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“Orando por Reynosa”

La ciudad fronteriza mexicana se convierte durante horas en un campo de batalla por la detención de un líder del cartel del Golfo

Clientes de una tienda se resguardan de las balas en Reynosa, el martes
Clientes de una tienda se resguardan de las balas en Reynosa, el martes@n_vade

La policía pidió a media tarde del martes que nadie transitara por las principales avenidas y carreteras de Reynosa, al norte de México. A esas horas ya se había desatado la violencia. Los habitantes de esta ciudad fronteriza podían escuchar desde el resguardo de sus casas el sonido de las balas. La captura por parte de las autoridades mexicanas de Jesús Alejandro Leal, alias Metro 24, un narcotraficante con la imagen de San Judas Tadeo tatuada en el pecho, convirtió la ciudad que limita con Texas y el río Bravo en un campo de batalla.

Leal era uno de los cabecillas del Cartel del Golfo, el grupo criminal predominante de este lugar considerado un enclave estratégico para controlar el trasiego de droga a este lado de la frontera. La operación comenzó sobre las 16.00. Los marinos mexicanos rodearon la casa donde se encontraba el traficante, en la zona conocida como Jardines Colonia, su centro de operaciones, según detalló la Secretaría de Gobernación en un comunicado emitido el miércoles. Metro 24 fue detenido sin necesidad de realizar un solo disparo aunque llevara consigo un Ak-47 y un arma corta.

La detención del capo norteño parecía haber sido tan quirúrgica como la de Joaquín El Chapo Guzmán, el narco más buscado, pero durante su traslado se desató la tormenta. Los sicarios del cartel en Reynosa bloquearon con una veintena de vehículos las principales calles del municipio y atacaron el convoy en el que trasladaban a su jefe. Intentaban liberarlo. Las autoridades y los criminales intercambiaron disparos durante horas, provocando el pánico de los habitantes de la ciudad.

Los ciudadanos que hacían la compra en un supermercado en el momento de comenzar el enfrentamiento se echaron al suelo, según las fotografías que comenzaban a circular por la red. "Qué bello mi Reynosa, de vuelta a las andadas. Les traigo una foto de la balacera de hoy. Con ustedes, un sicario", escribió un usuario de Twitter y colgó una imagen en la que se ve a un hombre intercambiando disparos en mitad de la calle. Los mensajes se propagaron con la etiqueta #reynosafollow. La policía federal de Nuevo León, el Estado que colinda con Tamulipas, advirtió de lo que estaba ocurriendo: "Atención: se registran enfrentamientos y bloqueos en las principales avenidas y carreteras de Reynosa, Tamaulipas. De momento no viaje a esa zona. Riesgo inminente".

En la esquina de un bulevar, los cuerpos de cuatro hombres muertos yacían frente a una farmacia, de acuerdo a testigos. No hay información oficial sobre la muerte de estas personas. El policía federal Arnulfo Gómez Hernández recibió un balazo por parte de hombres armados que le dispararon desde una camioneta y murió. "Oremos por Reynosa", tuiteó un usuario a media tarde. Caía la noche y el ruido de las balas se iba poco a poco apagando. Las autoridades trasladaron a Metro 24 de madrugada a la Ciudad de México. Sus hombres no habían conseguido rescatarle.

El Cartel del Golfo básicamente se divide en dos facciones, Los Metros (de ahí el apodo de Leal), cuyo centro de operaciones es Matamoros, y Los Rojos, con sede en Reynosa. Tamaulipas, la región en la que despliegan, es una de las zonas más conflictivas de México. Ahí se ha dado una de las masacres más importantes que se conocen: la de 72 inmigrantes centroamericanos y sudamericanos asesinados en un rancho a sangre fria en 2010.

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"Se pelean entre ellos. El Golfo como tal es un grupo criminal muy debilitado. Son caseta de cobro para los cargamentos de droga del sur que quieren cruzar lo que se conoce como la frontera chica. Cobran cuota a los que llevan cocaína y drogas sintéticas al otro lado", explica Eduardo Guerrero, consultor de seguridad, quien añade que también mantienen pugnas constantes con Los Zetas, el cartel con tintes paramilitares más cruel del país. Sin el surgimiento de esta organización tan característica, que además del negocio de la droga incorporó otras fuentes de financiación como el secuestro y la extorsión, no se entenderían los altos niveles de violencia que padece el país desde 2006.

De hecho, el origen de Los Zetas está vinculado con el Golfo. Osiel Cárdenas, cuando era el cabecilla de la organización, se obsesionó con la idea de que lo mandara matar alguien de su entorno, tal y como él mismo había hecho con uno de sus socios. Por esa acción se ganó el sobrenombre de El mata-amigos. Decidió entonces rodearse de una guardia pretoriana compuesta por militares. Reclutó a soldados mexicanos de élite y estos a su vez fueron animando a desertar a más colegas con la promesa de que ganarían más dinero dejando de lado la vida castrense. Los Zetas germinaron como el brazo armado del cartel pero poco a poco fueron ganando autonomía y tras la detención de Osiel se independizaron del todo. Osiel Cárdenas, de 46 años, cumple condena en el cárcel de máxima seguridad de Florence, en Colorado. Su libertad está fijada para el año 2025.

La biografía, o más bien la hagiografía de Metro 24 es más modesta que la de Cárdenas pero algunos aspectos de su personalidad pueden intuirse por lo que han escrito sobre su figura los compositores locales de narcocorridos. También le llaman El Simple "porque humilde siempre ha sido", de acuerdo a las letras de los Los Ahijados de Nuevo León. En esa canción lo describen como un hombre familiar, que no olvida sus orígenes pobres y a quien la fortuna le ha sonreído pues "la vida se anda rifando". La pieza acaba con una frase que suena a desafiío a las autoridades pero que a la postre ha sido premonitoria: "Se pasea por la frontera, pa los que quieran toparlo".

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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