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Rusia confisca las acciones al dueño de una petrolera privatizada

El arresto domiciliario del principal propietario recuerda la campaña contra Jodorkovski

Pilar Bonet
Imagen de archivo (2009) de Vladímir Putin y Vladimir Yevtushenkov.
Imagen de archivo (2009) de Vladímir Putin y Vladimir Yevtushenkov.Alexei Druzhinin (AP)

Un tribunal de arbitraje de Moscú confiscó el viernes las acciones de la compañía petrolera Bashneft, cuyo principal propietario, el magnate ruso Vladímir Yevtushenkov, de 66 años, ha sido sometido a arresto domiciliario y es investigado por supuesto lavado de dinero. El tribunal complació así a la Fiscalía de Rusia, que solicitó la confiscación de las acciones en el proceso para que se anule la privatización de Bashneft. Esto supondría el consiguiente retorno al Estado del que fuera el complejo petrolero de la región de Bashkortostán (en los Urales), vendido al sector privado a lo largo de varios años hace ya más de un lustro.

Oligarcas rusos

P. B.

Mijáil Jodorkovski. El que fue el hombre más rico de Rusia y ex dueño de la petrolera Yukos estuvo 10 años en la cárcel acusado de robo y corrupción. Indultado en diciembre pasado, reside en Suiza.

Borís Berezovski. Conocido como "el padrino del Kremlin" y dueño de un imperio, pasó de ayudar a Putin a llegar al poder a convertirse en su enemigo número unodesde su exilio en Reino Unido. Fue hallado muerto en su residencia londinense en 2013.

Vladímir Gusinski. El primero en oponerse a Putin con el canal privado NTV. Nacionalizado español, vive entre Israel y la Costa del Sol.

El caso ha alarmado a medios empresariales rusos por sus similitudes con los procesos —marcados por la política—, que costaron más de una década de cárcel al magnate Mijaíl Jodorkovski (2003-2013) y que disolvieron los mejores activos de su petrolera (Yukos) en la empresa estatal Rosneft, dirigida hoy por Igor Sechin, un allegado del presidente Vladímir Putin. Los paralelismos hacen referencia también a un supuesto interés, no confirmado, de Rosneft por la petrolera controlada por Yevtushenkov, que es persona próxima al exalcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.

Yevtushenkov es presidente del consejo de administración de Sistema, un consorcio cuyos principales activos son Bashneft y MTS, la primera compañía de redes móviles de Rusia. Su fortuna es de 9.000 millones de dólares, según la revista Forbes, que lo sitúa en el número 15 en la lista de los más ricos del país.

Bashneft es el resultado de las privatizaciones —a partir de 2003— del complejo petroquímico de Bashkortostán, un territorio administrativo que, de 1990 a 2010, fue dirigido por Murtazá Rajímov y su clan de corte feudal. Como autonomía de la Federación Rusa (un producto de la política de nacionalidades de Stalin), Bashkortostán es la patria chica de los bashkiros, una comunidad túrquica que hoy forma cerca del 30% (algo más de 1,1 millones de personas) de la población local. De la privatización del complejo petrolero se benefició Ural Rajímov, hijo de Murtazá, sobre el que pesa una orden de búsqueda y captura y que es uno de los implicados en el caso que afecta a Yevtushenkov.

Sistema compró Bashneft y otras cinco empresas de hidrocarburos de Bashkortostán entre 2005 y 2009 por un total de 2.600 millones de dólares y, según medios empresariales citados por el periódico Komersant, aquellas privatizaciones fueron probablemente parte del plan del Kremlin para apartar de la política y el poder al clan de los Rajímov, cuyas arbitrariedades, cometidas con ayuda de los órganos de orden público, fueron acogidas con indiferencia durante años por las autoridades centrales.

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La privación de libertad del magnate preocupa al empresariado

Además de la hipótesis, según la cual, el arresto de las acciones de Bashneft puede responder a las ambiciones de Rosneft, algunos analistas piensan que tras la operación renacionalizadora está Rustem Jamítov, máximo dirigente de Bashkortostán desde 2010. Jamítov ha dicho que apoya las intenciones de la fiscalía de devolver al Estado el consorcio de empresas petroleras de Bashkortostán, ya que, según manifestó, la historia de la privatización de Bashneft es “extremadamente opaca” y el territorio que dirige no recibió “ni un kopek [céntimo]” de la privatización. “Como dirigente de la república estamos extremadamente interesados en que la propiedad de Bashneft vuelva al Estado”, afirmó.

El jefe de la Asociación de Industriales y Empresarios de Rusia, Alexandr Shojin, ha afirmado que estas operaciones (el arresto de Yevtuchenkov) “no suceden sin aprobación política” y llamó la atención sobre el largo plazo transcurrido desde que se realizaron las privatizaciones hasta la investigación actual. Por su parte, el ministro de Desarrollo Económico de Rusia, Alexéi Uliukaiev, ha dicho que “no comprende” la decisión de la fiscalía. Yevgueni Sigal, del diario Komersant, manifestó que incluso si en los próximos días Yevtushenkov es liberado, el arresto del propietario de Sistema es “la señal más inquietante de los últimos años” para los grandes empresarios.

El caso que afecta a Yevtushenkov tiene sus raíces en unas investigaciones de 2003 que parecían ya archivadas y que han sido desenterradas este año. En agosto pasado, tras los primeros interrogatorios, Yevtushenkov calificó de “saqueo” el caso, que comenzará a verse ante los tribunales el 9 de octubre.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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