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El Gobierno de Nicaragua propone comer iguanas contra la escasez de alimentos

Asesores de Ortega sugieren criar reptiles para enfrentar el desabasto causado por la sequía

Carlos S. Maldonado
La caza de iguanas está prohibida en Nicaragua.
La caza de iguanas está prohibida en Nicaragua.efe

Nicaragua ha perdido más de 2.500 reses por la sequía que tiene a la mitad del país sediento. Además, los pequeños productores y ganaderos de esta nación centroamericana mantienen una presión constante contra el Gobierno de Daniel Ortega para obtener ayudas estatales que les permitan enfrentar las pérdidas por la falta de lluvias. Y en las ciudades, los nicaragüenses se muestran desesperados por el aumento en los precios de la comida debido a las pérdidas en las cosechas. El Gobierno de Ortega parece escuchar los lamentos, críticas y peticiones y ha ordenado a sus asesores que busquen opciones. El sábado, uno de esos asesores, Guillermo Membreño, mencionó una alternativa que ha desatado risas en el país: criar iguanas, un reptil tropical cuya caza está prohibida en Nicaragua, para enfrentar la escasez de alimentos.

La alternativa puede sonar hilarante, pero es una muestra de la situación crítica que vive Nicaragua, país que sufre la peor sequía en 32 años. Los ganaderos nicaragüenses han alertado que unas 600 mil reses sufren la falta de comida y están en riesgo de morir. Un duro golpe para una nación eminentemente agropecuaria, de mano de obra barata que vive de la agricultura, la ganadería o el comercio informal. Este país de 6,2 millones de habitantes, cuenta con más de cuatro millones de cabezas de ganado, una actividad que representa casi el 20% de su Producto Interior Bruto (PIB).

Además, la pérdida de granos es alarmante: la falta de lluvias ha golpeado fuertemente la producción de fríjoles, alimento básico en la dieta nicaragüense, hasta el punto que se podrían perder 390 millones de libras, y otras 110 millones de libras de maíz. Esto ha hecho que en los mercados de las ciudades del país los fríjoles escaseen o se vendan a precios elevados, en el contexto de la precaria economía nicaragüense, al pasar de 10 a 32 córdobas el medio kilo (1,2 dólares aproximadamente). En Nicaragua, el salario mínimo es de apenas 137 dólares para el sector público y de 246 dólares para algunas áreas del sector privado.

Ante este panorama desolador asesores del Gobierno sandinista han presentado como alternativa la cría de iguanas, reptiles propios de áreas de climas tropicales y de mucha humedad, como Centroamérica, para evitar la escasez de alimentos. Como en Nicaragua la caza y venta de este tipo de reptiles está prohibida en determinadas épocas del año, los asesores gubernamentales recomiendan formar criaderos, que ellos llaman “iguanarios”, para evitar un golpe a las poblaciones de iguanas del país, que ya de por sí sufren la caza y el comercio ilegal. Es común ver en las carreteras nicaragüenses a vendedores que exponen sobre el inclemente sol tropical a los reptiles, atados de hocico y patas. Entre las ventajas nutritivas de las iguanas expuestas por el asesor gubernamental está su alto valor en proteínas, de hasta un 24%.

De hecho las iguanas ya forman parte del recetario popular nicaragüense, donde se sirven mezcladas con maíz, cítricos, ajo y cebollas, principalmente en los populosos mercados urbanos. Sin embargo, en una nación de frágil ecosistema, que cuenta con el 10% de la biodiversidad del mundo según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites), y donde los jóvenes expresan una mayor conciencia ecológica, la propuesta gubernamental ha desatado todo un aluvión de comentarios en las redes sociales, desde los que critican la medida por antiecológica hasta los que se expresan con sorna por las soluciones oficiales a la escasez de alimentos. “Está iguana esta “enturcada” (enojada, en el argot popular nicaragüense”) y pide apoyo a la comunidad de iguanas por el genocidio impulsado por el gobierno”, escribió Edson Bladimir Martínez en un comentario en Facebook, acompañado por la foto de uno de esos reptiles. “Iba a desayunar una iguana, pero se me escapó. Iba a comprar fríjoles, pero amanecieron a 37 (córdobas) la libra... #Vivirbonito”, escribió el periodista José Adán Silva, en su cuenta de Twitter, haciendo mofa de uno de los lemas del Ejecutivo. “¿Les apetece un mini-Godzilla solidario?”, se reía la socióloga Sofía Montenegro, quien aludía al lema oficial del Gobierno sandinista: “Cristiano, socialista y solidario”.

En un país donde las iniciativas gubernamentales son recibidas como orden militar por sus funcionarios, las voces oficiales ya apoyan la alternativa de las iguanas frente a la escasez de alimentos, como el caso de la alcaldesa de Managua, Daysi Torres, que en declaraciones al capitalino diario Hoy dijo: “Creo que en el país todos hemos comido iguanas y garrobos. Es un alimento muy rico”.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.

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