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Elecciones en India

India apunta a un triunfo nacionalista hindú con una participación récord

La participación ha aumentado ocho puntos respecto a los anteriores comicios Los resultados del proceso electoral se conocerán este viernes

Trabajadores en las elecciones recogen bajo la vigilancia de la policía.
Trabajadores en las elecciones recogen bajo la vigilancia de la policía. Kevin Frayer (Getty Images)

Largas filas de electores esperaban a que se abrieran los colegios electorales en Benarés este lunes a las siete de la mañana. Y a nadie parecía importarle el bochornoso calor. Sabían que en la ciudad sagrada del hinduismo se libraba la batalla más simbólica en las mastodónticas elecciones que han concluído hoy en India tras cinco semanas de votaciones. El favorito en todas las encuestas, el nacionalista hindú Narendra Modi, candidato del partido Bharatiya Janata (BJP) que promete un crecimiento económico similar al de Gujarat —el Estado que gobierna desde 2001 ha crecido un 10%— peleaba por el escaño que corresponde a Benarés. No obstante, Modi genera recelos por autoritario, por excluyente hacia la minoría musulmana y por inacción ante una matanza de musulmanes en 2002.

A pesar de todo, los primeros sondeos a pie de urna —poco fiables en India— le daban una amplia ventaja al nacionalista, aunque es muy probable es que tenga que hacer alianzas para lograr la mayoría.

Modi genera recelos por autoritario, por excluyente hacia la minoría musulmana y por inacción ante una matanza de musulmanes en 2002

Lo que es indudable es el enorme aumento de participación en estos comicios. Ha subido ocho puntos, hasta el 66,2%, respecto a 2009, según la Comisión Electoral. Los resultados se conocerán el viernes 16. Entonces comenzarán las negociaciones para formar una coalición para gobernar la democracia más grande del mundo.

Modi, que no tiene reparo en considerarse fundamentalista, ha asegurado que de ganar los escaños de Benarés y Vadodara, la otra ciudad por la que contiene, escogerá representar a la capital espiritual de India, dando un guiño más a los hinduistas.

En la ciudad del dios Shiva le plantó cara a Modi el líder del partido Aam Aadmi (o del hombre de a pie), Arvind Kejriwal, una formación resultado del movimiento civil contra la corrupción. Los analistas creen que el surgimiento del AAP como partido nacional, una tercera fuerza política, sería una muy buena señal para un país que hasta ahora ha estado dominado básicamente por el Partido del Congreso con un breve intervalo en el que gobernó el BJP.

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Los grandes derrotados serían precisamente el Partido del Congreso y la dinastía Gandhi, que ha perdido credibilidad por la desaceleración económica y graves escándalos de corrupción, incluida la concesión irregular de minas de carbón y de frecuencias de 3G o de la organización de los caros Juegos de la Commonwealth en Nueva Delhi en 2010.

Los analistas creen que el surgimiento del AAP como partido nacional, una tercera fuerza política, sería una muy buena señal para un país que hasta ahora ha estado dominado básicamente por el Partido del Congreso con un breve intervalo en el que gobernó el BJP

Durante los comicios ha sido habitual oír a electores que su voto era un castigo al Congreso. “Había votado por ellos siempre, pero lo han hecho muy mal”, aseguró Sandeep, dueño de un hotel a las orillas del Ganges.

En Benarés los votantes coincidían en una petición a los candidatos: “Queremos desarrollo”, repetían los consultados. Sin embargo, los musulmanes, un 18% de la población, agregaban un aspecto importante. “También queremos seguridad. Por ahora aquí no hay graves problemas, pero los musulmanes más tradicionales todavía temen que si Modi gana haya más riesgo de que aumente la tensión entre religiones”, asegura Abdul Qaish, un académico de la Universidad Hinduista de Benarés que investiga sobre la participación política de los musulmanes. Explica que los seguidores de Alá son más pobres y están menos educados. En Benarés se dedican mayoritariamente sobre todo a la producción de tejidos y de saris y su trabajo se ve muy afectado por los constantes cortes de electricidad.

“Tras varios Gobiernos que los han engañado, los musulmanes de Benarés están muy politizados y muy organizados. Ahora decidieron votar por Arvind Kejriwal, el líder anticorrupción, porque a él le importa la gente, independientemente de la religión o la casta”, asegura Qaish. La minoría religiosa es muy consciente de su poder en estas elecciones, ya que los diferentes partidos les han cortejado en busca de su voto, que se cree que darán en bloque.

Qaish asegura que ha habido grandes debates al respecto. Un líder musulmán del Partido del Congreso dice que teme que gane el candidato hindú, “pero parece inevitable, ahora lo que hay que pedirle es que al menos cumpla sus promesas de ayudarnos a mejorar nuestros negocios”. Precisamente por ese temor, muchos electores musulmanes, a diferencia de los hindúes, no revelan sus preferencias políticas tan fácilmente. “Para no ser reprendidos si gana Modi”, explica un votante que pide quedar en el anonimato.

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