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HRW denuncia las condiciones de trabajo infantil en plantaciones de EE UU

La ley prohíbe a los menores comprar tabaco pero no trabajar en su cosecha

Un joven de 16 años trabaja en una plantación tabacalera de Kentucky.
Un joven de 16 años trabaja en una plantación tabacalera de Kentucky.Marcus Bleasdale (HUMAN RIGHTS WATCH)

Eric nació en Honduras hace 15 años y sueña con ser marine. Desde que llegó a Estados Unidos en 2011, trabaja en una plantación de tabaco de Carolina del Norte para ayudar a su madre a pagar facturas y comprar comida para los dos. Eric va a la plantación con ella los fines de semana hasta que acaba la escuela, entonces pasa allí los tres meses de verano con decenas de menores de edad expuestos a intensas temperaturas y a los efectos nocivos de la nicotina y los pesticidas.

Las leyes estadounidenses establecen que los menores de 18 años no pueden comprar tabaco, pero sí pueden trabajar en las plantaciones que abastecen a las principales tabacaleras del mundo. Una investigación de Human Rights Watch descubrió que las grandes firmas emplean a menores de edad -a veces de solo 7 años- para plantar, cortar y secar las hojas de tabaco.

El informe de HRW, titulado ‘Los niños detrás del tabaco: trabajo infantil peligroso en plantaciones tabacaleras de EE UU’, ha documentado durante los dos últimos años las condiciones de trabajo en plantaciones de Carolina del Norte, Kentucky, Tennessee y virginia, donde se cultiva el 90 por ciento del tabaco de todo el país. Sus investigadores entrevistaron allí a 141 menores de entre 7 y 17 años. Trabajan para una industria que en 2012 tuvo una producción valorada en 1.500 millones de dólares.

“Cuando acaba el curso escolar, los niños se dirigen a los campos de tabaco, donde no pueden evitar quedar expuestos al peligro de la nicotina, sin fumar ni un solo cigarrillo”, explica Margaret Wurth, coautora del informe y especialista en derecho infantil para HRW. “No es sorprendente que los niños expuestos a sustancias tóxicas en las plantaciones se enfermen”.

Estados Unidos ha fallado a las familias al no proteger a los menores que trabajan en la agricultura de los peligros para su salud y su seguridad”

“Cada vez que terminábamos una hilera nos sentíamos mareados, teníamos temblores y ganas de vomitar. Sentíamos que no podíamos continuar, pero cuando nos veían descansando teníamos que volver a trabajar”, explica Celia, de 13 años y empleada en una plantación de Carolina del Norte. “Los encargados nos chillaban para que regresáramos. Somos niños y nuestra opinión allí no importa”.

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Celia se pregunta por qué las leyes de EE UU le prohíbe comprar tabaco pero en cambio sí le permiten trabajar en condiciones que ponen su salud en peligro. La legislación que regula el empleo infantil permite que los menores realicen trabajos remunerados desde los 12 años, sin límite de horas, siempre que sea fuera del horario escolar y con permiso de los padres. En el caso de las plantaciones familiares, no hay ningún requisito de edad mínima.

El Departamento de Trabajo reconoce además que a partir de los 16 años los menores empleados en agricultura pueden realizar trabajos considerados peligrosos, algo que no ocurre en ningún otro sector, donde deben tener al menos la mayoría de edad.

“Estados Unidos ha fallado a las familias al no proteger a los menores que trabajan en la agricultura de los peligros para su salud y su seguridad”, denunció Wirth este miércoles en Washington. Según explicó otra de las investigadoras, Jane Buchanan, HRW contactó con las diez principales tabacaleras para mostrarles los resultados del informe, sin recibir respuesta.

“Las empresas deben cumplir con su responsabilidad hacia estos niños, resolver este problema y proteger su salud”, afirmó Buchanan. “También pedimos al Gobierno de Estados Unidos que tome medidas para impedir el trabajo infantil en condiciones tan peligrosas”.

Según los menores entrevistados, los responsables de las plantaciones no les proporcionan ningún vestuario ni herramientas, por lo que se protegen con bolsas de plástico y guantes que no siempre evitan que la nicotina y los pesticidas entren en contacto con su piel. La organización ha documentado además que los menores suelen recibir la compensación mínima legal, unos 7.25 dólares por hora, aunque en algunas épocas pueden cobrar por planta cosechada.

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