_
_
_
_
_

Unasur posterga su visita a Caracas para reactivar el diálogo

Una delegación encabezada por el ministro de Exteriores brasileño planeaba viajar este jueves a Venezuela

La seguridad Bolivariana rodean a un grupo de manifestantes opositor al Gobierno de Maduro.
La seguridad Bolivariana rodean a un grupo de manifestantes opositor al Gobierno de Maduro. F.L (AP)

Un mes después de su inicio, el diálogo de paz en Venezuela se derrumba. El ministro de Exteriores brasileño, Luiz Alberto Figueredo, anunció desde Brasilia la suspensión de la visita que iba a hacer este jueves a Venezuela junto a sus homólogos de Colombia, María Ángela Holguín, y Ecuador, Ricardo Patiño, en una misión de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) para reanimar las conversaciones entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición agrupada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD). El Vaticano y Unasur auspician la mesa de diálogo, que comenzó el pasado 10 de abril como una respuesta a la crisis política generada por las protestas callejeras que ya entran en su cuarto mes.

La declaración de Itamaraty anuncia que la visita se realizará en una fecha a precisar “próximamente”. La misión llegará a la capital venezolana entre el domingo y lunes próximos, según fuentes políticas.

Aunque la versión oficial atribuyó el cambio de planes a problemas de agenda de los ministros Figueredo y Patiño, la postergación refleja las dificultades por las que pasa un proceso que nació exangüe, con escasa convicción de sus actores y gran escepticismo por parte de la opinión pública.

Apenas el martes, la opositora MUD, por boca de su secretario ejecutivo, Ramón Guillermo Aveledo, anunció que se ausentaría de las reuniones programadas con el Gobierno como protesta por lo que calificó como el “estancamiento” del diálogo y la “represión desmedida” que se desató la semana pasada contra los estudiantes que se manifiestan en la calle.

Más información
La oposición abandona el diálogo con Maduro por falta de resultados
El desalojo de un campamento opositor resucita las protestas
La oposición venezolana se ahoga en sus diferencias
Unasur da su respaldo al Gobierno de Maduro

Según fuentes internas de la MUD, la delegación opositora que participa, con un alto coste político, en las conversaciones con el Ejecutivo sufre un fuerte y creciente malestar uado porque los acuerdos alcanzados entre ambas partes no se han traducido, en la práctica, en nada. Entre los fiascos está el acuerdo para tener alguna medida humanitaria con Iván Simonovis, un excomisario de la policía de Caracas encarcelado desde hace casi diez años y al que la oposición define como un prisionero político. Simonovis fue examinado por una comisión bipartita de médicos que constató el deterioro de su salud, un prerrequisito acordado en la mesa para liberarlo. Sin embargo, la orden de excarcelación no se ha emitido. “Pareciera que hay un Gobierno que se sienta en la mesa y otro que está en la calle”, declaró a este diario Ramón José Medina, coordinador de la MUD.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Otro revés con el que tendrán que lidiar los testigos y facilitadores internacionales es el auge de la conflictividad en las calles, atizada por los cuerpos de seguridad desde que día 8 detuvieron a 243 estudiantes en una redada y desmantelaron los campamentos en los que pernoctaban. Este miércoles, víspera de la anunciada visita que Unasur finalmente aplazó, la Guardia Nacional y la Policía Bolivariana arrestaron a 103 jóvenes -entre ellos, 11 menores de edad y 38 estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la más importante del país- que participaban en una marcha en el este de Caracas que se había desviado de su destino original, la sede de la Fiscalía General de Venezuela, para evitar choques.

Con estos arrestos, suman más de 3.000 personas detenidas en Venezuela desde que las protestas comenzaron el 12 de febrero, a razón de 26 por día. Más de 2.000 enfrentan la amenaza de un proceso judicial, mientras 225 quedaron recluidas en la cárcel.

En vista de todo ello, la agenda para los cancilleres de Unasur y el Nuncio ha cambiado radicalmente de cara a su pretendida visita a Caracas. Lo que iba a ser una misión como testigos para la cuarta sesión de conversaciones tendrá que transformarse en un esfuerzo de persuasión para que las partes vuelvan a sentarse a la mesa. Entre domingo y lunes, si no surge otro contratiempo, mantendrán reuniones por separado con representantes del Gobierno y la oposición.

"El diálogo tiene que continuar", dijo el nuncio apostólico en Caracas, Aldo Giordano, en una reunión este mismo jueves en la que expresó al opositor Ramón Guillermo Aveledo su preocupación por el congelamiento de las conversaciones. El propio presidente, Nicolás Maduro, había anticipado el martes, en su programa semanal de radio, la visita del secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, para participar en la ronda de negociación finalmente suspendida.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_