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“Pagaste millones para Repsol y ni un solo peso para educación”

Los maestros argentinos marchan con críticas al Gobierno de Fernández. Tres sindicatos preparan una huelga general

Manifestación de docentes en Buenos Aires, este miércoles.
Manifestación de docentes en Buenos Aires, este miércoles.EFE

Los maestros de la provincia de Buenos Aires, donde viven casi cuatro de cada diez argentinos, cumplirán este jueves 16 días de huelga. Las clases de 2014 debían comenzar a principios de marzo, pero el mes se acaba y unos 3,5 millones de alumnos siguen en sus casas. Este miércoles fracasó una nueva negociación entre el sindicato de docentes y el Gobierno bonaerense, que está en manos del kirchnerista moderado Daniel Scioli. Decenas de miles de maestros de todo el país, pero sobre todo bonaerenses, marcharon además hasta el Ministerio de Educación para reclamarle también al Gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner que debe fijar un mínimo salarial para Argentina. En 14 de las 23 provincias del país, incluida la de Buenos Aires, no hay acuerdo sobre el nivel de aumento de nómina para contrarrestar una inflación que asciende ya al 32% anual. En la mitad de ellas hay huelgas, puntuales o por tiempo indeterminado, como en territorio bonaerense.

La negociación salarial de los docentes es la primera importante de un año que comenzó con una devaluación del peso que hizo subir la de por sí alta inflación de 2013 (27%). Y además se constituye como referencia para los demás sindicatos.

El líder sindicalista Hugo Moyano lidera de nuevo los paros de trabajadores

No por nada en medio del conflicto docente que se extiende, tres de las cinco centrales sindicales de Argentina han decidido este miércoles ir a una huelga general el próximo 10 de abril. Será el segundo paro que enfrenta el Gobierno de Fernández. El primero fue en 2012 y con piquetes en diversas carreteras detuvo la actividad económica por 24 horas. El líder de aquella protesta, y de esta nueva, es el jefe de una de las tres ramas de la peronista Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, que a finales de 2011 rompió con el kirchnerismo.

Además pararán otro sector de la CGT, el de José Luis Barrionuevo, y la división opositora de la izquierdista Central de Trabajadores de Argentina (CTA), que conduce Pablo Micheli. No se adhiere a la protesta el jefe de la CGT kirchnerista, el metalúrgico Antonio Caló, pero su sindicato tampoco ha logrado hasta ahora un pacto salarial porque exige un alza del 30%, mientras que la patronal ofrece un 25% y entre bambalinas funcionarios proponen 28%.

El sindicato de maestros bonaerenses está dirigido también por un kirchnerista, Roberto Baradel, que se niega a aceptar el 30,9% que le ofrece Scioli. Baradel pide un 35% y además denuncia que el gobernador y aspirante a la presidencia de Argentina en las elecciones de 2015 les ofrece casi el 31% solo a un quinto de los docentes y nada más que el 21% al resto.

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En la manifestación de los maestros, que marcharon por la porteña avenida Callao desde el Congreso hasta el Ministerio de Educación, dos docentes del suburbio bonaerense de La Matanza explicaban que la conducción sindical kirchnerista está sufriendo la presión de las bases, identificadas con la izquierda trotskista. “También hay muchos maestros conservadores, que votaron en (las elecciones legislativas) de 2013 a (Sergio) Massa (peronista devenido opositor ese mismo año), pero que apoyan a la izquierda en el sindicato con tal de ir contra el kirchnerismo”, contaba uno de los dos profesores en la esquina de Rodríguez Peña con Paraguay. Massa venció al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, mientras que el ascendente trotskismo consiguió allí uno de los tres diputados que logró en esos comicios.

La líder de los maestros también recordó que con el kirchnerismo ha habido más dinero para la educación

“A ver Cristina (Fernández), a ver si nos entendemos, con 1.800 pesos de (224 dólares mensuales) de (salario) básico no comemos”, cantaban los maestros que habían llegado con banderas de diversos municipios de la periferia de Buenos Aires y también de ciudades del resto de la provincia, como Tandil o Lobería. El salario básico suele complementarse con otros adicionales. Los manifestantes también llevaban estandartes de partidos de la izquierda opositora, y seguían entonando: “Pagaste millones para la Repsol y ni un solo peso para educación”. Este mismo miércoles se debatía en el Senado argentino la indemnización de por lo menos 5.000 millones de dólares que el país sudamericano pagará con títulos públicos a la petrolera española por la expropiación en 2012 del 51% de YPF.

La manifestación acabó con un discurso de la líder del sindicato nacional de maestros, Estela Maldonado, que, a diferencia de los que cantaban, rescató el aumento de la inversión de Argentina en educación durante casi 11 años de gobiernos kirchneristas, del 3% al 6% del PIB. Los salarios docentes subieron el doble que la inflación entre 2003 y 2012, pero en los últimos dos años han perdido poder de compra. Maldonado advirtió: “Luchamos en la calle por la defensa del salario ante la inflación y la devaluación”. Recordó que en la norteña provincia de Jujuy un maestro con diez años de antigüedad gana el equivalente a 498 dólares mensuales.

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