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Maduro allana el camino para subir la gasolina en Venezuela

La impopular medida debe someterse ahora a una consulta popular

Nicolás Maduro, en el centro, el jueves.
Nicolás Maduro, en el centro, el jueves.J. BARRETO (AFP)

Primero había que cumplir con el ritual. Los delegados que participaron en el III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela se presentaron en el panteón que aloja los restos de Hugo Chávez, el Cuartel de la Montaña, para comunicar las conclusiones del evento que culminó la tarde del jueves en Caracas tras cinco días de sesiones. De ellas, la más importante es el inminente aumento del precio de la gasolina anunciado por el presidente, Nicolás Maduro, que pasará primero por el trámite de una consulta pública antes de concretarse.

No es poca cosa. El gobernante ha buscado cobijo ante los restos de su mentor político para anunciar una medida muy impopular. Los venezolanos asumen que les corresponde pagar mucho menos que el precio internacional porque nacieron en un país petrolero. Consciente de esa construcción cultural, Maduro presentó el ajuste como un beneficio para todos. Propuso repartir en cinco áreas los posibles ingresos del aumento, que —según el precio final al que se fije el combustible— se calcula que andará entre 40.000 y 100.000 millones de dólares (de 30.000 a 74.000 millones de euros): viviendas, becas universitarias, asistencia a ancianos, seguridad y vialidad, y servicios públicos.

El gesto es la culminación de varias maniobras destinadas a convencer a la militancia de que es imposible sostener un subsidio al combustible. Según cálculos oficiales, el Estado pierde anualmente 15.000 millones de dólares (11.160 millones de euros) y debe lidiar con otros problemas asociados: el contrabando de combustible hacia la vecina Colombia y las mafias que han enriquecido vendiendo gasolina venezolana con sobreprecio en ese país. El miércoles el vicepresidente del área económica y presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez, había presentado a los delegados al Congreso las razones para ajustar el precio del litro de combustible —fijado desde hace 18 años en 0,097 bolívares (0,01 euros al cambio oficial)— aunque esta discusión no se hizo pública y los delegados rehusaron confirmar si se había votado o no el aumento en el pleno.

Mucho antes de este evento, los voceros oficiales habían sugerido esa posibilidad, que permitirá cerrar parte de la brecha fiscal, de 12 puntos, del PIB. Lo hizo en diciembre el vicepresidente Jorge Arreaza luego de la victoria chavista en las elecciones municipales del 8 de ese mes. Pero en el camino se atravesó la protesta del ala radical de la oposición, que dejó una herida pronunciada en la popularidad de Maduro, reportada por distintas encuestadoras, y la crisis interna del partido gobernante, desvelada a partir de la salida del histórico ministro de Planificación, Jorge Giordani, un dogmático de izquierdas enfrentado con la posibilidad de un ajuste económico ortodoxo. Maduro ha superado esas dificultades mediante una alianza circunstancial con el número dos del chavismo, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y el respaldo de su partido, que lo ha nombrado como presidente. Hoy está en la mejor posición para tomar esa decisión que en los meses precedentes.

La medida es parte de un ajuste mayor que, según la firma Ecoanalítica, abarcará otros cinco ejes: uno, la unificación de los distintos tipos de cambio —el Estado se reserva la compra y venta de moneda extranjera desde hace 11 años y medio y ha establecido tres valores de precio del dólar— y la legalización del mercado paralelo de divisas; dos, la flexibilización de la política de controles de precio; tres, el incremento de la producción de petróleo mediante acuerdos con los socios de PDVSA; cuatro, el incremento de las tasas de interés y la reducción del financiamiento monetario desde el Banco Central de Venezuela a las empresas públicas; y cinco, la extensión de los plazos de vencimiento de la deuda exterior concentrados entre 2014 y 2015.

La oposición es consciente de que en Venezuela la gasolina se regala, pero antes de respaldar en público esa medida han preferido criticar la política petrolera del Gobierno. Parte de la producción de crudo venezolano se exporta a Cuba como contraprestación de los servicios de entrenadores deportivos y médicos comunitarios y también se destina a los países miembros de Petrocaribe, que pagan la mitad de la factura a precios internacionales y el resto con financiamiento de hasta 25 años al 4% de interés. Maduro, sin embargo, no pareció dirigirse a sus adversarios al momento de anunciar la consulta para establecer el nuevo precio. Le basta con el respaldo de la militancia y la notificación simbólica ante la tumba del gran timonel Chávez.

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