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Columna
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Irak: año 11

Para frenar al EIIL, Al Maliki va a acudir a sus protectores extranjeros

Sami Naïr

La civilización más antigua del Mediterráneo, el célebre país de Nínive, en el corazón de Mesopotamia, ha visto a lo largo de su historia milenaria a cientos de pueblos recorrer sus tierras sin jamás perder su alma. Este país, cuna de la civilización abasida y hogar del nacionalismo secular y antiimperial árabe, se halla hoy sumergido en el caos, acumulando mártires desde 2003, año de su destrucción a manos de Estados Unidos y Gran Bretaña en coalición. A día de hoy, la organización terrorista autoproclamada Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) se halla a 90 kilómetros de la capital, Bagdad, después de haber conquistado Mosul, segunda ciudad más importante del país.

 ¿Qué es el EIIL? Una organización sangrienta nacida de la descomposición de Al Qaeda y, desde un punto de vista histórico, de la destrucción de Irak en 2003, ya que el integrismo islamista no existía en este país antes de esa fecha. Es fruto de la agresión militar americana y británica y del odio desbocado de algunos países occidentales hacia los Estados árabes seculares desde la Segunda Guerra Mundial.

El poder instituido por EE UU y dirigido por Nuri al Maliki no ha conseguido nunca el consenso de la mayoría de iraquíes: es un poder tribal y confesional, corrupto, que parece un juguete en manos de los americanos… y de los iraníes. La vía federal, necesaria para este país, dados los conflictos entre suníes, chiíes y kurdos, se ha convertido en una bomba de relojería que amenaza la unidad del país. Finalmente, no se ha llevado a cabo el federalismo, pues el poder central no tiene capacidad organizativa y está en manos de intereses particulares. El Estado de derecho democrático es un espejo ajeno a la realidad del país.

Frente a la situación actual, es evidente que Al Maliki va a acudir a sus protectores extranjeros para frenar la ofensiva del EIIL, pero no evitará que la situación se agrave, pues es su política el principal obstáculo para la reconstrucción de un Estado iraquí responsable y fuerte.

La ofensiva del EIIL ha llegado después de la lanzada por esta misma organización en Siria, que ha sido vencida gracias tan solo a la ayuda extranjera. Está claro que los integristas islamistas, frente al vacío de poder de los Estados y aprovechando la guerra civil siria, creen que ha llegado el momento de cumplir su sueño loco de un gran Emirato. Se trata de una ilusión infantil, pero es cierto que será difícil derribar esta dinámica terrorista a corto plazo. La barbarización de Irak es una tragedia. Su afganización, un crimen suplementario contra el pueblo iraquí, solo comparable con el cometido por George Bush y Tony Blair hace ahora 11 años.

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Sobre la firma

Sami Naïr
Es politólogo, especialista en geopolítica y migraciones. Autor de varios libros en castellano: La inmigración explicada a mi hija (2000), El imperio frente a la diversidad (2005), Y vendrán. Las migraciones en tiempos hostiles (2006), Europa mestiza (2012), Refugiados (2016) y Acompañando a Simone de Beauvoir: Mujeres, hombres, igualdad (2019).

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