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Muere un alto mando policial en un atentado en la Universidad de El Cairo

Las universidades han sido uno de los principales focos de las protestas de los seguidores de Mohamed Morsi

La campaña de atentados que padece Egipto ha llegado también a las universidades. Al menos una persona, un general de brigada de la policía, murió este miércoles a causa de la explosión consecutiva de dos bombas en los aledaños de la Universidad de El Cairo. Otros cinco policías resultaron heridos por la detonación, que provocó el hundimiento parcial de un edificio colindante. Unos minutos después se produjo un tercer estallido frente a la puerta principal de la Universidad sin causar víctimas mortales. Las universidades han sido uno de los principales focos de las protestas organizadas por los seguidores del depuesto presidente Mohamed Morsi.

Según fuentes policiales, los dos artefactos explosivos, detonados por control remoto, estaban situados a los pies de un árbol, muy cerca de un puesto de control de la policía. Por lo tanto, parece evidente que el objetivo del atentado eran los agentes y no los estudiantes. El oficial fallecido es Tarek al-Mergawi, el responsable de la unidad de investigación de la sección oeste de la provincia de Giza. Otro alto cargo del ministerio de Interior en la provincia de Giza, el general Abdel-Rauf al-Sirafy, se encuentra entre los heridos.

Inmediatamente después de los atentados, se procedió a la evacuación de la Universidad de El Cairo, y toda la zona fue acordonada. Fundada en 1908, y situada en el barrio de Giza, es una de las más grandes y prestigiosas universidades del país árabe, pues cuenta con más de 200.000 estudiantes. Esta no es la primera vez que se produce un atentado con bomba en la Universidad de El Cairo. El pasado 20 de marzo estallaron dos artefactos sin causar víctimas. El fiscal general del Estado, Hisham Barakat, ha ordenado una investigación de los hechos, y un equipo de detectives se desplazó inmediatamente al lugar para iniciar las pesquisas e interrogar a los testigos.

Durante los últimos meses, las universidades se han convertido en el epicentro de las manifestaciones anti-gubernamentales que se celebran en el país árabe de forma periódica desde el pasado mes de julio, cuando el Ejército depuso al rais islamista Mohamed Morsi, de los Hermanos Musulmanes. De hecho, el puesto de control de la policía que sufrió el ataque había sido organizado en previsión de nuevas concentraciones estudiantiles contra la candidatura a la presidencia del país de Abdelfattá al Sisi, exministro de Defensa, y ejecutor del Golpe de Estado.

La dispersión de las protestas por la policía antidisturbios desemboca normalmente en enfrentamientos violentos entre estudiantes y fuerzas de seguridad. A principios de esta semana, dos alumnos murieron en el transcurso de disturbios en la Universidad de Al Azhar, que por sus credenciales religiosas cuenta con un elevado número de estudiantes de tendencia islamista. Varias decenas de estudiantes de Al Azhar han sido condenados a penas de cárcel, algunas de hasta 14 años, por su participación en protestas violentas.

De momento, las medidas tomadas por el Gobierno y los rectores de las universidades egipcias no han conseguido pacificar las campus. Entre ellas, figuran la expulsión de los estudiantes sospechosos de participar en las protestas y el retraso del inicio del segundo semestre durante tres semanas. Una sentencia judicial del 2010 prohibió la entrada de la policía en los recintos universitarios, una decisión respetada tras la revolución del 2011. No obstante, el pasado mes de febrero el presidente interino promulgó un decreto que vuelve a autorizar la actuación de las fuerzas de seguridad dentro de los campus.

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Mientras tanto, los dos aspirantes a la presidencia de Egipto, el exmariscal Abdelfattá al Sisi y el político nasserista Hamdin Sabbahi, ya han comenzado a recoger las 25.000 firmas necesarias para concurrir en los comicios, que se celebrarán los días 26 y 27 de mayo. Desde el mes de julio, el país árabe cuenta con un rais interino, Adly Mansur, presidentes del Tribunal Constitucional antes de la asonada.

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