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El Ejército sirio toma el principal bastión rebelde junto a la frontera de Líbano

El control de Yabrud permite al régimen despejar la ruta terrestre Damasco-Alepo-Mediterráneo y ahoga a los insurgentes, que dependían de esa vía para aprovisionarse desde el país vecino

Soldados sirios celebran la toma de Yabrud este domingo.
Soldados sirios celebran la toma de Yabrud este domingo. JOSEPH EID (AFP)

El conflicto sirio entra en su cuarto año con un importante avance de las tropas leales al presidente Bachar el Asad en la frontera con Líbano. Según ha confirmado la agencia oficial Sana, el Ejército ha recuperado al amanecer de este domingo el “control total” de la ciudad de Yabrud, hasta hoy el principal bastión rebelde en las estratégicas montañas de Qalamoun. El presidente Bachar el Asad se apunta un doble tanto con esta reconquista: consigue asegurarse el control de la ruta terrestre entre Damasco, Alepo —capital económica hasta el inicio de la guerra— y la costa mediterránea, ahora ya libre de ataques opositores, y a la vez ahoga a los insurgentes, cerrando la principal vía por la que recibían suministros, tanto materiales como humanos, desde el vecino Líbano.

La importancia del enclave explica el empeño del Ejército por controlarlo, para lo que lanzó una ofensiva intensa en noviembre, ininterrumpida desde entones y especialmente cruenta en el último mes. Los rebeldes, representados mayoritariamente por el Frente Al Nusra —brazo de la organización terrorista Al Qaeda en Siria—, han soportado el asedio hasta que el pasado día 4 las tropas del régimen lograron entrar en la ciudad. Los combates han sido “encarnizados” desde entonces, confirma el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH), un grupo opositor que evalúa el avance de la contienda. Los choques cuerpo a cuerpo se habían centrado en estos últimos días en el este de Yabrud, entre miembros de la milicia chií libanesa Hezbolá —que desde la primavera de 2013 combate abiertamente a favor de El Asad en suelo sirio— y los rebeldes. Según fuentes militares citadas por la agencia France Presse, los opositores han perdido hasta 13 jefes en combate, además de un “gran número” de efectivos de base, tanto muertos como capturados.

Un miembro de Al Nusra ha confirmado a la agencia Reuters que, ante el empuje de las Fuerzas Armadas regulares, su milicia tomó la decisión de retirarse de la ciudad. Sus seguidores se han refugiado en las localidades cercanas de Hosh Arab, Rankos y Fleita, donde aún tienen una infraestructura estable. Este portavoz asevera que no van a cruzar a Líbano para buscar seguridad en la zona de Arsal, a menos de 20 kilómetros de la frontera, territorio suní simpatizante con los opositores a El Asad y lugar desde el que les ha llegado una ayuda notable. Pese a ello, una fuente militar libanesa ha constatado en el canal LBC que más de mil combatientes han escapado a los alrededores de Arsal en los últimos días. Esta mañana, el Ejército sirio ha lanzado otros dos ataques aéreos en suelo sirio, justo en esta región, para debilitar su red de asistencia.

El canal de televisión Al Mayadeen, afín a Hezbolá, está emitiendo imágenes de una Yabrud totalmente desierta, con las oficinas y comercios cerrados y los soldados de Damasco patrullando fuertemente armados. Los Comités Locales de Coordinación, otro grupo disidente, explica que al menos la mitad de los casi 50.000 habitantes de la ciudad han escapado desde el pasado otoño, desesperados por los bombardeos constantes. Varios colaboradores del grupo en la ciudad y sus alrededores han informado de que esta mañana se han producido ataques aéreos desde helicópteros y con artillería, para expulsar a los últimos rebeldes, que anoche aún controlaban débilmente el 1% del municipio. Los explosivos colocados por la oposición en su huida están siendo ya desactivados en todos los caminos de acceso a la villa, añade Sana.

Varias de las colinas próximas fueron tomadas entre el viernes y el sábado, añaden los Comités, lo que sumado a la caída, hace una semana, de la ciudad rebelde de Zara, otra importante zona porosa en las montañas, hace que las vías de ayuda vital a los disidentes estén “prácticamente selladas” en el frente occidental. “El terreno ya no es permeable”, añaden.

A los 17 muertos contabilizados ayer en todo el país por combates entre partidarios y detractores de El Asad y por bombardeos del Ejército se suman otros 11 fallecidos, al menos, en la ciudad libanesa de Trípoli, donde también se registraron unos 50 heridos en choques sectarios, producto de la crisis siria.

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Además, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha emitido un nuevo comunicado en el que denuncia que ya lleva dos semanas sin poder distribuir ayuda humanitaria (alimentos y medicinas) en el campo de Yarmuk, en Damasco, donde aguardan cerca de 20.000 personas. Estos civiles, tanto palestinos como sirios, sufren desde el pasado verano el cerco total por parte del régimen y solo en febrero comenzaron a recibir asistencia. Ahora, los bombardeos intermitentes hacen imposible nuevos repartos. UNRWA recuerda que la malnutrición sigue siendo generalizada y que hay mujeres que mueren en el parto por falta de asistencia médica.

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