_
_
_
_
_
Crisis en Ucrania
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Pido a Rusia que ponga freno a la escalada

El secretario general de la OTAN exige medidas concretas para evitar una confrontación directa de consecuencias imprevisibles y solicita al Kremlin que retire sus tropas de la frontera con Ucrania

Activistas prorrusos, listos para enfrentarse a la policía en Slaviansk.
Activistas prorrusos, listos para enfrentarse a la policía en Slaviansk.ANATOLIY STEPANOV (AFP)

Mi primer discurso como secretario general de la OTAN en 2009 se titulaba La OTAN y Rusia: un nuevo inicio. Mi objetivo era desarrollar una verdadera colaboración estratégica con Rusia incrementando la cooperación práctica en ámbitos en los que compartimos intereses en materia de seguridad, e insistiendo al mismo tiempo en que Rusia debía cumplir plenamente sus obligaciones internacionales, entre las que se incluía el respeto a la integridad territorial y a la libertad política de sus vecinos.

A lo largo de los años, conseguimos importantes avances, trabajando juntos en ámbitos como la lucha contra el terrorismo, la antipiratería y la seguridad en Afganistán. Pero la anexión de Crimea por parte de Rusia puso fin a ese nuevo inicio y socavó la mismísima base de la colaboración que habíamos construido con tan gran esfuerzo.

Actualmente Rusia habla y se comporta no como un socio, sino como un adversario.

Mientras decenas de miles de soldados rusos listos para el combate esperan en la frontera con Ucrania, Rusia también lleva a cabo una guerra de propaganda como no habíamos visto desde el final de la guerra fría. Su propósito es tergiversar la verdad, desviar la atención de las acciones ilegales rusas y subvertir el poder de las autoridades en Ucrania.

En las últimas semanas, las autoridades rusas han acusado a la OTAN de incumplir sus promesas, de interferir en los asuntos internos ucranios y de provocar una escalada de la crisis. Es hora de ver estas afirmaciones como lo que son: una cortina de humo diseñada para ocultar las promesas incumplidas, las injerencias y la escalada de la crisis provocada por Rusia.

» Promesas incumplidas. Rusia acusa a la OTAN de romper la promesa de 1990 de que nunca se extendería hacia Europa central y Europa del este. En diferentes ocasiones, los líderes rusos han atribuido la promesa a unas declaraciones privadas del excanciller alemán Helmut Kohl, del exministro de Asuntos Exteriores alemán Hans-Dietrich Genscher y del por aquel entonces secretario de Estado estadounidense James Baker.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Pero en 1990, el único debate que había era sobre la reunificación de Alemania. La ampliación de la OTAN no estaba en el orden del día, ya que el Pacto de Varsovia se disolvió un año más tarde. Es más, cualquier promesa de este tipo habría provocado un cambio del tratado fundacional de la OTAN realizado con el consenso de todos los aliados.

Lo cierto es que nunca se hizo una promesa de este tipo, y los dirigentes rusos no han presentado ningún documento que respalde esta afirmación a menudo repetida. Desde que se fundó, la OTAN ha aceptado a los Estados soberanos que decidieron libremente incorporarse a la Alianza. Ese es el espíritu de la democracia.

A lo largo de los últimos 70 años, Rusia ha prometido repetidas veces respetar la soberanía, la integridad territorial y la independencia de todos los Estados. Lo hizo, por ejemplo, cuando firmó la Carta de Naciones Unidas de 1945, el Acta Final de Helsinki de 1975 y el Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997.

Rusia está violando ahora la integridad territorial de Ucrania al ocupar Crimea, y está violando su soberanía al tratar de imponer un sistema federal. Rusia ha incumplido su palabra y ha empañado su reputación, algo que tardará años en subsanar. El culpar a la OTAN no mejorará eso, solo lo empeorará.

» Injerencias. Los dirigentes rusos también afirman que la OTAN se ha inmiscuido en los asuntos internos ucranios al presionar al país para que se incorporase a la Alianza.

La trayectoria de la OTAN demuestra lo falso que es esto. Cuando Ucrania manifestó su deseo de incorporarse a la Alianza hace 10 años, nos alegramos del deseo ucranio. Cuando Ucrania optó por no pertenecer a ningún bloque hace cinco años, respetamos la decisión ucrania. Cuando el primer ministro Arseni Yatseniuk visitó recientemente Bruselas, dejó claro que no tenían previsto convertirse en miembro de la OTAN. Es una decisión soberana de Ucrania, y la OTAN la respeta totalmente.

Mientras tanto, Rusia ha tratado en repetidas ocasiones de definir, e incluso imponer, el rumbo de Ucrania. Funcionarios de alto rango han instado a que se reforme la Constitución para crear un Estado federal, y han solicitado que Ucrania se declare neutral para proteger la seguridad rusa.

Esto contradice uno de los principios fundamentales de la seguridad euro-atlántica: que cada Estado es libre de elegir sus alianzas. La Unión Soviética aceptó ese principio cuando firmó los Acuerdos de Helsinki en 1975; Rusia heredó la obligación.

Solo Ucrania puede decidir lo que es mejor para Ucrania, respetando totalmente a los ucranios, sea cual sea el idioma que hablen. Otros países pueden ayudar a facilitar el diálogo, pero no pueden decidir en nombre de Ucrania.

Si Rusia es sincera en su intención de dialogar, la primera medida que debería adoptar sería la retirada de las decenas de miles de soldados que ha desplegado en la frontera de Ucrania sin ninguna justificación. De lo contrario, las conversaciones no serán un diálogo, sino un decreto.

» Escalada. Las autoridades rusas afirman que la OTAN ha intensificado la crisis al trasladar fuerzas militares a Europa central y del este y al condenar públicamente las acciones rusas. El ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, incluso escribió que “el freno a la escalada empieza por la retórica”.

Lo cierto es que las acciones valen más que las palabras: la escalada y el freno a la escalada empiezan sobre el terreno.

Desde que se inició la crisis, Rusia ha ocupado Crimea con miles de efectivos, y ha organizado un referéndum amañado. Es evidente que eso es escalada. La OTAN ha ofrecido su apoyo a las reformas en materia de defensa del Gobierno ucranio y se ha ofrecido a aumentar la transparencia y el control democrático de las Fuerzas Armadas. Es evidente que eso no es escalada.

Las fuerzas rusas se han apropiado de bases militares y buques de guerra ucranios. Eso es escalada. La OTAN ha enviado expertos civiles para asesorar a Ucrania en materia de seguridad de infraestructuras básicas. Eso no es escalada.

Rusia ha trasladado a unos 40.000 soldados a la frontera de Ucrania, apoyados por tanques, aviones de combate, artillería y helicópteros de ataque: escalada. La OTAN ha efectuado vuelos con aviones radar de control y vigilancia aérea (AWACS) sobre Polonia y Rumanía, y ha enviado seis aviones adicionales a los Estados bálticos para proteger el espacio aéreo aliado: no es escalada.

» Disipar la cortina de humo. La propaganda rusa contra la OTAN y Occidente solo es una cortina de humo para ocultar sus propias acciones ilegales. Si se disipa la cortina de humo, la verdad sobre el terreno es evidente: Rusia se ha anexionado Crimea a punta de pistola, incumpliendo todos sus compromisos internacionales.

Rusia se encuentra ahora aislada en el mundo, y su reputación internacional está hecha añicos. Eso no redunda en interés de Rusia.

Rusia se enfrenta a una decisión: dejar de culpar a los demás de sus acciones, retirar sus tropas, volver a cumplir sus obligaciones internacionales y empezar a reconstruir la confianza.

De lo contrario, Rusia solo sufrirá un mayor aislamiento internacional. Eso no le interesa a nadie, y solo hará que nuestro mundo sea más peligroso e impredecible.

Pido a Rusia que ponga freno a la escalada. Hay que adoptar medidas concretas.

Anders Fogh Rasmussen es secretario general de la OTAN.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_