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Abbas garantiza la colaboración palestina en el rescate de los jóvenes secuestrados

El presidente acusa a los captores de intentar "destruir" el Gobierno de unidad palestino

Soldados israelíes rastrean la ciudad de Tapuah, cerca de Hebrón.
Soldados israelíes rastrean la ciudad de Tapuah, cerca de Hebrón.HAZEM BADER (AFP)

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, garantizó el miércoles que las fuerzas de seguridad palestinas buscan a los tres jóvenes israelíes secuestrados el pasado jueves por la noche, cuando hacían autostop cerca de una colonia judía en Cisjordania. "Quieren destruirnos", afirmó el presidente palestino sobre los autores del secuestro, en probable referencia al Gobierno de unidad palestino formado este mes.

Abbas y su partido, Al Fatah, llegaron en abril a un acuerdo de reconciliación con los islamistas de Hamás, que controlan la franja de Gaza. Israel achaca el triple secuestro al brazo armado de Hamás, considerada una organización terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos. Las autoridades israelíes continúan la operación de rescate “desde la premisa de que siguen vivos”. Su Ejército ha detenido ya a más de 240 palestinos, la mayoría relacionados con las estructuras de Hamás en Cisjordania. Entre ellos, a seis de sus líderes.

Así lo explicaba el miércoles un alto oficial de las Fuerzas Armadas israelíes en el Ministerio de Defensa. En la moderna torre que ocupa en Tel Aviv descartan cualquier duda de que Hamás secuestró a los tres jóvenes judíos de 16 y 19 años. Que sean civiles y alumnos de una escuela religiosa no debilita la sospecha del Ejército, donde creen que “Hamás habría preferido probablemente secuestrar a tres militares, pero dieron con los jóvenes y, por la edad, pudieron pensar que eran soldados de civil”. En la cúpula de Defensa creen que los chicos “están recluidos en alguna casa o en alguna cueva de Hebrón o sus inmediaciones”. Los uniformados los buscan allí, casa por casa, desde el pasado viernes. Israel ya ha aumentado su presencia militar en Cisjordania en un 50%. El miércoles operaban allí nueve divisiones militares, entre infantería, paracaidistas, fuerzas de élite e inteligencia.

La informalidad de trato y de vestimenta, tan extendida en Israel, alcanza a los mandos de su Ejército, cuyos uniformes apenas llevan distintivos. Pero la lógica militar es allí tan palmaria como en cualquier parte. Los mandos dicen que “por cuanto Hamás es un grupo terrorista”, al Ejército “no le interesan las implicaciones políticas” de la reciente reconciliación palestina. Es el enemigo. En Tel Aviv hablan abiertamente de dos operaciones paralelas. Una es para dar con los tres jóvenes vivos o muertos. Mientras, la ola de detenciones y registros de militantes de Hamás se enmarca, según sostienen en Tel Aviv, “en una campaña contra Hamás que dura desde hace años”. El enorme número de detenciones demuestra, sin embargo, que es más que rutina. El objetivo declarado es debilitar al grupo “tanto como sea posible”.

Para ello, Israel detuvo la noche del martes al miércoles a 51 palestinos de los más de mil que había liberado en 2011 a cambio de la libertad del célebre soldado Gilad Shalit, que pasó cinco años secuestrado en Gaza. El Ejército israelí ha desmantelado además dos emisoras palestinas, una de ellas perteneciente la televisión Al Aqsa TV en Cisjordania. En total, la jornada se ha saldado con 65 nuevas detenciones.

“Estábamos ante el dilema”, dijo el alto oficial israelí el miércoles, “de cómo actuar ante la desaparición: masivamente o como lo estamos haciendo”. Destacan en el Ministerio de Defensa que Israel “no ha bloqueado toda Cisjordania, sólo la zona de Hebrón” donde sospechan que están los desaparecidos.

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No hay señal alguna de que estén vivos, pero su último paradero conocido está a unos 20 kilómetros al norte de Hebrón. Cerca de la ciudad fue localizado, además, un coche calcinado que podría estar relacionado con el secuestro. El aumento de la presión militar “se centra en puntos que teníamos desde hace tiempo en el punto de mira”, aseguró. Entre ellas la organización caritativa de Hamás, Dawa, a la que Israel acusa de servir de centro de reclutamiento, formación ideológica y financiación para el grupo. Israel se ha incautado de “decenas de miles de dólares”.

Las consecuencias económicas y personales para la población civil “son consecuencia de la forma de actuar de Hamás fuera de Gaza, donde son un grupo terrorista sin estructura de Estado”. El Gobierno de Cisjordania, recuerdan en Tel Aviv, “ha pactado con Hamás” la reconciliación. Ahora “está pagando el precio de esa decisión” y, según dicen creer en el alto mando militar israelí, “los palestinos lo entienden”.

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