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Los conatos de violencia reviven las manifestaciones en Hong Kong

Tras enfrentamientos con grupos opuestos, los estudiantes han reconstruido las barreras que bloquean el paso por el centro de la ciudad

Nuevamente los conatos de violencia dieron alas a la protesta callejera para reclamar elecciones libres en Hong Kong. Varios miles de personas volvieron a presentarse esta noche en las calles del centro de la ciudad después de que un grupo de hombres enmascarados se hubiera enfrentado, horas antes, a los manifestantes prodemocracia en las cercanías de la sede del Gobierno local.

Después de que la policía hubiera desmantelado durante la mañana algunas barreras erigidas por los simpatizantes de Occupy Central, un movimiento de desobediencia civil que reclama elecciones libres en Hong Kong, un grupo de alrededor de quinientas personas opuestas a la ocupación y liderado por hombres enmascarados equipados con cortaplumas y pinzas se encaró poco después del mediodía con los manifestantes, en escenas similares a las registradas la semana pasada en otro punto de las sentadas, el barrio de Mong Kok, al otro lado de la bahía de Hong Kong. El enfrentamiento duró varias horas y no causó heridos, aunque sí los arrestos de tres varones entre 18 y 47 años.

“Después de los enfrentamientos ya no tengo planes de abandonar”, dice To, una joven de 24 años sentada junto a una veintena de manifestante. Todos ellos se encaran a un cordón policial formado por otros tantos agentes. “Aunque agradezco que los organizadores hayan ofrecido esta oportunidad para expresarnos, ellos no hablan por mí, a mí no me representa nadie”, resalta mientras que otro grupo de gente a unos treinta metros detrás reconstruye la barrera destruida. Los estudiantes han recurrido, entre otros materiales, al bambú, con el que se levantan los andamios tradicionalmente en Hong Kong. En esta ocasión lo han empleado para tejer unas complejas barricadas.

Tras más de dos semanas de ocupación callejera, el movimiento pro democracia se halla en un estancamiento del que no parece encontrar salida: el Gobierno autónomo de Hong Kong canceló unilateralmente una reunión con representantes estudiantiles programada originalmente para el viernes pasado y no hay perspectivas de otro encuentro. A pesar de constantes llamamientos de la Policía a desocupar las calles, no se han tomado medidas para desalojarlos por la fuerza desde que el 28 de septiembre los agentes lanzaran gas lacrimógeno contra los concentrados.

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La estrategia del Gobierno ahora es aparentemente dejar que los manifestantes pierdan energía gradualmente, bajo la creencia de que mientras más se prolongue la ocupación, mayor será el descontento general y menor la legitimidad del movimiento. Y crecerán las divisiones entre los organizadores y unos manifestantes que cada vez actúan más por su cuenta.

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Preguntado si se está perdiendo la batalla por falta de un liderazgo claro, Alex Chow, uno de los dirigentes estudiantiles, respondió que “no es verdad que no hay liderazgo, estamos en constante contacto con los manifestantes a través de una extensa red de representantes. Esto es una forma de democracia participativa.” En rueda de prensa Chow enfatizó que el Gobierno no tiene la voluntad de resolver el estancamiento político.

La ocupación callejera responde a la convocatoria del movimiento Occupy Central, cuya meta es alcanzar el sufragio universal y la nominación libre de candidatos a la jefatura del Gobierno en Hong Kong, territorio autónomo bajo soberanía china desde 1997 bajo la fórmula de “Un País, Dos Sistemas”, lo que supone para la antigua colonia británica un alto nivel de autonomía y un sistema legal aparte del resto del país.

Además de sus exigencias democráticas, los manifestantes también demandan la dimisión del jefe del ejecutivo autónomo, Leung Chun-Ying. En Cantón, la provincia vecina a Hong Kong, Leung reiteró este lunes que no piensa renunciar.

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