_
_
_
_
_

La llegada de nuevos jefes de las FARC a Cuba desata la tormenta

El guerrillero Romaña, envuelto en secuestros y extorsiones, se incorpora a las negociaciones de paz en La Habana Los emisarios discutirán el cese al fuego bilateral, la dejación de las armas por parte de la guerrilla y su reintegración a la vida civil Uribe fue quien alertó de la llegada de los guerrilleros,. El presidente Santos califica su presencia de “una buena señal”

El jefe negociador de las FARC en La Habana, de negro
El jefe negociador de las FARC en La Habana, de negroEFE

El primero en alertar sobre el viaje de varios jefes guerrilleros a La Habana, Cuba, donde se llevan a cabo las negociaciones de paz para acabar con el conflicto armado en Colombia, fue el senador Álvaro Uribe, el mayor crítico de este proceso que está próximo a cumplir dos años. Después fue la propia guerrilla la que presentó en la isla a los nuevos integrantes de la delegación de paz que se suman, específicamente, para estar en una subcomisión conformada también por militares colombianos, en la que se discutirán temas tan espinosos como el cese al fuego bilateral, la dejación de las armas por parte de la guerrilla y su reintegración a la vida civil.

Ese nuevo grupo lo integran 18 guerrilleros entre los que se destacan tres hombres de la llamada línea guerrerista de las FARC. Dos de ellos hacen parte de la cúpula. Uno es conocido con el alias de Pastor Alape, jefe del bloque Magdalena Medio, quien será el líder de los guerrilleros en la subcomisión y ya advirtió que su grupo entiende por dejación de armas su no utilización en la política, “compromiso que toca por igual al Estado colombiano y a las fuerzas insurgentes”. Su llegada a la isla está envuelta en polémica.

El otro es Luis Antonio Losada Gallo, alias Carlos Antonio Lozada, segundo al mando del bloque Oriental, uno de los más numerosos del grupo ilegal. Y el tercero es Henry Castellanos, conocido como Romaña, el número uno de este bloque. También hay cuatro integrantes del Estado Mayor Central del grupo subversivo y otros comandantes importantes. A todos estos guerrilleros, la Fiscalía les suspendió las órdenes de capturas vigentes que tienen en su contra, un requisito para que su salida de Colombia sea legal.

Pero el guerrillero que más ha causado polémica en Colombia por su llegada a las negociaciones de paz ha sido Romaña, un hombre que los colombianos rechazan por ser el cerebro de cientos de secuestros masivos, tomas a poblaciones y por extorsionar a empresarios, comerciantes y ganaderos. Romaña, que en varias ocasiones se le dio por muerto, es el sucesor de alias el Mono Jojoy, jefe militar de las FARC y considerado uno de sus integrantes más sanguinarios, abatido en combate en 2010.

“¿Quiénes pueden sentarse a discutir la dejación de las armas, la reinserción? Pues mandos militares y guerrilleros que han hecho la guerra en el país", dice el ministro de Interior

Para el senador Uribe, este guerrillero y los otros jefes, están en La Habana para realizar una conferencia donde aprovecharán para reorganizarse y rearmarse. Así lo dijo desde Buenos Aires cuando se conoció su traslado y agregó que “licencia de Santos para la impunidad de Romaña en Cuba es una humillación a las FFAA y a la ciudadanía secuestrada”. Por su parte, Oscar Iván Zuluaga, quien fue el gran rival de Juan Manuel Santos en las presidenciales y el actual director del Centro Democrático, el partido político de Uribe, se preguntó si “el gran capo de las FARC” le dirá ahora a las víctimas que no tiene con qué responderles.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El presidente Santos ha salido entonces a defender que estos jefes guerrilleros estén en Cuba, calificando su presencia de “una buena señal” para el avance del proceso de paz, cuya agenda de negociación, que incluye seis puntos, ya ha sido evacuada parcialmente en tres –desarrollo agrario, participación política y narcotráfico–. “Quería dar ese parte de tranquilidad, porque eso lo que nos está diciendo a todos los colombianos es que vamos por buen camino”, dijo el viernes en la noche. Según Santos, sus asesores de paz le habían advertido que cuando se acercara el “momento de la verdad”, cada vez más jefes guerrilleros viajarían a participar de las negociaciones. “¿Y con quien consultan? Con los más duros, con los que han estado combatiendo”, agregó.

Varios funcionarios del Gobierno apoyaron a Santos. Uno fue el ministro del lnterior, Juan Fernando Cristo, para quien esto demuestra el compromiso que tienen las FARC con el proceso y la madurez del mismo, porque justo están por tomarse las decisiones más difíciles. “¿Quiénes pueden sentarse a discutir la dejación de las armas, la reinserción? Pues mandos militares y guerrilleros que han hecho la guerra en el país”, dijo a medios locales. También lo hizo el jefe negociador, Humberto de la Calle, quien le pidió a los colombianos valorar lo que representa la llegada de estos jefes guerrilleros a Cuba en aras de agilizar el ritmo de las negociaciones.

A finales de agosto, el Gobierno anunció los nombres de los militares que harán parte de la subcomisión que trabajará sobre los temas cruciales que tienen que ver directamente con el fin del conflicto y que se sentarán cara a cara con estos jefes guerrilleros. En ese momento se explicó que esta subcomisión, encabezada por el general Javier Flórez, un hombre que ha estado al frente de varios operativos militares contra los grandes jefes de la guerrilla, se limitará a preparar posibles mecanismos que sólo entrarían en vigor cuando se llegue a un acuerdo final. El anuncio también fue criticado duramente por el uribismo, que calificó como un “abuso de poder” de Santos, ordenar a militares sentarse con los que ellos consideran terroristas.

Ahora el Gobierno también ha vuelto sobre este punto para defender la creación de esta subcomisión que tanta polémica ha desatado, integrada por 10 miembros de cada delegación. Según Humberto de la Calle esto no es otra cosa que un homenaje y una manifestación de respeto hacia las fuerzas militares. “Ahí no hay una especie de traición, como lo han creído algunos. Es al revés: tomar decisiones sin oír la voz de los militares, sería un error”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_