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Más de un centenar de ejecutivos escoceses rechazan la independencia

Argumentan que los partidarios del sí no han probado que separarse de Reino Unido sea mejor

Debate entre Darling y Salmond sobre la independencia de Escocia.
Debate entre Darling y Salmond sobre la independencia de Escocia. DAVID CHESKIN (AFP)

Un centenar largo de ejecutivos de grandes empresas escocesas han publicado este miércoles una carta abierta en el diario The Scotsman en la que se oponen a la independencia de Escocia con el argumento de que los partidarios del sí en el referéndum del próximo 18 de septiembre no han conseguido probar que separarse de Reino Unido vaya a ser mejor para la economía escocesa que mantener la actual unión.

Entre los firmantes están el antiguo consejero delegado de la Asociación del Whisky Escocés, Gavin Hewitt., el presidente de HSBC Holdings, Douglas Flint., el presidente de Town House Collection, Peter Taylor., o el presidente ejecutivo del grupo alimentario Baxter.

Los firmantes de la carta explican que "el resultado del referéndum del 18 de septiembre afectará a nuestra generación y a las generaciones futuras". "Hay mucho en juego. Nuestros lazos económicos con Reino Unido son muy próximos y en ellos se apoyan casi un millón de empleos escoceses", advierten. "El resto de Reino Unido es con mucho nuestro mayor mercado. Como creadores de empleo, hemos examinado cuidadosamente los argumentos de las dos partes del debate. Nuestra conclusión es que desde el punto de vista de los negocios no se ha conseguido justificar la necesidad de la independencia".

Los firmantes aseguran que "la incertidumbre rodea a cuestiones vitales como la moneda, regulación, impuestos, pensiones, la pertenencia a la UE y el apoyo a nuestras exportaciones al resto del mundo". "El Reino Unido da a los negocios la sólida plataforma que necesitamos para invertir en la industria. Si seguimos trabajando juntos conseguiremos que Escocia siga floreciendo", concluyen.

Una Escocia independiente no asumirá su parte proporcional de la actual deuda pública británica John Swinney, ministro escocés de Finanzas 

La carta de los empresarios llega apenas dos días después de que el líder independentista y ministro principal escocés, Alex Salmond, se impusiera claramente en el segundo y último debate cara a cara con el líder de la campaña a favor de la unión, el ex ministro laborista de Finanzas, Alistair Darling.

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El apoyo empresarial al campo del `no` llega en un momento importante porque vuelve a situar el debate refrendario en el terreno de la economía, en el que los defensores de que Escocia se mantenga en Reino Unido se sienten mucho más cómodos que en el terreno menos concreto de la capacidad de regir los propios destinos y de sacarse de encima el peso de los gobiernos conservadores que a menudo imperan en Londres y que rara vez tienen un apoyo electoral en Escocia, uno de los argumentos en los que se apoyan los independentistas para pedir el `si` en el referéndum. Es una batalla entre la realidad del hoy o el idealismo del mañana en la que el realismo tiende a imponerse.

Alex Salmond ha proclamado que su victoria en el debate del lunes le va a dar un impulso imparable a la campaña del sí, que continúa claramente por debajo en algunas encuestas y por debajo, pero a tiro de piedra, en otras. Los expertos, sin embargo, parecen coincidir en que el impacto del debate en la mente de los votantes a la hora de decidir qué papeleta eligen el día de la consulta será pequeño. Y recuerdan la paradoja de que Darling ganó hace tres semanas el primer debate pero fueron los independentistas los que mejoraron sus perspectivas de voto en los sondeos.

En todo caso, la campaña no ha cambiado tras los debates. Salmond sigue insistiendo en pedir un debate cara a cara con el primer ministro británico, el conservador David Cameron, a sabiendas de que es el terreno político el que más le favorece y anticipándose así a la visita que esta misma semana realizará a Escocia el líder tory. Una visita que algunos consideran arriesgada dada la poca simpatía que despierta entre los escoceses. Pero Cameron no tiene muchas opciones: le critican tanto si interviene en la campaña como si se queda callado en Downing Street.

Darling, por su parte, insiste en atacar los planes de los independentistas de intentar seguir compartiendo la moneda con Reino Unido si Escocia se inclina por la independencia. A lo que el ministro escocés de Finanzas, John Swinney, le responde reiterando que, en ese caso, una Escocia independiente no asumirá su parte proporcional de la actual deuda pública británica.

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