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La Alianza del Pacífico inicia su expansión hacia los países asiáticos

La apertura programada representa un objetivo a medio plazo y de difícil consecución, pero muestra la vitalidad de la plataforma que representa el 36% del PIB de América Latina

Jan Martínez Ahrens
Humala, Bachelet, Peña Nieto y Santos, en Nayarit (México).
Humala, Bachelet, Peña Nieto y Santos, en Nayarit (México).G. Camacho (EFE)

La Alianza del Pacífico amplía sus miras. Después de un fulgurante inicio, que ha llevado a esta plataforma de integración económica formada por México, Colombia, Chile y Perú, a convertirse en apenas tres años en uno de las turbinas comerciales de Latinoamérica, se ha iniciado una etapa de expansión hacia sus dos polos de atracción natural: las potencias asiáticas y Mercosur. Este planteamiento estratégico presidió la cumbre que ha reunido este viernes en el enclave tropical de Punta Mita (Nayarit, México) a los presidentes de los cuatro países asociados.

“Estamos ante una integración pragmática y abierta; basada en el libre mercado, el respeto a los derechos humanos y las políticas de redistribución. Ahora se inicia una segunda etapa de desarrollo y profundización, en la que hay que buscar áreas de colaboración”, afirmó el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, tras asumir la jefatura de la alianza en sustitución de su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos. El área, que dio un gran paso al eliminar recientemente los aranceles al 92% de los productos, también ha aligerado las transacciones bursátiles y reducido la exigencia de visados.

La apertura programada a los titanes del oeste, incluido Japón, representa un objetivo a medio plazo y de difícil consecución, pero muestra la vitalidad de una zona que representa el 36% del PIB de América Latina, el 41% de su inversión extranjera y el 50% de su comercio internacional. “La Alianza es un proyecto maduro en su núcleo fundacional, ha llegado el momento de abrirse al Pacífico. La cooperación con los países asiáticos no tardará, será un proceso rápido”, señaló Guajardo, quien incluyó en esta esfera de interés a potencias como Australia y Nueva Zelanda.

Junto a su expansión asiática, la primera línea estratégica trazada en la cumbre es la aproximación a Mercosur, la otra gran área comercial de Latinoamérica, formada por Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Este planteamiento trata de despejar dudas sobre la rivalidad entre ambas entidades, no sólo por motivos de competencia económica, sino por los modelos de redistribución y gasto social que representan. “Nos parece que más allá de las legítimas diferencias, es posible y necesario un acuerdo”, dijo la presidente chilena, Michel Bachelet.

Mucho más antigua que la alianza, Mercosur ha entrado en una fase letargo. Brasil, su gigantesco socio, sufre claros indicios de anemia económica, mientras que Venezuela y Argentina, cada uno a su modo, están sometidos a fortísimas turbulencias. El resultado es que las previsiones de crecimiento para Mercosur no pasan del 1,1% para este año, tres veces menos que la Alianza del Pacífico, según el BBVA Research. “No buscamos competir, sino colaborar. La unión hace la fuerza. Latinoamérica no se entiende sin México ni Brasil. Y hay elementos de cooperación común fáciles de abordar”, detalló a este periódico el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, uno de los cerebros de la decisión.

La cumbre, la novena desde su nacimiento, creó un instrumento de cooperación con la OCDE para fortalecer las pequeñas y medianas empresas. Este segmento posee un enorme peso. Sólo en el caso de Perú representa el 70% del empleo, según recordó el presidente peruano, Ollanta Humala. Esta atomización de la estructura empresarial tiene también un fuerte impacto en México, donde más del 90% de compañías son de pequeño tamaño. “Hay que desregular para aumentar la competitividad de las empresas”, indicó Peña Nieto.

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La reunión de presidentes, a diferencia de la anterior, terminó sin grandes avances, pero con la idea, expresada por todos los mandatarios, de que la senda emprendida en abril de 2011 ha supuesto un “modelo de éxito”. “Cada vez que nos reunimos avanzamos. Estamos como enamorados”, bromeó Santos.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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