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Ban Ki-moon llega a una Libia en pleno caos político y humanitario

El secretario general de la ONU visita por sorpresa Trípoli para impulsar el diálogo

Javier Casqueiro
ban saluda a una delegación libia al llegar a Trípoli este sábado.
ban saluda a una delegación libia al llegar a Trípoli este sábado.MAHMUD TURKIA (AFP)

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llegó este sábado por sorpresa a Libia para impulsar el proceso de diálogo abierto entre los partidos enfrentados hace meses en el Parlamento. Ban también pretende dar apoyo —y simbólicamente alguna autoridad— al último Gobierno oficial de este país clave para la paz en el Mediterráneo, que no levanta cabeza desde la caída del dictador Muamar el Gadafi hace ahora tres años. Ban Ki-moon aterrizó en la capital, Trípoli, acompañado del español Bernardino León, jefe de la misión especial de la ONU para Libia.

Tras algunas conversaciones políticas en la capital, que lleva varias semanas sitiada y viviendo una gran escasez, la comitiva encabezada por Ban tiene previsto desplazarse a Misrata, bastión de una de las milicias más poderosas, y a Tobruk, 1.400 kilómetros al este, en la frontera con Egipto, donde se ha refugiado —en un hotel de lujo y en un ferry— un grupo de los parlamentarios elegidos en las elecciones del pasado 25 de junio.

El máximo representante de la ONU viaja a Libia en un momento crítico. Este mismo viernes, desde su sede en Ginebra, ACNUR, la agencia para los refugiados de Naciones Unidas difundió su último informe sobre la situación en el país africano con datos abrumadores. ACNUR contabiliza 287.000 desplazados de 29 ciudades libias y 100.000 huidos solamente en las últimas tres semanas. En Libia hay censadas poco más de seis millones de personas, aunque hay también un importante contigente de trabajadores procedentes de países vecinos.

Los asesinatos, tiroteos y explosiones en el país son diarios. Las luchas entre milicias y la falta de seguridad ha provocado un seísmo interno. Dentro de Libia, muchos de esos desplazados han sido asimilados por familias de otras ciudades que no estaban preparadas para ello. Es el caso de Ajayalat, a 80 kilómetros al oeste de Trípoli, que ha sumado 16.000 vecinos nuevos a sus 100.000 residentes. Los hospitales han incrementado su actividad un 30%. Hay necesidades básicas en medicamentos, comida y otros productos básicos.

Frente al exterior, Libia es un foco de preocupación por la inestabilidad que puede provocar en los mercados las perturbaciones en su producción petrolífera —que se estaba intentando normalizar tras un año de sequía— y la emigración hacia Europa. Libia es un trampolín hacia el continente. Del total de 165.000 inmigrantes llegados en lo que va de año a Europa clandestinamente, la mayoría ha salido desde las playas de Libia. Se trata sobre todo de subsaharianos, sirios y eritreos. La última tragedia registrada en estas travesías se produjo el 2 de octubre, con 100 inmigrantes muertos.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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