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“Un accidente del mundo subdesarrollado en un país desarrollado”

Los familiares de los fallecidos en el naufragio muestran su indignación por los fallos de seguridad

Vídeo difundido por los guardacostas surcoreanos.Foto: reuters_live | Vídeo: REUTERS-LIVE

La familia de Kim Bitnara llora la muerte de la estudiante de 16 años que falleció en el desastre del transbordador surcoreano Sewol el miércoles 16 de abril cerca de la costa suroeste del país. Es uno de las decenas de servicios fúnebres que se celebran en el Hospital Hando, en Ansan, una ciudad a 31 kilómetros al suroeste de Seúl, por las víctimas del naufragio del ferry.

Se han recuperado los restos de 187 fallecidos y 115 personas se encuentran aún desaparecidas. De las 476 personas que iban a bordo, sólo 174 pasajeros, entre ellos el capitán del ferry y la mayor parte de su tripulación, fueron rescatados después de que el barco volcara debido a lo que se cree que fue un giro más brusco de lo normal. La mayoría de los estudiantes de segundo curso de la Escuela Secundaria Danwon en Ansan que iban de excursión en el ferry han muerto o están desaparecidos. 

Hay decenas de coronas de flores blancas alineadas en el pasillo donde llegan las personas que van a dar el pésame a la familia de la fallecida. “No sé si es porque está en el cielo, pero sonreía y tenía cara de estar en paz cuando la vimos”, dice la madre de Bitnara, Kim Jung-hwa, una ferviente cristiana.  La mañana del accidente, la profesora de matemáticas, de 46 años, se encontró una llamada perdida de su hija, que estaba a bordo del transbordador en una excursión escolar de camino a la popular isla surcoreana de Jeju, conocida por sus mandarinas y rutas de senderismo.

Este naufragio, uno de los peores de la historia surcoreana, ha hecho que los familiares de las victimas sientan frustración por la reacción del Gobierno a esta tragedia. Las tensiones entre los parientes y el Ejecutivo han provocado la dimisión este domingo del primer ministro de Corea del Sur, Chung Hong-won.  Los problemas empezaron inmediatamente después del hundimiento, cuando las autoridades informaron a los padres de que todos los estudiantes se encontraban a salvo, cuando la realidad no podía ser más distinta.

Doce días después, la operación de rescate continúa. El ferry continúa hundiéndose y cuanto más avanza la búsqueda se vuelve más difícil la operación, ya que en el interior de la nave hay más objetos y el tiempo que se tarda en llegar es mayor, lo que reduce el tiempo en que los buzos pueden estar dentro del barco y con ello, la probabilidad de encontrar más cuerpos, según la policía marítima.

El viernes el presidente norteamericano Barack Obama, que estaba de visita en Seúl para encontrarse con la presidenta surcoreana Park Geun-hye, dijo que se daba cuenta de que su visita tiene lugar en un momento duro para el país y compartió un momento de silencio con Park.  “Sé que la presidenta Park y el Gobierno surcoreano están enfocados en reaccionar al ferry”, dijo Obama. “Sólo quiero expresar, de parte de toda la gente norteamericana, mi pésame por la increíble pérdida que ha tenido lugar… Como aliados pero también amigos, nos unimos al lloro por los perdidos, y especialmente por los jóvenes”.

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La investigación de la causa del accidente continúa. El viernes, las autoridades interrogaron a un colaborador cercano a la familia de los propietarios de la nave y a cuatro miembros de la tripulación. También se apoderaron de la nave hermana del Sewol, el Ohamana, y vieron que los botes salvavidas y las rampas de escape no se podían abrir.

A principios de esta semana, las autoridades han hecho redadas en la empresa propietaria del Sewol, Chonghaejin Marine, sus afiliadas, y la residencia de su antiguo dueño Yoo Byung-eun. Por ahora, 11 de los 15 miembros de la tripulación, incluido Lee Jun-seok, el capitán del ferry, han sido arrestados bajo sospechas de no evacuar a los pasajeros del barco hundido.

El viernes pasado, Kang Min-gyu, el subdirector de la escuela, que había sido rescatado del Sewol, se suicidó cerca de un gimnasio que se había convertido en  el hogar temporal de los familiares en Jindo, una isla al suroeste del país cerca de donde se hundió el ferry.  “Por favor hacedme responsable de todo esto”, escribió Kang en una nota que la policía hizo pública. “Insistí en que se hiciera la excursión de la escuela. Cremad mi cuerpo y extended mis cenizas sobre el lugar del hundimiento del buque. Puede que llegue a ser profesor de nuevo en la próxima vida de los estudiantes, cuyos cuerpos aún no han sido encontrados”.

Los velatorios suelen durar tres días en Corea del Sur. El cuerpo de Bitnara no está a la vista, ya que sólo los familiares cercanos ven el cuerpo momentos antes de enterrar o cremar el cuerpo, normalmente al tercer día tras el fallecimiento. La familia saluda a los visitantes que le rinden homenaje ante una altar rodeado de crisantemos junto a una gran foto de la estudiante en el centro y algunas de sus posesiones más preciadas -una botella de su bebida favorita, un pasaporte que se acababa de hacer para ir a Malasia en agosto, una foto de ella con su cantante favorito y una Biblia.

El padre pasó los siete primeros días exigiendo respuestas a las autoridades hasta que encontraron el cuerpo de su hija el miércoles. “Ojalá le hubiera dicho que se bajara del barco”, dice Kim Kyeong-goon, que trabaja en construcción y se había convertido en el portavoz de los padres de los estudiantes de la escuela. Kim le había dicho a su hija que siguiera las instrucciones de la tripulación. Pero el capitán del barco les dijo que por seguridad permanecieran donde estaban, aunque al final quedaron atrapados. Se fracturaron los dedos al intentar escapar. “Espero que esta tragedia pueda servir para algo así no vuelva a pasar, un accidente del mundo subdesarrollado en uno desarrollado”.

El viaje que se suponía iba durar cuatro días era para que los estudiantes pudieran tomarse un descanso antes de empezar un año duro de estudios para preparar la selectividad. El centro escolar, que abrió en 2005, no está entre los mejores de Corea del Sur en términos académicos, pero tiene buenos equipos deportivos. Su lema es "Una escuela feliz con una educación creativa, inteligente, juntos haciendo realidad nuestros sueños". Abrió sus puertas el jueves para los estudiantes de tercero para recibir sesiones de terapia psicológica y los estudiantes de primero empezarán mañana lunes. “Bitnara era muy creativa y le gustaba el diseño”, dice su madre. “Estaba pensando en dedicarse a la arquitectura y la apoyábamos en ello”.

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