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Los clanes familiares se cuelan en las presidenciales de Brasil

Los principales opositores de Dilma Rousseff son nietos de conocidos políticos

El senador y candidato a la presidencia brasileña Aécio Neves junto a su abuelo, Tancredo Neves, en los años ochenta.
El senador y candidato a la presidencia brasileña Aécio Neves junto a su abuelo, Tancredo Neves, en los años ochenta.

Las elecciones generales de octubre de este año en Brasil —comicios presidenciales, legislativos y que elegirán también a los gobernadores de los 27 Estados— evidencian una de las principales características de la política del país: la existencia de clanes familiares. Los candidatos Aécio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB) y Eduardo Campos (Partido Socialista Brasileño, PSB), los dos principales opositores de la presidenta Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT), son nietos de políticos que fueron referencia en la política nacional hace décadas. Los clanes también están presentes en las elecciones de los Estados: hay 24 candidatos a gobernador que forman parte de grupos con tradición en sus regiones.

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El senador y exgobernador de Minas Gerais Aécio Neves es nieto de Tancredo Neves, uno de los principales opositores a la dictadura militar (1964-1985). El Congreso Nacional le eligió como primer presidente de la República civil tras el régimen autoritario, pero murió poco antes de tomar posesión, en 1985. Fue también, como su nieto, gobernador de Minas Gerais.

Los primeros pasos en la política de Aécio Neves, que está en segundo lugar en los sondeos, fueron como secretario personal de su abuelo materno Tancredo. Pocos años después, en 1986, fue elegido diputado federal por Minas Gerais y participó en la redacción de la Constitución de 1988. Tras cuatro mandatos como diputado, fue elegido gobernador de Minas Gerais en 2002 y reelegido en 2006. Desde 2011 es senador.

Hay otros políticos en la familia de Aécio Neves: además de alcaldes de pequeños municipios, su padre y su abuelo paterno también ocuparon un escaño en el Congreso Nacional. Pero el senador prefiere vincularse a su abuelo materno, quien hasta hoy es uno de los políticos más respetados del país por su rechazo a la dictadura. Hoy, como candidato a la presidencia, subraya este pasado familiar y se presenta como su heredero político. Incluso mantiene algunas de sus costumbres: antes de convertirse oficialmente en candidato, por ejemplo, pronunció, como su abuelo, un discurso en el balcón de una propiedad de su familia en São João Del Rei, en Minas Gerais. "Este es uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Me voy desde hoy para recorrer Brasil, pero llevo Minas Gerais conmigo", discursó.

Para el politólogo Octaciano Nogueira, no hay problema, en teoría, en las intenciones electorales de familiares de políticos. Pero sí lo hay en la forma en que muchas veces estos proyectos se llevan a cabo, argumenta. Se refiere, por ejemplo, al uso de la maquinaria pública y partidaria para garantizar una especie de "nepotismo en las urnas". "Es necesario que haya igualdad de condiciones entre todos los candidatos, pese a que en muchos casos no hay", sostiene. Explica también que es natural que el elector vote a un candidato que lleva el peso de su pasado familiar, aunque esta identificación también puede convertirse en rechazo.

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Neves y Campos aparecen en segundo y tercer lugar en los sondeos

Eduardo Campos, exgobernador de Pernambuco y tercero en las encuestas, también busca vincularse a su abuelo Miguel Arraes, un histórico socialista brasileño que también fue gobernador del mismo Estado durante tres mandatos. El primer cargo público de Campos fue como jefe de su gabinete a finales de los años ochenta. Tras afiliarse al PSB, el mismo partido de Arraes, fue diputado estatal de Pernambuco (1991-1995) y diputado federal (1995-2007). Fue también ministro de Ciencia y Tecnología de Lula da Silva y, en 2006, fue elegido gobernador de Pernambuco, cargo que ejerció hasta abril de este año (tuvo que dimitir para poder ser candidato a la presidencia).

Sin embargo, Miguel Arraes, muerto en 2005, tiene tantos herederos políticos que Campos debe enfrentarse muchas veces a su propia familia. Marília Arraes, una prima suya que es concejala de Recife (capital de Pernambuco), apoya a Rousseff y critica la coalición de Campos en el Estado. Un tío de Campos, a su vez, se mantiene como director de una empresa estatal federal, la Hemobras. La madre de Campos, Ana Arraes, es ministra del Tribunal de Cuentas de la Unión gracias a una gestión de su hijo cuando este apoyaba al actual Gobierno.

En la carrera para la presidencia también participa Luciana Genro, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y opositora del partido de su padre y gobernador de Rio Grande do Sul, Tarso Genro (PT). La candidata solo ha obtenido el 1% de la intención de voto y se refiere poco a su familia.

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