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El Frente Amplio festeja a pesar de necesitar una segunda vuelta

Los sondeos preveían un posible batacazo del partido pero algunos rompieron a llorar en la sede tras conocer los resultados

Celebración del candidato del Frente Amplio
Celebración del candidato del Frente AmplioAFP

Pocos retrocesos electorales fueron tan festejados como el del Frente Amplio este domingo en Uruguay. La senadora y mujer del presidente José Mujica, la senadora Lucía Topolanski, llevaba toda la tarde sorteando a los periodistas sin querer ofrecer el más mínimo pronóstico, pero pasadas las 20.00, cuando el primer sondeo a pie de urna anunciaba que el Frente Amplio superaba el fatídico 45%, la ex guerrillera empezó a perder su semblante tenso. “Había que luchar, no se puede ser tan blandito en la vida, yo he perdido más batallas que las que he ganado en la vida, pero sabía que había que redoblar la lucha”, afirmó. Su marido, el presidente Mujica, tuvo que seguir la elección más reñida de los veinte últimos años en Uruguay desde su casa, ya que la Constitución le prohíbe intervenir en la campaña

Los electores sometieron a un auténtico calvario a los dirigentes del Frente Amplio, que enfrentaron la jornada de votación con la posibilidad de un batacazo electoral, según anunciaban algunos sondeos. En la sede montevideana, Daniel Olesker, Ministro de Desarrollo Social, estaba descompuesto y reconocía su “angustia” al pensar que la coalición izquierdista no lograse que las mejoras sociales de nueve años en el Gobierno tuvieran su reflejo en las urnas.

El senador Daniel Martínez, uno de los políticos más populares de Uruguay, reconoció que se puso a llorar cuando se conoció el fracaso del referéndum para bajar la edad penal a los 16 años, convocado por el Partido Colorado el mismo día de la primera ronda electoral. Los militantes del FA, cuya dirigencia supera la media de los 55 años, aclamó a los jóvenes dirigentes de la campaña del “no a la baja” de la edad penal.

Tras el alivio, algunos dirigentes del Frente Amplio buscaban una explicación a la diferencia de cinco puntos que marcaban todos los sondeos antes de que la redención llegara en la urnas. La senadora Constanza Moreira reconoció que un porcentaje del electorado decisivo se aleja de la izquierda. Moreira detecta una “reacción conservadora” en una parte de la población, sacudida por reformas como el matrimonio homosexual, la despenalización del aborto y la legalización de la marihuana.

En la sede del Partido Nacional tocó la parte más ingrata de ese análisis y en medio de una desolación general se evocaban varias hipótesis: la falta de sinceridad de los electores ante las encuestas, una fuga de los electores progresistas del Partido Colorado hacia el Frente Amplio o una progresión del voto progresista en los Departamentos del Interior. Luis Lacalle Pou, sorpresa de estas elecciones, se quedó lejos de la victoria.

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