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Los republicanos logran recuperar el escaño de Colorado

Cory Gardner desaloja al demócrata Mark Udall en una de las batallas más reñidas e imprevisibles del Senado Los demócratas logran mantener el puesto de gobernador por la mínima

Pablo Ximénez de Sandoval

El estado morado, que a veces es rojo y a veces azul, será rojo en Washington y azul en Denver. El escaño de Colorado en el Senado será para el candidato republicano Cory Gardner, que en la noche del martes gabó con el 49% de los votos frente al actual senador demócrata, Mark Udall. La carrera se decidió en 75.000 votos y supone una de las derrotas más dolorosas para los demócratas en un estado cuyos avances sociales, como la legalización de la marihuana hace solo un año, hacían pensar en una tendencia que les favorecía.

Al mismo tiempo, el gobernador demócrata John Hickenlooper lograba por la mínima mantener el puesto frente al aspirante republicano Bob Beauprez, en una decisión que refuerza aún más la etiqueta de estado morado. La carrera estuvo en el aire hasta el miércoles por la mañana y se acabó decidiendo por un margen de 25.000 votos. Aparte, las votaciones de las proposiciones siguieron la evolución progresista de Colorado, al rechazar contundentemente una iniciativa para prohibir el aborto.

La composición del electorado es a grandes rasgos un tercio demócrata, un tercio republicano y un tercio de no afiliados que hacen de cualquier elección una moneda al aire. Este martes ha caído del lado republicano. Hace cuatro años, los demócratas se hicieron con esos mismos puestos contra pronóstico. Barack Obama ganó las dos veces en este estado, también contra pronóstico.

Hace dos semanas, Daniel Cole, de los republicanos del condado de El Paso, donde se encuentra el bastión conservador de Colorado Springs, advertía en una entrevista con EL PAÍS contra la confianza de los demócratas en su supuesta capacidad de movilización casa por casa. “Nosotros hemos hecho mejor trabajo”, decía Cole.

Colorado es una reproducción en pequeño de la polarización de Estados Unidos y está lleno de contradicciones que desafían los tópicos sobre este país. Es la sede de Boulder, una ciudad progresista y verde con una universidad budista. Y también de Colorado Springs, bastión irreductible de la derecha cristiana que influye sobre los conservadores de todo EE UU.

Colorado era prácticamente el único estado donde el voto latino tenía trascendencia en estas elecciones. Los latinos suponen una masa de votantes (14%) como para considerar que, si votan en bloque, pueden cambiar una elección tan ajustada como esta. Según una encuesta de Latino Decisions, el voto de esta comunidad ha sido para Udall en un 71%.

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Gardner ha ganado, por la mínima, incluso en el distrito clave del condado de Jefferson, que se considera un laboratorio de lo que ocurre en el estado. Jefferson es imprescindible para ganar en la gobernatura y en el Senado. Los demócratas confiaban en la movilización provocada por un conflicto en principio menor, pero que había revolucionado el condado. La mayoría conservadora que se hizo con el Consejo Escolar en las elecciones de 2013 pretendía cambiar el temario de historia para eliminar partes negativas de la historia de EE UU. La rebelión de los estudiantes de instituto del condado frenó estos planes y logró atención nacional.

En cuanto a las medidas legislativas, los votantes de Colorado rechazaron por tercera vez el intento de considerar personas a los no nacidos, una iniciativa que habría prohibido de facto el aborto en el estado. Esta vez, los proponentes lo habían disfrazado como “protección de la mujer embarazada”. El propio candidato republicano al Senado, Cory Gardner, se había dado cuenta de que tenía que moderar su discurso respecto a los métodos anticonceptivos y el aborto como parte de su estrategia para ampliar su base electoral.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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