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Ucrania y la UE firman el pacto de libre comercio que desató la crisis con Rusia

El acuerdo, que también han firmado Georgia y Moldavia, contemplan una zona de libre comercio

Firma del acuerdo de Asociación con la UE.Foto: reuters_live
Lucía Abellán

Europa ha alcanzado este viernes el mayor grado de vinculación que ha tenido nunca con sus vecinos del Este, especialmente con Ucrania. Siete meses después de que el rechazo del Gobierno ucranio al acuerdo de asociación con la Unión Europea desatara el conflicto en la exrepública soviética, Bruselas y Kiev han cerrado el círculo con la firma de ese mismo pacto. Como muestra de la voluntad de atraerse a países de la antigua órbita rusa, los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios suscribieron acuerdos similares con Georgia y Moldavia. Inesperadamente, decidieron también dar un ultimátum a Rusia para que se implique en la paz en Ucrania.

Con el mismo bolígrafo que se preparó en noviembre al depuesto Víctor Yanukóvich para que rubricara el pacto de apertura a Europa, un satisfecho Petro Poroshenko, el nuevo presidente ucranio, estampó su firma en el documento. “Este es el día más importante para la historia ucrania después de la independencia”, proclamó. También el presidente del Consejo Europeo —aglutina a los Estados miembros—, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, hablaron de la trascendencia de esos pactos, “los más ambiciosos que ha firmado nunca la UE”.

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El acuerdo con Ucrania establece un área de libre comercio con ese país, el más próspero y poblado de la región. La parte económica del acuerdo —la que más recelos suscita en Rusia— establece la desaparición de aranceles, de forma que Ucrania pueda importar y exportar a la UE sin restricciones. Hay otra parte más política, ya en vigor, que compromete a Ucrania a reformar sus instituciones para que sean más democráticas y transparentes. Y se está negociando un acuerdo de eliminación de visados, que ya existe para los moldavos.

Movidos por la emoción de Poroshenko y por el relato que el líder ucranio les ofrecía de las trabas rusas para alcanzar la paz en el este de Ucrania, los jefes de Estado y de Gobierno dieron un paso inesperado. Tras un mes de perfil bajo en la amenaza de nuevas sanciones a Rusia, los mandatarios europeos endurecieron el tono y lanzaron el ultimátum más contundente otorgado hasta ahora a Moscú. Si para el 30 de junio Rusia no ha cumplido cuatro condiciones, el Consejo Europeo evaluará la situación y “adoptará las decisiones necesarias si fuera preciso”, explica el comunicado de conclusiones, que añade “el compromiso de acordar en cualquier momento más medidas restrictivas de calado”.

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La primera condición es que el presidente ruso, Vladímir Putin, acepte un mecanismo de verificación, supervisado por la OSCE —la organización que vela por la seguridad en Europa—, para el alto el fuego y el control efectivo de las fronteras ucranias. La UE exige también que vuelvan a manos de las autoridades de Kiev tres puestos de control del este del país arrebatados por las tropas rebeldes. La liberación de todos los rehenes y una negociación real sobre el plan de alto el fuego propuesto por Poroshenko cierran la lista de requisitos que Bruselas quiere ver cumplidos el lunes.

La dureza sorprendió porque coincide con ciertas señales de distensión que llegan de Moscú, a pesar de que signos similares se han frustrado en ocasiones anteriores. Putin ha anunciado esta semana la retirada del permiso que había otorgado la Cámara alta rusa para desplegar tropas en Ucrania. Y prorrusos y ucranios negocian un alto el fuego —que no se cumple— en el este del país. La iniciativa comunitaria añade presión sobre el proceso.

Otras fuentes consultadas señalan la influencia estadounidense en este paso adelante. El gesto europeo llega pocos días después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, avisara de posibles medidas adicionales contra sectores estratégicos rusos. Un paso que Bruselas se resiste a dar, aunque en el comunicado de este viernes el tipo de sanciones que está dispuesta a aplicar resulte ambiguo.

Hasta ahora, Bruselas solo ha aplicado sanciones específicas contra 61 personas, en su mayoría cargos medios del Kremlin y de las autoproclamadas nuevas autoridades de Crimea, el territorio anexionado por Rusia en marzo. Las medidas impiden a esas personas la entrada en la UE y les congelan los activos que puedan tener en territorio comunitario. Por primera vez, en mayo, Europa sancionó también a dos empresas crimeas. A pesar del ultimátum dado, la UE se lo pensará dos veces antes de pasar a la llamada fase tres, que implica un castigo económico a Rusia de mayor alcance. Ese nuevo escenario perjudicaría a las economías europeas y rompería los cauces diplomáticos con Moscú, hipótesis que inquietan a Bruselas.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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