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AMR MUSA | jefe de los asesores del presidente electo de Egipto

“Al Sisi no es un nuevo Mubarak”

El político egipcio afirma que viven una transición y "es posible que se cometan errores"

Amr Musa atiende a una entrevista el pasado mes de mayo.
Amr Musa atiende a una entrevista el pasado mes de mayo.

Después de una larga carrera diplomática que le llevó a presidir la Liga Árabe, a sus 77 años, Amr Musa se ha volcado en la política egipcia. El decepcionante resultado de su candidatura en las elecciones presidenciales del 2012 no le apartó del primer plano. Musa fue el presidente de la Asamblea Constituyente que redactó a finales del año pasado la nueva Carta Magna del país, y durante la campaña electoral ha ejercido de principal asesor de Abdelfatá al Sisi, el futuro presidente de Egipto. EL PAÍS ha conversado en su oficina sobre las pasadas elecciones y los planes del nuevo rais.

Pregunta. ¿Cuál es su valoración de las pasadas elecciones egipcias?

Respuesta. Creo que ha sido un proceso bien organizado y limpio, sin ningún tipo de manipulación, y que ha mostrado cuál es la voluntad del pueblo egipcio. Al Sisi ha obtenido una sólida y clara mayoría.

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P. Algunos observadores han apuntado que la participación fue muy baja, y que la cifra oficial no es creíble. ¿Está de acuerdo?

R. Para empezar, la cifra oficial de participación no ha sido tan baja. Han votado unos 26 millones de personas, más o menos el mismo número que en las elecciones de 2012. Respecto a la posibilidad de que haya sido manipulada, no existe ninguna prueba. Las misiones de observadores internacionales, incluida la de la Unión Europea, han avalado los comicios.

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P. Sin embargo, la propia misión de la UE señaló también que no se están respetando las libertades de asociación y expresión inscritas en la nueva Constitución. Por ejemplo, se arrestó a algún delegado de la campaña de Hamdín Sabbahi.

R. No conozco los detalles de este caso. Se ha de entender que estamos en un periodo de transición, excepcional, y es posible que se cometan errores que se irán subsanando con el paso del tiempo. La nueva Constitución crea un país libre y democrático, lo que yo llamo la Tercera República. No puede ser que algunos que vienen de capitales europeas nos exijan que adoptemos una serie de libertades, y cuando lo hacemos, nos vengan con nuevas consideraciones. Solo ven lo que les interesa.

P. Parece que muchos jóvenes no votaron porque creen que se está reconstituyendo el viejo Estado de Mubarak. ¿Tiene el Gobierno un problema con la juventud?

R. Discrepo de la idea de que la mayoría de los jóvenes no votaron. En todo caso, los que piensan así, tienen todo el derecho a hacerlo. Pero yo le aseguro que no se va a implantar una dictadura como la de Mubarak. No hay vuelta atrás, es imposible. La Constitución no es como las anteriores, establece una serie de reglas que limitan los poderes del Estado, y solo se podrán mover dentro de este marco.

P. ¿Cuáles son los principales desafíos que deberá afrontar el nuevo presidente?

R. Para empezar, la seguridad. Debe solucionar el problema del terrorismo, sobre todo en la península del Sinaí. Además, es crucial relanzar la economía y revisar las políticas del Estado para poder mejorar los servicios que presta. El estado de la burocracia es un serio problema. Muchas de las carencias de Egipto derivan de una mala gobernanza.

P. ¿Cree que es posible conseguir la estabilidad sin buscar un acuerdo que resuelva el conflicto con el islamismo político?

El consenso llegará cuando hayamos logrado imponer la estabilidad”

R. La secuencia es la contraria: el consenso llegará cuando hayamos logrado imponer la estabilidad. Los movimientos islamistas, que no representan más del 20% de la sociedad egipcia, son los que deben moverse. Si los Hermanos Musulmanes aceptan las reglas del juego, nada impide que puedan presentarse a las elecciones y contar con docenas de diputados en el Parlamento. La Constitución no les excluye. Creo que el hecho de que ganaran las elecciones y pudieron gobernar fue muy positivo para Egipto y la región porque ofreció a la población una idea de cómo es su estilo de gobierno y esta lo acabó rechazando.

P. ¿Cómo es Abdelfatá al Sisi?

R. Es un hombre tranquilo, muy leído, que conoce muy bien cuáles son los problemas de Egipto. Sabe escuchar y tiene en cuenta las opiniones de sus asesores. También es una persona con una gran determinación. Algunos le comparan con otros presidentes, pero él no es un nuevo Násser, Sadat o Mubarak. Al Sisi tiene sus propios planes porque estamos en una era diferente.

P. ¿Cómo definiría su ideología, su proyecto para Egipto?

R. Su programa tiene como título “reconstruir Egipto”, y ese es el principal objetivo. Su enfoque parte de una visión optimista del futuro. Al Sisi no es un ideólogo, sino más bien una persona con una mentalidad práctica. En algunos temas, sus propuestas están próximas a los postulados del libre mercado, pero en otros, de la izquierda. En la fase que estamos, no podemos limitarnos a seguir una ideología.

P. ¿Se ve ocupando el cargo de primer ministro?

R. Lo que tengo entendido es que Al Sisi pedirá al actual primer ministro que continúe en el cargo al menos hasta las elecciones legislativas, y como mucho, habrá algunos cambios menores en el gabinete. En el futuro, me veo formando parte de la escena política egipcia, pero no sé en qué posición. Mi objetivo es solo servir a Egipto.

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