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Detenido un narcotraficante mexicano que viajó a Brasil para ver el Mundial

El arrestado estaba perseguido por tráfico de metanfetaminas en la ciudad de Guadalajara y en Estados Unidos

Le perdió la pasión por el fútbol. La Policía Federal detuvo la noche del lunes al presunto narcotraficante mexicano José Díaz Arajas, de 49 años, en el Aeropuerto Internacional Tom Jobim de Río de Janeiro cuando estaba a punto de embarcar en un vuelo hacia Fortaleza para asistir al partido del martes entre Brasil y México. Díaz Arajas, perseguido por tráfico de metanfetaminas en la ciudad de Guadalajara y en Estados Unidos, se encontraba en el momento de su arresto acompañado por su esposa y dos hijos de 17 y 29 años, respectivamente. El juez Marco Aurélio Mello, del Tribunal Federal Supremo, dictó su ingreso inmediato en prisión preventiva.

Según fuentes de la Policía Federal, Díaz Arajas estaba bajo observación desde el pasado día 11, cuando ingresó en territorio brasileño por la frontera de Foz de Iguazú, desde Argentina. Tras la consiguiente alerta de Interpol, el Gobierno estadounidense cursó un pedido de extradición. Agentes de la Policía Federal habían dado con su paradero en un hotel del acomodado barrio de Leblón, pero retrasaron la detención algunos días para averiguar antes si tenía previstas actividades ilícitas en Brasil.

“Después de algunos días quedó claro que estaba aquí para ver el Mundial con su familia”, relató en Brasilia el oficial Luiz Dorea Cravo, coordinador del Centro de Coordinación Internacional de la Policía Federal. “Sabíamos que tenía entradas para el partido; podríamos haberle detenido en el estadio, pero era más barato hacerlo en Río”, concluyó el oficial.

La Policía Federal informó de que el detenido no está involucrado en el tráfico de cocaína, sino en el de metanfetamina. “Su organización importa productos asiáticos que se procesan en México y se exportan a Estados Unidos”, explicó el portavoz policial, que detalló además que el detenido cultivaba un “perfil bajo y utilizó documentos auténticos para entrar en el país, porque pensaba que nadie le estaba buscando”. Su confinamiento en una cárcel brasileña durará hasta que el Tribunal Supremo tome una decisión sobre la extradición solicitada.

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