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Columna
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10/10

Rusia ha violado los principios en los que se asienta el orden europeo

La nota es 10/10: esa es la calificación que Rusia ha obtenido en Ucrania. El orden europeo se asienta sobre 10 principios. Pues bien, la Federación Rusa ha violado todos y cada uno de ellos. Esa es la conclusión, acompañada de una dura condena, de la Asamblea Parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), de la que forman parte 57 Estados de Europa, Asia Central y América del Norte, reunida en Bakú el pasado 2 de julio. Esos 10 principios fueron consagrados en el Acta Final de Helsinki de 1975, que es la clave de bóveda del orden de seguridad europeo. El llamado “decálogo de Helsinki” establece la igualdad de los Estados; la abstención del uso de la fuerza; la inviolabilidad de las fronteras; la integridad territorial; la obligatoriedad de la resolución pacífica de las disputas; la no intervención en los asuntos internos de otros países; el respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales; el derecho a la autonomía de los pueblos; la cooperación entre Estados, y el respeto a las obligaciones derivadas del derecho internacional.

En contraste con estos principios, Moscú se ha anexionado Crimea, modificando por la fuerza las fronteras de Europa. Además de apoyar con armas y dinero a los secesionistas prorrusos en el Este de Ucrania, se ha negado tanto a aceptar el despliegue de observadores militares en la frontera como a someter a la OSCE sus quejas sobre las supuestas violaciones de los derechos de esa minoría. Estados Unidos y la Unión Europea han insistido en numerosas ocasiones en la necesidad de resolver el conflicto ucranio de forma pacífica. También han insistido en que las sanciones a Rusia no son un castigo, sino un incentivo para la negociación, de ahí su moderación y gradualidad.

Pero Putin no está dispuesto a aceptar un proceso que inevitablemente desembocaría en el desarme de las milicias prorrusas, dirigidas por Igor Strelkov, un militar ruso que no oculta su identidad, y en el despliegue de observadores internacionales en el Este de Ucrania. En estas circunstancias, la tercera ronda de sanciones económicas a Rusia, aprobadas ayer de forma coordinada por Washington y Bruselas, eran inevitables.

Todo este conflicto, recordemos, comenzó porque Rusia quiso evitar que Ucrania firmara un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, un acuerdo que a los ojos de Putin haría que Kiev basculara hacia el Oeste haciendo, además, inviable su proyecto de Unión Euroasiática. Si el objetivo de Putin era evitar ese acuerdo, su fracaso es evidente pues ese acuerdo, junto con uno similar con Moldavia y Georgia, se firmó el 27 de junio. Putin ha ganado Crimea, pero ha perdido Ucrania, y está cada vez más aislado. Dada su trayectoria y su visión del mundo, sabemos que no aceptará aparecer como el perdedor. Atentos a su próximo movimiento.

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