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España rehúye la intervención directa o el rearme de los kurdos

Rajoy estará “en la retaguardia” de la coalición, encabezada por EE UU, contra el Estado Islámico

Miguel González (Enviado Especial)
El secretario general de la OTAN, Rajoy y el primer ministro británico en Newport, el 4 de septiembre
El secretario general de la OTAN, Rajoy y el primer ministro británico en Newport, el 4 de septiembreANDY RAIN (EFE)

España participará en la coalición internacional encabezada por EE UU para frenar al autodenominado Estado Islámico (EI), que domina bajo el terror amplias zonas de Irak y Siria, pero quiere evitar implicarse en una intervención militar directa o en el rearme de las milicias kurdas y prefiere colaborar “desde la retaguardia”. Fuentes diplomáticas españolas parafrasearon al secretario de Estado de EE UU, John Kerry, quien escribió el pasado sábado en The New York Times que “hay un papel [en esta coalición] casi para cada país” y que, junto a a la ayuda militar, directa o indirecta, cabe la asistencia humanitaria y económica.

Hasta ahora, los bombardeos sobre posiciones del EI en Irak han correspondido en exclusiva a EE UU, aunque el primer ministro británico, David Cameron, ha abierto la puerta a sumarse. En declaraciones a la Cadena SER, el secretario general de Política de Defensa, Alejandro Alvargonzález, ha calificado este jueves de “complicada” una intervención militar española en Irak, recordando lo que este país sigue significando “en el imaginario colectivo”, en alusión a la guerra de 2003 y el 11-M.

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Pero la entrega de armamento a los kurdos iraquíes, aunque sea con el beneplácito de Bagdad, tampoco convence a Madrid, que se desmarca así de Italia, Francia, Reino Unido, Australia o Alemania. Más allá de las excusas –inicialmente se alegó que el material solicitado por los kurdos era de origen soviético y no figura en el arsenal español—el recelo nace del temor a que estas armas acaben fuera de control. No solo en poder del PKK turco, al que la UE sigue considerando una organización terrorista, sino de los propios yihadistas. “Las armas tienen una vida muy larga y pueden cambiar de manos más de una vez”, alegan.

Las fuentes consultadas insisten en que el problema del EI afecta a toda la región y es en ese marco en el que debe contemplarse una posible contribución. España ya participa en la misión de la ONU en Líbano, con unos 500 efectivos, y podría prestar asistencia militar a otros países de la zona amenazados por los yihadistas, como Jordania. Eso sin contar con la ayuda humanitaria y económica, la colaboración de los servicios de inteligencia o la posible instrucción del Ejército iraquí en el marco de la OTAN. El secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen, ha recordado este jueves que la Alianza tuvo una misión de instrucción en Irak hasta 2011 –cuando se retiraron las tropas estadounidenses—y se mostró dispuesto a reactivarla si lo pide el Gobierno de Bagdad.

La última palabra, en todo caso, la tendrá el propio Rajoy, después del debate que está previsto se produzca en la cena que los jefes de Estado y Gobierno aliados celebrarán esta noche en el castillo de Cardiff. Antes, tiene previsto mantener reuniones bilaterales con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el ucraniano, Petró Poroshenko.

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El pasado día 1, un avión C-295 del Ejército del Aire llevó a Kiev una partida de material militar no letal –300 cascos y 500 chalecos antifragmentos— para el Ejército ucraniano. Se trató de una entrega puntual y de carácter simbólico, reconocen fuentes militares, pero que podría ampliarse si las autoridades ucranianas presentan una lista de necesidades.

Además, ha empezado a concretarse la contribución española al despliegue de la OTAN en el Este de Europa, con el objetivo de garantizar la seguridad –y, sobre todo, tranquilizar-- a los aliados más próximos a Rusia. La fragata española Juan de Borbón (F-102) se ha unido a una flota de la OTAN que durante los próximos cuatro meses navegará por el Mediterráneo Oriental y el Mar Negro, mientras que cuatro cazas Eurofighter vigilarán el espacio aéreo de los países bálticos desde enero a abril de 2015.

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Sobre la firma

Miguel González (Enviado Especial)
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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