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El precio de un largo camino

El Congreso colombiano calcula que será necesario invertir 45.000 millones de dólares en los próximos 10 años para financiar la paz

Un grupo de personas protesta frente al Foro Nacional sobre víctimas en Cali.
Un grupo de personas protesta frente al Foro Nacional sobre víctimas en Cali.EFE

En Colombia, el reto ya no es solo concretar la paz con la guerrilla de las FARC sino financiar el postconflicto si los diálogos —iniciados hace dos años— culminan con éxito. Por eso, ahora la gran pregunta es: ¿De dónde saldrán los recursos? Una preocupación que comparten el Congreso, las organizaciones sociales, la oposición que lidera el senador Álvaro Uribe y también el Gobierno, que en estos días se concentra en la ayuda que pueda obtener de la comunidad internacional.

En la reciente Asamblea General de la ONU en Nueva York, el presidente Juan Manuel Santos hizo su primer llamamiento. “Llegó la hora de decir en qué se traduce ese apoyo”, dijo. Se refería al respaldo político pero también al económico. Político, porque se vienen tiempos difíciles, ya que la negociación con las FARC empezará muy pronto a discutir qué clase de justicia se le aplicará a los guerrilleros y cómo se hará su desarme. Y económico, porque los desafíos del postconflicto son enormes, no solo por la reintegración de los guerrilleros, sino porque hay que garantizar la presencia del Estado en las zonas que históricamente han sido afectadas por el conflicto, así como la seguridad ciudadana.

Por eso, Santos efectúa desde este lunes una gira de cinco días por capitales europeas que arranca en Madrid e incluye entrevistas con seis jefes de Estado y dos reyes. A todos les planteará la creación de un fondo fiduciario (que la UE ya utilizó con la República Centroafricana) al que los países aportarán recursos para financiar proyectos que hagan efectivos los acuerdos de paz. “Uno de nuestros grandes retos ahora es definir cuáles son los proyectos que más nos interesan, priorizar”, ha dicho el mandatario, que califica este fondo como una “especie de Plan Marshall”.

El Gobierno aún no tiene la cifra exacta de lo que costará el postconflicto, porque todo depende de lo que se acuerde con las FARC cuando se terminen las negociaciones en La Habana. Aunque se haya avanzado en tres de los cinco puntos de la agenda —desarrollo rural, participación política y narcotráfico—, sigue siendo un inamovible la premisa de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Pero los analistas coinciden en que hay que meterle el acelerador a esos cálculos.

La Comisión de Paz del Congreso considera que durante los próximos diez años se necesitarán 45.000 millones de dólares en inversiones para la paz. Ese monto, según la senadora de la Alianza Verde, Claudia López, incluye construir las “instituciones mínimas” que garanticen justicia y seguridad pública, así como regular la propiedad, uso y explotación de la tierra. También grandes inversiones en salud, educación, vías, agua, vivienda y desarrollo rural.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, también ha dado pistas sobre la posible financiación para el postconflicto. A las donaciones de la comunidad internacional, Cárdenas le suma fórmulas como el endeudamiento y más impuestos. “La paz va a costar, sin duda, pero la guerra cuesta mucho más”, ha dicho en varias ocasiones. Por ahora, el Gobierno se ha reunido con el Departamento Nacional de Planeación, DNP, a proyectar lo que costarían los proyectos para ejecutar los acuerdos que ya se han pactado.

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El equipo negociador del Gobierno en Cuba también ha salido a calmar los ánimos de los que exigen respuestas puntuales frente a la financiación del postconflicto, asegurando que el país tiene la capacidad fiscal para comprometerse a realizar esas transformaciones. Pero esa capacidad, han explicado, implica revisar las prioridades del gasto público, un esfuerzo tributario adicional, el apoyo del sector privado y, por supuesto, de la comunidad internacional.

La semana pasada, el Gobierno y la Unión Europea dieron luz verde a proyectos enfocados a la construcción de paz por 17 millones de dólares, que se ejecutarán en los próximos dos años en cuatro regiones de Colombia. También se anunció un crédito a diez años hasta por 100 millones de dólares con el Banco Alemán de Desarrollo, KfW, para la reparación de las víctimas del conflicto, la reintegración de los guerrilleros y el desarrollo rural. Esta sería la primera vez que Alemania apoya a un país en su política de construcción de paz mediante un crédito programático.

Santos estará este martes en Bruselas, donde visitará a los dirigentes de la Comisión Europea y seguirá su gira buscando apoyo en Berlín, Lisboa, París y Londres. En todas estas ciudades insistirá en que “en un mundo amenazado por vientos de guerra, Colombia ofrece hoy una esperanza de paz”.

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