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La presidenta de Argentina promete que evitará la suspensión de pagos

Asegura que seguirá con la deuda reestructurada y que rechaza la “extorsión” de fondos "buitres"

La mandataria ha afirmado que Argentina pagará la deudaFoto: atlas
Alejandro Rebossio

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, no explicó cómo lo hará, pero prometió que su país seguirá pagando la deuda reestructurada con quitas en 2005 y 2010 y que no aceptará lo que ella llamó “extorsión” de los fondos buitres y otra minoría de acreedores que rechazaron esas reprogramaciones y que consiguieron este lunes que se ratificara en EE UU un fallo para que se les abone el 100% del pasivo en suspensión de pagos desde 2001. La sentencia que quedó firme por decisión del Tribunal Supremo estadounidense establece que Argentina no podrá seguir abonando la deuda reestructurada, que equivale al 92% de la que se había dejado de pagar en la crisis de 2001, hasta que se le abone en efectivo unos 1.500 millones de dólares, según precisó Fernández, a los fondos NML y Aurelius y a otros acreedores.

La jefa de Estado recordó que hace 13 años Argentina cayó en la mayor suspensión de pagos de un país “desde que se tiene memoria” y que su marido y antecesor, Néstor Kirchner (2003-2007), ofreció a los acreedores una quita de la deuda, que llegó a la mitad de su valor original. “Permítannos crecer porque los muertos no pagan”, fue el argumento de Kirchner que recordó Fernández este lunes en un mensaje por la cadena nacional de radio y televisión de Argentina. La presidenta precisó que el 92% de las acreencias fueron canjeadas y el 8% no.

Fernández recordó que en 2012 el juez de Nueva York Thomas Griesa ordenó a Argentina a pagar los 1.500 millones “cash” (en efectivo) antes de seguir cumpliendo con sus obligaciones de la deuda reestructurada. “¿Por qué no pagarles los 1.500 millones y ya? El problema es que si se acepta pagar los 1.500 millones, que son el 1% que no entró al canje, el otro 7% estaría en condiciones de cobrar ya 15.000 millones más”, esgrimió la presidenta de Argentina, con lo que dio a entender que no acataría el fallo ahora definitivo de Griesa. Sin embargo, en las últimas semanas el juez ha dicho que si el país sudamericano no podía pagar, se podía “negociar” y uno de los acreedores litigantes admitió que, en lugar de abonar con efectivo, tal vez Argentina podría saldar su deuda con la emisión de títulos públicos.

Fernández no descartó explícitamente en su discurso que los abogados de su país se vayan a sentar a negociar ante el juez con los buitres para pagarles con bonos, como a Repsol por la nacionalización de YPF. Solo ratificó que Argentina no puede pagar los 16.500 millones porque suponen más de la mitad de las reservas de su Banco Central. Además planteó que si le paga el 100% a los que rechazaron el canje con quita, los que lo aceptaron demandarían también un trato igualitario con los primeros. Es que así lo dispone una cláusula de los bonos emitidos en 2005 y 2010 y que vence a finales de 2014. Fernández dijo que si todos demandan cobrar el 100%, la reestructuración de la deuda se caería “como un castillo de naipes”.

“La voluntad de pago de Argentina está más que probada”, argumentó Fernández frente a los buitres que la definen como impagadora “serial”. Puso como ejemplo los canjes, pero también los acuerdos de este año para indemnizar a Repsol y para abonar la deuda con el Club de París, integrado por 19 países ricos, después de la suspensión de pagos también de 2001. “Pero hay que distinguir una negociación de una extorsión. Todo gobierno tiene que estar dispuesto a negociar, no a someter a su país a una extorsión semejante”, dijo Fernández, que insistió en invitar a los litigantes a entrar al canje hasta intercambiar el 100% de los bonos antiguos.

La jefa de Estado prometió a los acreedores de la deuda reestructurada que Buenos Aires “va a cumplir con sus obligaciones, no va a defaultear (suspender pagos de)”. Algunos analistas especulaban con que Argentina podía seguir pagando sus títulos nominados en Nueva York, que totalizan unos 25.000 millones, pero en la capital argentina. Otros consideraban que esa alternativa implicaría una suspensión de pagos técnica de los bonos con legislación norteamericana y su canje voluntario u obligatorio por otros con ley de un país en el que rigen estrictos controles de capitales.

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La presidenta de Argentina opinó que el fallo de EE UU “no es un problema económico, financiero o jurídico sino la convalidación de un modelo de negocios a escala global que va a traer tragedias inimaginables”. Recordó que los Gobiernos de Francia, México y Brasil apoyaron a Argentina ante el Tribunal Supremo estadounidense, así como un centenar de parlamentarios de Reino Unido. Y explicó que los fondos buitres se especializan en comprar bonos “basura”, a bajo precio, después de las suspensiones de pagos, y a reclamar después por el valor nominal. En concreto, dijo que el fondo NML, uno de los demandantes, había comprado en 2008 títulos por 48 millones y ahora el juez Griesa lo autorizaba a cobrar 832 millones. “El retorno es del 1.608% Ni en el crimen organizado hay una tasa de retorno así en tan poco tiempo”, advirtió en un mensaje grabado.

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