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“Es importante que EE UU empiece a cambiar su política de drogas”

La Comisión Global se muestra satisfecha por abrir el debate sobre la despenalización del consumo y la regularización del tráfico

“Para nosotros es sumamente importante que Estados Unidos empiece a cambiar su política de drogas, porque la violencia en Colombia, en México o en Centroamérica tiene mucho que ver con lo que pasa en Estados Unidos, con el prohibicionismo que ha prevalecido en este país”, declaró este martes a EL PAÍS el expresidente de Colombia César Gaviria, minutos antes de la presentación en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) del informe Tomando el control: caminos hacia políticas sobre drogas que funcionen, elaborado por la Comisión Global de Políticas sobre Drogas, de la que forman parte el ex secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, un grupo de expresidentes de Gobierno de todo el mundo y personalidades de prestigio internacional.

El documento reclama la despenalización del consumo y posesión de drogas y una regulación responsable de las sustancias psicoactivas, ante el fracaso de las medidas prohibitivas y punitivas. Asimismo, plantea la necesidad de que la sesión especial sobre drogas de Naciones Unidas de 2016 suponga un cambio radical en la manera en que se aborda esta cuestión en todo el mundo. “Hay esperanza, pero la esperanza debe transformarse en hechos. Estados Unidos ha venido tomando pasos que significan que los vientos comienzan a soplar en otra dirección. La Administración Obama ha dicho que la guerra contra las drogas es pasado, no quieren ese término. Es algo simbólico, pero es un gran símbolo, porque es un reconocimiento de que algo se tiene que revisar”, comentó a este periódico el expresidente de México Ernesto Zedillo.

Cinco exjefes de Estado o de Gobierno (Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Jorge Sampaio, de Portugal; Ruth Dreifuss, de Suiza, además de los citados Gaviria y Zedillo), tres antiguos enviados especiales de Naciones Unidas (Michel Kazatchkine, Thorvald Sltontenberg y Louise Arbour), un ex alcalde (Pavel Bém, de Praga) y un empresario (Richard Branson) se unieron ayer en Manhattan para defender con vehemencia la necesidad de un cambio en un problema que, tal y como se trata ahora, daña la salud y la seguridad de las personas.

“Las experiencias en Uruguay, Portugal o España demuestran que la clave está en cómo se regula el uso de las drogas”, comenzó diciendo Cardoso. “Lo fundamental es que las nuevas políticas deben estar basadas en que la salud y la seguridad de las personas es lo más importante”, destacó Dreifuss. “En los países donde hay una cierta regulación sobre el consumo de drogas, el riesgo de contagio del sida o de otras enfermedades como la hepatitis se reduce. Hay que acabar con el sufrimento que producen legislaciones inútiles”, proclamó Kazatchkine.

“Las experiencias en Uruguay, Portugal o España demuestran que la clave está en cómo se regula el uso de las drogas”, comenzó diciendo Cardoso

“Lo que planteamos es un mercado regulado, un sistema sofisticado de control del mercado de la droga, siempre bajo control legal… Somos conscientes de las dificultades que tiene la comunidad internacional para abordar este problema. Los desafíos son muy distintos en cada país. Pero eso no debe ser un impedimento para debatir. Aspiramos al debate, aunque tarde en producirse. Fueron necesarias décadas para que se adoptaran los derechos de las personas discapacitadas, y era un tema que no suscitaba oposición”, advirtio Arbour. “El cambio es posible”, afirmó Sampaio tras elogiar la reforma emprendida por Portugal en 2001 sobre este asunto. “Como hombre de negocios, si veo que una empresa lleva 50 años sin funcionar, buscaría ejemplos de otras que funcionasen. Portugal es uno de esos ejemplos”, remachó Branson.

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El documento presentado este martes afirma que “es necesario un régimen de control de drogas mundial nuevo”, ya que “las medidas basadas en ideologías represivas deben ser sustituidas por políticas más humanas y eficaces”. Y añade: “Esta es la única manera de reducir la muertes por drogas, las enfermedades, el sufrimiento, la violencia, el crimen, la corrupción y los mercados ilegales producto de políticas ineficaces y prohibitivas”. Ante estas evidencias, la Comisión recomienda reorientar las políticas sobre drogas entendiendo que se trata de un problema de salud pública; garantizar el acceso a los opiáceos contra el dolor; eliminar la criminalización del consumo y posesión de drogas; buscar alternativas al encarcelamiento para aquellos que participen en menor escala en el tráfico drogas; trabajar para reducir el poder de las organizaciones criminales; y apoyar y promover las experiencias sobre regulación legal del consumo de drogas.

“No esperamos que en el 2016 nuestros planteamientos vayan a ser aprobados. Lo que pedimos es un debate, un reconocimiento de los problemas que provoca el enfoque tradicional de la guerra contra las drogas, que se trabaje en experimentación. En Latinoamérica ha habido cambios importantes, en Estados Unidos se están dando reformas profundas, en Europa la política sobre drogas se reformó hace décadas… Esos son los caminos a seguir”, apuntó Gaviria a EL PAÍS. “Desafortunadamente, las instituciones de Naciones Unidas sobre este tema están muy centradas en los aspectos punitivos. Nosotros creemos que eso no tiene sentido después de los resultados que se han dado a lo largo de estas décadas”, lamentó.

Sobre las reformas que se están aplicando en algunos Estados de EE UU, el ex presidente colombiano señaló: “Los cambios los está produciendo la gente. No los políticos, ni las Cortes, ni los Congresos. Son cambios dramáticos y rápidos. Aquí hay un reconocimiento ciudadano de que la guerra contra las drogas fracasó tal y como estaba planteada, y que hay que buscar caminos alternativos. El resultado que de esas experiencias se extraiga va a ser definitivo en lo que Estados Unidos haga. Si ese proceso es exitoso y poco traumático, no tengo duda de que el país va a seguir recorriendo ese camino”.

Gaviria se declara abiertamente optimista, pese a las reticencias internacionales hacia las ideas planteadas por la Comisión: “La política sobre drogas va a cambiar y tiene que cambiar. Y tiene que cambiar para quienes somos las principales víctimas, los países que estamos en al mitad de la producción y del tráfico, los que hemos puesto decenas de miles de muertos a lo largo de estos años y tenemos el derecho a que estas opciones se examinen.”

El mexicano Zedillo compartió las buenas sensaciones de su colega: “Debemos estar satisfechos. Hemos logrado avivar el debate en torno a este tema. Y hemos visto que algunos Gobiernos latinoamericanos, seguramente presionados por la gravedad de los acontecimientos en su país, han hecho expresiones muy afortunadas sobre la dirección que debe tomar este proceso. Ahí está el presidente de Guatemala, el de Colombia, el presidente Calderón al final de su mandato, algunos países del cono sur…”.

Sobre el escepticismo de algunos Gobiernos o las acusaciones de laxitud moral en este tema, Zedillo afirmó: “Hablamos de despenalización, de reforzar a los Gobiernos con regulaciones sofisticadas de los mercados de la droga. Hay gente escéptica, pero eso no nos debe frenar… En esta comisión están Paul Volcker, que fue presidente de la Reserva Federal de EE UU, o George Shultz, exsecretario de Estado. No creo que nadie pueda decir de ellos que son unos promotores del consumo de drogas”.

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