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El primer ministro holandés amenazó en 2012 a la UE con abandonar el euro

Mark Rutte le dijo a van Rompuy que no aceptaría su intromisión en los presupuestos nacionales El Parlamento holandés, con extremista Geert Wilders a la cabeza, ha pedido explicaciones

Isabel Ferrer
Mark Rutte (L) da la bienvenida a Herman Van Rompuy el pasado jueves en La Haya.
Mark Rutte (L) da la bienvenida a Herman Van Rompuy el pasado jueves en La Haya. B. M. (AFP)

Mark Rutte, primer ministro liberal holandés, amenazó en 2012 al presidente del Consejo de Europa, Herman van Rompuy, con abandonar el euro si se entrometía en los presupuestos nacionales para reforzar la integración. La escena tuvo lugar en La Haya durante un almuerzo, y el mandatario holandés reaccionó de forma visceral contra la posibilidad de que los socios comunitarios tuvieran que firmar contratos vinculantes para sacar adelante las reformas económicas. Los detalles del encuentro han sido desvelados ahora por el rotativo De Volkskrant, y la oposición parlamentaria holandesa ha pedido de inmediato una explicación.

En un intento de parar el golpe, el primer ministro ha asegurado que “no habló de abandonar el euro”, aunque sí utilizó “un lenguaje firme para dejar claro que vetaría cualquier intento de ceder mayor control a Bruselas”. Sin embargo, en una entrevista concedida este miércoles al mismo diario, Van Rompuy asegura que “nunca había visto a otro líder comunitario hablar así de la pertenencia a la eurozona”. Aunque reconoce con elegancia que “han pasado tantas cosas luego que ya no importa”, también recuerda haberle recordado a Rutte lo inútil de su postura, “mientras Alemania permanezca en el euro”.

Asombrados, varios testigos del encuentro explican el exabrupto de Rutte en clave electoral. Tres meses después del almuerzo, Holanda acudía a las urnas y el líder extremista Geert Wilders iba en ese momento en cabeza. Su discurso antieuropeo y contrario al costoso rescate de Grecia calaba entre el electorado y Rutte pudo haber intentado mostrarse demasiado seguro de sí mismo.

Ahora, el propio Wilders es el más interesado en arrastrarle al Parlamento. “Dejar el euro atrás es la solución y Rutte parece estar por fin de acuerdo. Hay de hablarlo lo antes posible”, ha dicho. La oposición parlamentaria, en especial liberales de izquierda y socialistas radicales, quiere saber también las razones que llevaron al primer ministro a provocar de esa manera a Bruselas cuando su discurso holandés era el opuesto. Es decir, defender la integración a toda costa. Los verdes, por su parte, han exigido que remita una carta a la Cámara explicando su actitud. “Tiene de plazo hasta el mediodía del jueves”, advierten. De momento, liberales de derecha y socialdemócratas, socios en el Gobierno actual, no ven necesario “echar a correr hacia la Cámara” para discutir el asunto.

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