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Maduro permanece en Caracas acosado por las protestas

El presidente de Venezuela se ausenta de la toma de posesión de Bachelet sin explicar las razones de su ausencia

El presidente de Venezuela Nicolás Maduro era esperado en Valparaíso, Chile, donde Michelle Bachellet juró por segunda vez como presidenta de ese país. Pero a primera hora de este martes fuentes de la cancillería chilena confirmaron a la agencia EFE que el mandatario venezolano no asistiría a la toma de posesión. Caracas no ha informado de forma oficial las razones por las cuales su máximo representante se ausentó de la cita. El canciller Elías Jaua encabezó la delegación que aterrizó al amanecer en la capital Santiago.

El personal de protocolo desmontó de inmediato los sitios donde el gobernante debía atender a la prensa. Maduro, que suele viajar con frecuencia al exterior, lleva un mes sin salir del país, acosado por las protestas de la oposición en todo el país. Su presencia era muy esperada porque competía en interés con la toma de posesión de la nueva presidenta. Una prueba de ello son las declaraciones que ofreciera el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden, quien afirmó al diario El Mercurio que la situación de Venezuela “era alarmante” y que le recordaba épocas pasadas en las cuales “hombres fuertes gobernaban usando la violencia y la agresión”. Para aprovechar la presencia de varios gobernantes de la región Biden se reuniría por separado con los presidentes de Perú, México y Colombia para tocar la crisis venezolana.

La decisión de Maduro luce coherente con lo que ha sido su estrategia de los últimos días. Su Gobierno solo desea hablar de la crispada situación local en aquellos foros que le sean afines como Unasur (Unión de Naciones Suramericanas). Ya la semana pasada Caracas bloqueó en una reunión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) una moción de Panamá para influir en la resolución del conflicto. Con el apoyo mayoritario de los países del Caricom y del bloque del ALBA, el pleno emitió una resolución favorable al Gobierno que desconoce los reclamos de la oposición y apuesta por el diálogo convocado por Maduro. Los partidos políticos de la oposición y sus principales dirigentes no han aceptado la invitación porque consideran insincero el llamado.

Pero además en los disturbios ocurridos en la ciudad de Mérida, en los andes venezolanos, falleció una ciudadana chilena, Giselle Rubilar, luego de recibir un balazo en la sien. Las autoridades chilenas han solicitado una investigación oficial a Venezuela. El lunes el presidente Maduro prometió castigar a los culpables. “Ya están identificados los asesinos”, dijo en una intervención este lunes, en otra prueba de que es imposible obviar las dimensiones de la protestas. En distintas intervenciones los voceros oficiales han pretendido reducir el impacto de lo que ocurre señalando que las protestas se concentran en 18 de los 335 municipios del país.

La noche del lunes en un ataque al principal feudo de la oposición en la ciudad de San Cristóbal –el cruce de las avenidas Carabobo y Ferrero Tamayo-, en el Occidente de Venezuela, fue asesinado Daniel Tamayo, un estudiante de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, con un disparo en el pecho. Otras tres personas fueron heridas también a balazos. Los estudiantes, que mantuvieron sus posiciones, atribuyen las bajas a la acción de las fuerzas paramilitares del chavismo que se mueven en motos de baja cilindrada.

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