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El 14% de los electores se decanta por formaciones de corte populista

Los partidos conservadores encabezan las preferencias de los votantes europeos

Lucía Abellán

El Partido Popular Europeo (PPE), que aglutina a los grandes partidos conservadores del continente, ganaría por un estrecho margen las elecciones europeas si se celebraran hoy. Son los resultados que arroja el último sondeo encargado por la Eurocámara para rastrear la posición política de los votantes a dos meses de la cita electoral en los 28 Estados miembros. El PPE logra el 29% de los apoyos, frente al 27% de los socialdemócratas. Pese a todo, el resultado más llamativo es que el 14% de los votantes optan por formaciones que no se encuadran en ninguno de los grupos tradicionales de la Cámara y pueden representar, en buena medida, opciones populistas.

La evolución del voto muestra un ligero avance de los conservadores en las últimas semanas. El mismo sondeo realizado a principios de marzo otorgaba una minúscula ventaja a los socialdemócratas, que a mediados de mes (la fecha en la que se cerraron los últimos resultados) se disipó. Con la encuesta más reciente, los populares obtendrían 219 escaños, frente a los 204 de los socialdemócratas. Supone, en todo caso, una caída del 16% para los populares respecto a la situación actual y una subida del 4,6% para los socialistas.

Lo más llamativo de este sondeo, realizado por la Eurocámara en colaboración con el instituto de opinión TNS con datos periódicos de todos los Estados comunitarios, es que no refleja en absoluto el temido auge de los partidos euroescépticos y xenófobos que pueblan la escena europea. El grupo que ahora recoge a los más escépticos en la UE (básicamente conservadores británicos, polacos y checos), el llamado Grupo Europeo de Conservadores y Reformistas, pasaría de 57 a 42 escaños si se cumplen estas proyecciones. Sorprende también que otro de los grupos con partidos de este corte, el Grupo Europa de la Libertad y la Democracia, evolucione a la baja: de 31 a 26 escaños. Este grupo incluye en la actualidad al británico Nigel Farage, que con su formación UKIP ha robado una buena proporción de los votos a los conservadores de David Cameron. Los que sí aumentan algo su presencia son los no alineados, muchos de ellos también de tintes eurófobos.

Pese a todo, la clave reside en lo que la encuesta coloca bajo el epígrafe de otros, con un nada despreciable peso del 8,9%. Ese cajón de sastre representaría la tercera opción en preferencias de voto, lo que indica claramente un alto porcentaje de la población –y de los escaños- dirigidos a muchas formaciones, probablemente de corte populista o euroescéptico, que no se encuadran en ningún grupo tradicional y cuya intención tras las elecciones es una incógnita. Pueden decidir agruparse para ganar fuerza contra el proyecto europeo, apoyar una opción conservadora o simplemente votar en cada ocasión como les parezca, sin directrices claras. Si a ese casi 9% se le suma otro casi 5% de los no alineados, el resultado es que el 14% de los europeos se decanta por partidos ajenos a lo tradicional.

El mayor descenso de todo el arco parlamentario es para los liberales. Con la actual intención de voto seguirían siendo la tercera fuerza parlamentaria, pero su representación caería un 27%, hasta quedarse en un 8% del voto. Este grupo recibe el castigo de algunos gobiernos en los que han formado coalición con partidos conservadores (como en la anterior legislatura alemana) y han capitalizado con mucha más fuerza el malestar de la población que los propios partidos al frente de esas coaliciones. También caen con fuerza los verdes, que pasan de tener 58 diputados a 45.

Por el contrario, las formaciones de izquierda minoritaria son las que más claramente recogen el descontento con los partidos mayoritarios. El grupo de izquierda unitaria, que aglutina también a la izquierda verde de los países nórdicos y que en España está representado por Izquierda Unida, atraería casi el 7% del voto, lo que le reportaría 51 escaños. Eso daría a esta formación un peso parecido al de los liberales y, al contrario que en esta legislatura, muy superior al de los euroescépticos británicos y polacos.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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