_
_
_
_
_

Las aulas ‘feas’ producen menos estudiantes

Un estudio vincula las deficiencias en las estructuras de un colegio a los malos resultados académicos

Un alumno en una escuela del centro del Distrito Federal (México)
Un alumno en una escuela del centro del Distrito Federal (México)SAÚL RUIZ

¿Te gustaba ir a la escuela? Si asistir a clases no era tu actividad preferida, tal vez hoy lo sería. Desde televisores de plasma hasta pan casero recién horneado y mucho espacio para juegos, las escuelas latinoamericanas ofrecen cada vez más incentivos “extra curriculares” a sus alumnos para atraerlos al aula y crear las condiciones ideales para la enseñanza.

 Varios estudios sustentan esta estrategia, aunque el más revelador es la reciente encuesta a directores de colegio que conduce el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA). En ella, los máximos responsables escolares de la región afirman que las pobres condiciones físicas de sus centros de estudio explican, en parte, el deficiente aprendizaje estudiantil.

Características tales como pocos espacios recreativos, aulas pequeñas, pobre iluminación y control de la temperatura ambiental afectan a los estudiantes a lo largo y ancho de Latinoamérica. El mayor problema, de acuerdo a la encuesta, son los sistemas de calefacción y acondicionamiento. Costa Rica y Brasil, dos de los países más cálidos, dicen tener más de la mitad de sus alumnos en aulas con sistemas de control de temperatura inadecuados. El porcentaje es del 40% en Chile y el 43% en Perú, según reportan los directores.

El informe plantea que todos los países muestran amplias deficiencias en las condiciones físicas de sus escuelas, especialmente en relación con el nivel socio-económico de sus alumnos. Chile es el que cuenta con mejor infraestructura escolar de la región, seguido por Brasil, Argentina, México y Uruguay. Costa Rica y Colombia están entre los cinco últimos del ranking, de un total de 65 países encuestados en todo el mundo. Por ejemplo, el gasto acumulado en educación en Chile es de 32.250 dólares por alumno, menos de la mitad del promedio de 83.382 dólares por alumno en la OCDE, que agrupa los 20 países más ricos del mundo. 

Soluciones prometedoras

Varios países de la región han empezado a implementar mejoras significativas en la infraestructura de sus escuelas públicas. Con sus llamadas Escuelas de Tiempo Completo, Uruguay ha optado por ampliar los espacios y reducir el número de estudiantes en escuelas primarias.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

De acuerdo a ley, “son edificios flexibles, que pueden adaptarse a nuevos procesos educativos y también crecer. Las aulas tienen una dimensión generosa, que permite diferentes dinámicas educativas, y al menos algunas de ellas son accesibles para personas con capacidades diferentes”. Las escuelas no deben tener más de 250 estudiantes.

Mejoras en la infraestructura de los centros educativos en Argentina y Bolivia están dando resultados alentadores. En los lugares más alejados, la reparación y ampliación de las escuelas han mejorado las condiciones y atraído a más alumnos.

Todas las mañanas, el aroma a pan casero y a mate cocido, y el sonido de un televisor encendido, se mezclan en la entrada de la escuela rural María Luisa López en Tolombón, en Salta, 1.400 kilómetros al norte de Buenos Aires.

Asombrosamente, los estudiantes llegan todos los días media hora antes para ver un rato de sus programas favoritos en el televisor de la escuela. El tiempo se pasará rápido antes de que una de las chicas de sexto grado haga sonar la campana que anuncia el comienzo de la jornada escolar.

"Nuestros chicos siempre tienen entusiasmo, pero se ha potenciado con el acceso a elementos nuevos: la televisión, las computadoras, los DVDs. Tenerlos es fundamental para las escuelas rurales", explica Lydia Arganaráz, quien trabaja hace más de 10 años como maestra de sexto y séptimo grado.

Podría darse por descontado en muchos países, pero una infraestructura sólida y acorde a las necesidades escolares marca un mundo de diferencia a la hora de ofrecer una educación de calidad.

No es poca cosa para estudiantes que hace unos pocos años estaban a acostumbrados a sentarse en el suelo de tierra. Tampoco para sus padres, que también vivieron esa experiencia.

Julio César Casma es productor online del Banco Mundial

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_