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El abrazo de Schröder a Putin levanta una polvareda de críticas en Alemania

El excanciller alemán, antecesor de Merkel, mantiene estrechas relaciones con Rusia

Luis Doncel
Gerhard Schröder abraza el pasado lunes a Vladimir Putin, en San Petersburgo.
Gerhard Schröder abraza el pasado lunes a Vladimir Putin, en San Petersburgo.A. M. (EFE)

El pasado lunes, la Unión Europea y Estados Unidos debatían cómo ampliar las sanciones a Rusia por su responsabilidad en el agravamiento de la crisis ucrania. Prácticamente al mismo tiempo, el excanciller alemán Gerhard Schröder festejaba en San Petersburgo su 70 cumpleaños y se dejaba fotografiar dando un caluroso abrazo al presidente Vladímir Putin. La imagen del antecesor de Angela Merkel recibiendo agasajos del líder ruso justo cuando las relaciones entre Moscú y Occidente pasan por su peor momento en años ha cosechado un sinfín de críticas.

“Teniendo en cuenta la situación actual, no puedo decir que sirva de ayuda”, dijo este martes el jefe del grupo parlamentario de los democristianos de la CDU, Volker Kauder. Su camarada Andreas Schockenhoff fue más directo. “La canciller Merkel y el ministro de Asuntos Exteriores llevan semanas esforzándose para estabilizar Ucrania y por mantener unida a la UE, mientras que Putin hace todo lo contrario. Fotografías como esta sirven para alimentar la propaganda de Putin”, afirmó. La líder verde Katrin Göring-Eckardt añadió que justo hora, cuando cinco soldados alemanes han sido retenidos por milicias prorrusas en Ucrania, no es el mejor momento para “celebraciones de cumpleaños desenfadadas con el colega Vladímir”.

Hace tiempo que nadie se sorprende en Alemania de las estrechas relaciones que el socialdemócrata guarda con Rusia y con sus líderes actuales. Pero esta imagen llegó en el momento más inoportuno: justo cuando un portavoz del Gobierno de Merkel responsabilizaba a Moscú de la retención en Ucrania de siete observadores de la OSCE, cuatro de ellos alemanes.

Schröder, que ejerció como canciller entre 1998 y 2005, ya armó ruido cuando, nada más perder las elecciones, comenzó a trabajar en Nord Stream, un consorcio internacional con Gazprom para construir un gigantesco oleoducto bajo el Mar Báltico… oleoducto que él mismo había autorizado en su anterior puesto como jefe de Gobierno. El socialdemócrata estaba el lunes en San Petersburgo precisamente para participar en la junta de accionistas Nord Stream.

A Schröder le han llovido las críticas desde distintos partidos políticos y desde los medios de comunicación. Pero destacados líderes del SPD, el partido que él dirigió entre 1999 y 2004, prefirieron hacer una lectura optimista de las actividades de su antiguo líder en Rusia. Así, el ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quiso quitarle importancia a la imagen de camaradería con Putin. “El señor Schröder no tiene ahora ninguna responsabilidad de Gobierno y por lo tanto es libre para decir cuándo y dónde celebra su cumpleaños o en qué recepciones desea formar parte”, dijo el ministro, que ejerció como jefe de gabinete de Schröder en los años en los que este fue canciller.

También el líder parlamentario del SPD, Thomas Opperman mostró su convencimiento de que el antiguo jefe de Gobierno alemán aprovechó el encuentro con el presidente ruso para hablar de la situación en Ucrania y convencerle de la importancia de que se implique en la liberación de los militares retenidos por fuerzas prorrusas.

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En el festejo celebrado en el palacio Yusupov de San Petersburgo también participó el portavoz de Asuntos Exteriores de la CDU, Philipp Mißfelder. Otros de los invitados fueron el primer ministro del Estado federado de Mecklenburgo-Pomerania, el socialdemócrata Erwing Sellering, el embajador alemán en Moscú, Rüdiger Freiherr von Fritsch, y representantes de empresas eléctricas como EON. Nord Stream pagó los gastos de la fiesta.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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