Los refuerzos llegan a través del estrecho de Kerch, en el este de la península, con el objetivo de detener un supuesto avance en el norte de las fuerzas ucranias

Pilar Bonet
Hombres armados, supuestamente del Ejército ruso, en el puerto de Kerch el pasado 3 de marzo.
Hombres armados, supuestamente del Ejército ruso, en el puerto de Kerch el pasado 3 de marzo. THOMAS PETER (Reuters)

Decenas de camiones militares rusos han sido transportados desde Rusia a Ucrania a través del estrecho de Kerch en los últimos tres días, según testigos de su desplazamiento, por la carretera que une esta localidad oriental de Crimea con otros puntos de la península. Los camiones se han dirigido hacia el norte, para impedir presuntamente el avance de la brigada de paracaidistas ucrania de Dnepropetrovsk, que está en los accesos de la península, pero que no ha penetrado ella, afirman fuentes militares ucranias.

El estrecho de Kerch une el mar de Azov con el mar Negro. En 2010, el presidente Víctor Yanukóvich y su colega ruso, por entonces Dmitri Medvédev, acordaron construir un puente para unir la ribera ucrania con la rusa. Mientras tanto, el paso del estrecho se hace por medio de transbordadores (de pasajeros y de mercancías), que unen Port Krim en Ucrania con Port Kavkaz , en la cosa rusa de Krasnodar, la región donde se celebraron los Juegos Olímpicos de Sochi.

En la terminal de la naviera Anchip, en Port Krim, los pasajeros, cargados con sus equipajes, esperan a que zarpe el transbordador, que cruza el estrecho ocho veces al día (cuatro de ida y cuatro de vuelta). La escena sería anodina, si no fuera por los ocho enmascarados con uniforme y metralletas que reciben a quienes se acercan y por los camiones militares estacionados más allá de la aduana, donde los funcionarios ucranianos declinan contestar a preguntas y unos enmascarados en traje de camuflaje (de cinco visibles) avisan de que "aquí no se pueden tomar fotografías" y se identifican como miembros de "unidades de autodefensa".

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Las gruesas verjas del servicio de aduanas impiden ver directamente el estrecho. El segundo piso de la terminal, desde donde podría divisarse la actividad del puerto, está cerrado y el segundo piso de un hotelito local, también ha sido clausurado, "porque así lo hemos decidido", según la dueña del local. "Todo es normal", "Queremos que ucranianos y rusos vivan en paz", dicen los interlocutores de Port Krim. El ciudadano más locuaz asegura que "la guardia de tráfico ha recibido ya los sellos oficiales de la administración rusa".

A pocos kilómetros de Kerch, en la ruta hacia Feodosia, está la unidad número 0883 del ministerio de Defensa de Ucrania. En su entrada, montan guardia un Kamaz ruso con la matrícula visible y diez soldados rusos con equipo y metralletas, pero sin identificación. Han plantado la bandera rusa al borde de la carretera, donde están desde el 3 o el 4 de marzo, según un teniente coronel ucraniano con el que conversamos. Dice llamarse Alexandr, y ser el segundo en la jerarquía de la unidad, unas cien personas, sobre todo ingenieros dedicados al control del espacio aéreo.

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El teniente coronel (que no da su apellido) cuenta que los rusos "vinieron con tres camiones Kamaz con matrículas del distrito de Sebastópol". "Posteriormente dos de los camiones se fueron dejando el tercero aquí. Según el acuerdo sobre la Flota Rusa del Mar Negro en Crimea, Rusia no tiene ninguna unidad militar en Kerch y este camión está aquí ilegalmente", afirma el oficial. "Nos han dicho que están aquí para defendernos, pero no sabemos de quién", agrega. Cuenta el teniente coronel que los soldados llegaron acompañados de ciudadanos que organizaron mítines, uno a favor de Rusia y otros en contra.

Los pro rusos "se presentaron como una organización a favor de la Unidad de Rusia, gritaron consignas como "Kerch y Crimea para Rusia" y nos dieron un ultimátum", dice. "Un oficial ruso, que se presentó como comandante de un batallón de infantería de marina, vino a conversar con nuestro jefe y le exigió entregar las armas y prestar juramento al pueblo de Crimea", continuó el oficial. "Además, nos pidieron que desconectáramos los radares o que los inutilizáramos. Nuestro comandante se negó. Controlamos el espacio aéreo en un radio de 400 kilómetros, y en los últimos días (los rusos) nos han creado todo tipo de interferencias activas y pasivas", prosigue.

"A esos ciudadanos que vienen con la bandera rusa en el antebrazo les dijimos que no vamos a renunciar a nuestro juramento al pueblo de Ucrania y que no entregaremos las armas, pero entonces nos intimidaron diciendo que Kiev nos dará ordenes delictivas y nos obligará a cumplirlas", afirma.

"Las columnas de camiones rusos han estado pasando hoy, ayer y anteayer, periódicamente, día y noche. Llevan cocinas de campaña y asumo que es para reforzar la parte norte de Crimea, en previsión de que Ucrania esté preparando algo". La decena de soldados rusos acampados frente a la unidad 0883 han enchufado un cable a la red eléctrica de la misma. "Son soldados como nosotros y les dejamos que usen nuestra electricidad. No es agradable estar aquí a la intemperie", afirma el teniente coronel. "Somos hermanos eslavos, ucranianos y rusos. Por el momento, mantenemos la defensa, continuamos sirviendo al pueblo de Ucrania y estamos en disposición de combate". El oficial reconoce que el sueldo de febrero se retrasó y que no han recibido ese aumento del que hablan los políticos en Kiev.

La camarera de un bar de Feodosia confirma que ha visto pasar a decenas de camiones y afirma que su madre en Armiansk (en el norte de Crimea) los ha visto también. En cuanto al puente, es muy posible que su construcción se acelere, sobre todo porque si la península queda bloqueada por el norte, habrá que buscar otras vías de abastecimiento, aparte de las marítimas.

Tras la liberación de Crimea de la ocupación alemana, la URSS construyó un puente de 4,5 kilómetros uniendo las dos orillas del estrecho de Kerch. Pero, a principios de 1945, el puente fue dañado por una tormenta y tuvo que cerrarse. En 2007, Rusia esperaba que el puente, que acorta en 400 kilómetros la ruta entre Crimea y el Cáucaso, pudiera ser construido a tiempo para la olimpiada de Sochi. Ucrania y Rusia tienen un contencioso sobre la delimitación de sus fronteras marítimas por el estrecho de Kerch, lo cual ha influido en la demora de las obras.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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