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Petrobras se convierte en el centro de la campaña electoral brasileña

Las denuncias del exdirector de la petrolera refuerzan las críticas de los opositores de Rousseff sobre la administración del Estado PT cuestiona los planes de sus rivales para la empresa

Carla Jiménez
Rousseff durante el desfile militar del domingo en Brasilia
Rousseff durante el desfile militar del domingo en Brasilia FERNANDO BIZERRA JR. (EFE)

El alcance de las denuncias de corrupción en Petrobras sobre campaña electoral de la presidenta Dilma Rousseff se pondrá a prueba esta semana, una vez que el exdirector de la empresa pública, Paulo Roberto Costa, hiciera públicos el domingo los presuntos sobornos que afectan a políticos vinculados principalmente con el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Aunque no se conocen los detalles de la información proporcionada a la Policía Federal, la fuga de nombres implicados supuestamente en una trama de corrupción dentro de la empresa pública refuerza el manto de desconfianza sobre la gestión de la petrolera brasileña.

Los adversarios de la presidenta buscan capitalizar el tema para mostrar la ineficiencia de la gestión del Gobierno de Rousseff. Su principal adversaria, la candidata por el PSB Marina Silva, aprovechó la oportunidad durante una ponencia el día de la independencia de Brasil, aunque no hizo referencias directas a la denuncia de Costa. "Durante la campaña electoral estoy siendo calumniada y acusada de estar en contra de interés de Brasil. Mientras esta mentira se promociona por todos los medios, Petrobras es destruida por tramas políticas y de corrupción ", dijo.

Rousseff cuestiona el plan que Silva tiene para la empresa petrolera. La candidata del PSB dio a entender en uno de los debates televisados que esta no sería la única prioridad de su gobierno.

La presidenta se refirió el domingo, en un encuentro con la prensa en el palacio presidencial, a la fuga de información de Costa. "Creo que [la demanda] no tira nada contra el Gobierno, porque nadie del Gobierno ha sido acusado de nada", dijo Rousseff. Gilberto Carvalho, ministro de la Secretaría General de la Presidencia, quitó importancia a la información dada por el exjefe de Petrobras. "Están tratando de utilizar un elemento de negociación [Costa] para influir en la campaña", dijo Carvalho al diario O Globo tras los desfiles del siete de septiembre en Brasilia (fecha de conmemoración de la independencia). "Es siempre interpretable porque puede haber sido una estrategia del abogado defensor para proteger a un acusado y dañar a los demás ", agregó.

Los estragos de las acusaciones de Costa están siendo evaluados por los líderes del PT y PMDB. A priori, la sensación de los analistas dentro y fuera del Partido de los Trabajadores es que habrá daños más profundos en caso de que la investigación cambie su curso. Según el politólogo Fernando Abrucio los votantes saben que los casos de denuncias de escándalos políticos, en medio de la campaña electoral, deben tomarse con cautela ya que son parte de la guerra política.

La gestión de Petrobras es una preocupación general de los brasileños ya que el país se identifica con la empresa. Muchos ciudadanos compraron acciones de la petrolera a través del Fondo de Garantía por Tiempo de Servicio (FGTS), es decir, con sus ingresos para la jubilación. Irónicamente, fue el actual presidente de la empresa estatal, Graça Foster, quién aparto a Costa de Petrobras en 2012.

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Dado el nivel de ruido, la presidenta Rousseff dijo que la información conocida hasta la fecha, principalmente lo publicado este fin de semana por la revista Veja, no es oficial. La mandataria aseguró que de confirmarse algunas de las sospechas tomará "todas las providencias apropiadas, y de ser necesario, tomará medidas más fuertes."

El PT también se ha defendido del ataque de los opositores, cuestionando los planes del PSDB y el PSB para la gestión de la petrolera. En una reunión del partido el pasado viernes, el presidente del partido, Rui Falcão, declaró que "tocar el subsuelo es un tiro en el corazón de Petrobras", dando a entender que Marina Silva podría descuidar la administración de las multimillonarias reservas de hidrocarburos. En la misma sesión, algunos líderes recordaron que durante la etapa de gobierno de Fernando Henrique Cardoso se especuló con la posibilidad de una privatización.

Pese a la presión, Rousseff puede todavía mover el foco hacia los esqueletos en el armario de sus rivales. Desde las acusaciones al candidato Aecio Neves por favorecer a familiares en la construcción del aeropuerto de la ciudad de Claudio hasta las sospechas de que el avión utilizado por Eduardo Campos, que murió en un accidente aéreo el 13 de agosto, fue comprado con fondos de una caja de contabilidad paralela, según el diario Folha de S. Paulo.

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Sobre la firma

Carla Jiménez
Directora de EL PAÍS en Brasil desde 2018. Trabajó en O Estado de S. Paulo, Agência Estado, revista Época e IstoéDinheiro. Nació en Chile, creció en Brasil. Es formada en Periodismo por la Universidad Cásper Líbero, con especialización en Economía en la Fipe/USP. Forma parte de EL PAÍS desde 2013.

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