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Columna
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Oferta de empleo

Se busca High Rep, es decir, Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad

Se busca High Rep (pronúnciese Jai-rep). Es como en la jerga comunitaria se refiere uno al Alto Representante de la Unión para la Política Exterior y de Seguridad. La alternativa es usar el acrónimo en castellano, pero saldría algo bastante horrísono: ARUPES ¿Por qué pudiendo llamarle ministro de Exteriores de la Unión Europea no lo hicieron así? La complejidad no es nunca inocente, y menos en la UE: algunos Estados miembros quisieron dejar claro que la Unión no iba a tener un ministro de Exteriores sino que, al contrario, los ministros de Exteriores de los Estados miembro tendrían un representante. Distinción crucial y que pesa como una losa sobre el puesto.

En cualquier caso, el empleo está vacante. Si se anima, los requisitos mínimos son dos idiomas (inglés y francés), aunque se valorará mucho un tercer, cuarto y quinto idioma. Además de la obvia disponibilidad para viajar, se requiere experiencia diplomática, bien en ministerios de Exteriores u organismos internacionales o europeos. Haber sido ministro de Exteriores es conveniente: ayuda a ser respetado por otros 28 ministros de Exteriores, aunque tampoco es que lo garantice. Un problema adicional para los candidatos es que el mérito no es el único criterio ya que la designación es parte de una complicada quiniela en la que hay que equilibrar los perfiles ideológicos, geográficos y de género de otros puestos que también se reparten: la presidencia de la Comisión, del Banco Central, del Parlamento y del Consejo Europeo. Nada menos.

Quizá alguien se anime a diseñar una sencilla app que combine estos criterios y nos dé la solución; por el momento estamos tan a oscuras como inundados de rumores. Lo que sí sabemos es que hay tres perfiles. El primero sería el de “discreto-representante”, alguien que en público se mantendría en un segundo plano, no asumiendo nunca protagonismos innecesarios para no provocar a sus colegas, pero que en privado no dudaría en presionar y aislar a los más reticentes si fuera necesario. El segundo sería el “buro-representante”, algo parecido a un anodino ratón gris, tímido pero muy meticuloso a la hora de aplicar los encargos que se le hagan pero sin tomar nunca ninguna iniciativa propia para no irritar a los tres gatos grandes del callejón (Londres, París y Berlín). Y el tercero sería el de “testo-representante”, alguien con mucha ambición y algo de mala uva que aspire a hablar en nombre de Europa y que no se arrugue antes sus colegas; al contrario: que no tenga miedo de empujarles para abrirse paso. En definitiva, un tipo (o tipa) duro. Hasta la fecha, la UE ha probado con los dos primeros perfiles. ¿Por cuál se decantará esta vez?

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