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Moscú advierte que las sanciones se volverán contra Estados Unidos

El primer ministro Medvédev amenaza con responder con un aumento de los gastos de defensa

Pilar Bonet
La sede de la petrolera estatal, detrás del muro del Kremlin (en primer plano)
La sede de la petrolera estatal, detrás del muro del Kremlin (en primer plano)S. Karpukhin (Reuters)

Las sanciones contra Rusia tienen un “efecto bumerán” y llevan las relaciones ruso-norteamericanas a un “callejón sin salida”, manifestó este jueves el presidente Vladímir Putin reaccionando así a la última tanda de restricciones contra empresas económicas clave de su país, anunciadas el miércoles en Washington.

La petrolera estatal Rosneft, la compañía de gas Novatek y los bancos Vneshekonombank y Gazprombank, así como varias empresas del sector de defensa, han sido castigadas con limitaciones financieras por la política de Rusia en relación al sudeste de Ucrania. Washington acusa a Moscú de falta de deseo de solucionar la situación en aquellas regiones, escenario de un conflicto bélico cada vez más virulento.

“Esto perjudica a largo plazo a los intereses estratégicos nacionales del Estado y el pueblo americano”, dijo Putin durante su visita a Brasil. “Rusia está profundamente interesada en el fin del conflicto en Ucrania”, agregó.

Las sanciones amplían la lista de funcionarios rusos afectados con la incorporación del vicepresidente de la Duma, Serguei Nevérov; el ayudante del presidente Putin, Igor Schegolev, y el ministro encargado de Crimea, Oleg Savélev. También afectan al denominado jefe del Gobierno de la llamada República Popular de Donetsk (RPD), el ruso Aleksandr Borodai.

Por estas nuevas sanciones, las compañías rusas quedan privadas de la posibilidad de recibir créditos a más de 90 días, aunque no se prohíbe a las compañías americanas mantener relaciones de trabajo ni realizar transaciones financieras con las afectadas. En cambio, las sanciones contra la industria militar rusa, que afectan a gigantescas empresas del sector como Almaz-Antei, Kalashnikov o Uralvagonzavod, contemplan el cese absoluto de contactos y la congelación de los activos de las compañías en los bancos norteamericanos. La Administración norteamericana acusa a Rusia de permitir el flujo de armas y combatientes por su frontera hacia Ucrania y de no hacer suficiente para que los separatistas liberen a los rehenes y mantengan un alto el fuego.

Putin afirmó que hay que estudiar “sin apresuramiento y de forma tranquila” el carácter de las sanciones y acusó a EE UU de mantener una “política no profesional” y “bastante agresiva” durante los últimos años. Como ejemplo de ello mencionó la situación en Afganistán, Irak y Libia.

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El presidente ruso volvió a insistir en la necesidad de diálogo para solucionar el conflicto en el Este de Ucrania y señaló que habría sido deseable que EE UU y Rusia hubieran instado a las partes en conflicto a negociar. Para la tarde de este jueves estaba prevista una ronda de conversaciones entre el grupo trilateral formado por Ucrania, Rusia y los separatistas bajo la égida de la OSCE. Las conversaciones debían realizarse por videoconfererencia. En Moscú, el presidente del Parlamento de la RPD, Denis Pushilin, dijo que si las conversaciones no habían comenzado antes era porque no habían recibido una invitación para ello.

En Moscú, el jefe del Gobierno ruso, Dmitri Medvédev, manifestó que las sanciones contribuirán a aventar todavía más el sentimiento antiamericano y antioccidental y afirmó también que se reflejarán en el presupuesto del Estado. Medvédev aventuró la posibilidad de aumentar el presupuesto de defensa de Rusia. “Tendremos que prestar más atención a los gastos de Defensa”, dijo, y afirmó también que las sanciones “no ayudarán a Ucrania”.

Rosneft es la primera petrolera del mundo gracias a la incorporación de los activos que pertenecieron a la compañía Yukos, del magnate Mijaíl Jodorkovski. Para comprar aquellos activos, la petrolera estatal se endeudó en el mercado internacional y tiene una gigantesca cartera de préstamos, muchos de ellos concedidos por bancos norteamericanos. El presidente de Rosneft, Igor Sechin, calificó las sanciones contra su compañía de “infundadas, ilegales y perjudiciales para los accionistas norteamericanos”. Los préstamos a corto y largo plazo ya resultaban problemáticos para Rusia antes de las sanciones, puesto que el clima político frena a los inversores y provoca el deterioro del clima económico en el país. Las dos bolsas de Moscú reaccionaron a las sanciones con sendos bajones que llegaron a ser del 3,6%. Las acciones de Rosneft también se resintieron y el rublo se debilitó en relación al dólar y al euro.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Rusia mostró “decepción” por la posición europea, y afirmó que los europeos “pese a sus propios intereses se han plegado al chantaje de la Administración norteamericana”.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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